El Señor de los Anillos: Las Dos Torres: el discurso de Sam es un tributo a los atentados del 11 de septiembre

Samsagaz es, quizá, el hobbit más heroico de todo el universo creado por J.R.R. Tolkien . Si no fuera por él, Frodo nunca hubiera terminado su encrucijada con el anillo. Sam luchó contra Ella-Laraña, venció a hordas de orcos y evadió las trampas de Gollum, pero su mayor destreza estaba en sus emocionantes palabras, en la capacidad de inspirar y de ver más allá de lo evidente.

En 2002 se estrenó El Señor de los Anillos: Las Dos Torres - 96%, y Peter Jackson logró un éxito de taquilla que recaudó más de 925 millones de dólares. En las secuencias finales, Sam sostiene un monólogo esperanzador y que a más de uno le hizo brincar los vellos de la piel. Sin embargo, Sean Astin (actor que da vida a Sam) explicó que esa escena no estaba contemplada en el principio.

Esa parte no estaba escrita en el guion original. Cuando los guionistas revisaron el libro, se encontraron con ese discurso y nos volvieron a llamar para filmarlo y añadirlo en el montaje final. Con una franquicia multimillonaria, Peter Jackson era capaz de navegar en estos espacios de una forma sincera y significativa.

El señor de los anillos: las dos torres terminaba con una atmósfera oscura y violenta, pero la alocución de Sam logró inyectar un impulso noble con la promesa de un mejor futuro. La intervención es sincera y vital. De hecho, Astin reveló que el discurso era una respuesta directa a los ataques del 9/11, y aunque Sam se refería a las penurias de Tierra Media, sus palabras llegaron hasta nuestro mundo.

El libro de Las dos torres fue publicado en 1954 y muchas de sus frases continúan en vigencia. Y su alcance seguirá extendiéndose por muchas décadas más. Acá el extracto del significativo discurso de Sam:

Frodo: “Ya no quiero seguir, Sam”.

Sam: “Lo sé, es un horror. Por nosotros, ni siquiera estaríamos aquí; aunque así es. Es igual que en los grandes cuentos, mi señor Frodo, los cuentos que eran importantes, estaban llenos de oscuridad y peligro, a veces uno no querría saber el fin, porque, ¿cómo podría ser un final feliz?, ¿cómo podría ser el mundo como antes cuando han pasado tantas cosas malas? Pero al final, las sombras sólo son, transitorias, aún la oscuridad debe terminar. Vendrá un nuevo día, cuando el sol brille iluminará hasta la claridad. Esos eran los cuentos que permanecían, que tenían significado, aunque fuera demasiado pequeño para entender por qué. Pero, mi señor Frodo, creo que si lo entiendo, ahora lo sé, porque la gente en ellos tuvo ocasión de dar la vuelta y nunca lo hizo, siguió caminando porque tenía algo de lo cual aferrarse.”

Frodo: “Y nosotros, ¿a qué nos aferramos?”

Sam: “A que el bien aún existe, lo sé, mi señor Frodo, y tenemos que defenderlo”.