Muñeco que inspiró Chucky es acusado de maldecir a público de un museo

Los muñecos diabólicos siguen siendo un tema recurrente en el cine, aunque el más famoso de ellos es Chucky, tan es así que tendrá su propio remake en unos par de años. Pero el verdadero juguete que inspiró su historia sigue siendo uno de los fenómenos sobrenaturales que más fascinan a los seguidores de lo oculto y continúa haciendo de las suyas.

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De acuerdo con The Sun, el muñeco Robert, que es conocido por haber inspirado la historia del filme de slasher ochentero, sigue siendo acusado de causar maldiciones al público que asiste a verlo en el museo en Florida en el que permanece como parte de una exposición. Con más de 100 años de antigüedad, el juguete supuestamente fue objeto de magia vudú y de ahí se cree que está poseído por algún espíritu.

La publicación retoma testimonios de personas que aseguran que luego de visitarlo han tenido accidentes de tránsito, sufrido despidos y divorcios (porque claramente nada más explicaría ese tipo de situaciones). Otros más lo acusan de moverse y voltear la mirada a los espectadores que llegan a estar solos frente a él en su vitrina. Todo muy a la onda de los Warren y la muñeca Annabelle.

En Chucky, el juguete es poseído por un asesino serial que ocupa el objeto como un medio para escapar la persecución policíaca a través de un ritual vudú. Tras ser regalado a un niño llamado Andy, el muñeco maldito intenta pasar su espíritu al del pequeño y tarda varios filmes en atormentar a todo aquel que llega a estar en contacto con él en búsqueda de un nuevo y joven cuerpo. Es una de las franquicias más icónicas de los ochenta.

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Robert tiene una historia similar pues, según cuenta la leyenda, la figura de madera fue regalada a un niño de nombre Robert Eugene Otto por una esclava de las Bahamas que practicaba rituales vudú. El pequeño aseguraba a sus padres que el juguete le hablaba y se movía por sí mismo y aunque al principio no le creyeron, los padres eventualmente atestiguaron los mismos comportamientos e incluso oyeron a su hijo hablar con una voz extraña cuando él estaba solo con el juguete en su habitación.

Cuando Otto se volvió un adulto estaba muy apegado al juguete y se refería a él como si fuera una persona viva, según sigue contando Cori Convertito, el curador del museo en el que sigue alojado el muñeco. Luego de que su dueño muriera, el juguete se quedó en el ático de su casa hasta que los nuevos dueños del inmueble y su hija también comenzaron a tener problemas con el muñeco, lo que los llevó a donarlo al museo en el que hasta la fecha sigue causando terror.

Aunque tiene un aspecto completamente diferente al de Chucky, el muñeco diabólico, Robert sigue siendo, junto a Annabelle, uno de los juguetes más fascinantes para los que creen en lo sobrenatural. En caso de que les den ganas de probar la veracidad de estos testimonios, pueden retar a su suerte al visitar a Robert en el museo East Mortello en Key West, Florida.

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