Por qué sí existe discriminación de latinoamericanos en Hollywood

Los temas de discriminación poco a poco toman viso de paranoia. Por ejemplo, la escasa presencia de nominados latinos en los Óscar de este año reabrió el debate sobre la falta de representación hispana delante y detrás de las cámaras durante los últimos días, justo previo al cierre de Sundance y antes, durante y después de los SAG 2017.

Todo comenzó por donde siempre: la Academia de Hollywood anunció el pasado martes a los candidatos para los premios Óscar 2017, entre los que solo figuró, como latino nacido en Estados Unidos, el músico de origen puertorriqueño Lin-Manuel Miranda, que optará a la estatuilla a mejor canción por “How Far I'll Go” de la cinta animada Moana: Un Mar de Aventuras. En cuanto a los aspirantes iberoamericanos figuraron el mexicano Rodrigo Prieto, nominado a la mejor fotografía por Silencio, y el español Juanjo Giménez, candidato al mejor cortometraje por Timecode. La presencia de Viggo Mortensen, intérprete estadounidense que posee fuertes lazos con Latinoamérica que competirá por el Óscar al mejor actor por Capitán Fantástico, añadirá algo de sabor a una gala en la que no habrá películas latinas nominadas al mejor filme de habla no inglesa.

El detalle es que la lista de los Óscar se dio a conocer después de que en los últimos Globos de Oro no hubiera ningún galardonado latino, pese a que había nominados como el mexicano Gael García Bernal (por la serie Mozart in the Jungle) o la artista de origen puertorriqueño Gina Rodriguez. Mientras que ahora, debido a las críticas de la emisión pasada, las candidaturas de los Óscar sí sirvieron para que Hollywood se reconciliara con el talento afroamericano, tras dos años sin nominados de esa minoría como intérpretes. Luego se armó la rebambaramba: la Academia de Hollywood ahora tenía que rendir tributo por partes iguales a latinos y asiáticos.

Esto se ha llevado a instancias numéricas. Un reciente estudio de la Universidad del Sur de California (USC) concluyó que el 73.7% de los personajes con diálogo o nombre de las películas de 2015 fueron blancos frente al 26.3% del resto de razas o etnias, entre los que destacaron el 12.2% de negros, el 5.3% de latinos y el 3.9% de asiáticos. Esto ha dado pie a suspicacias.

Un día antes de que se desvelaran las candidaturas y previendo el resultado, el fundador de la agencia de publicidad Arenas Entertainment y miembro de la Academia, Santiago Pozo, publicó un artículo en el medio especializado Deadline bajo el título “Los Óscar son blancos y negros, pero no latinos”. Ahí, subrayó que la industria del cine ha sido un negocio de inmigrantes a lo largo de la Historia:

"No puedo evitar preguntarme dónde están los hispanos [en Hollywood] que, después de todo, suponen el 17% de la población estadounidense y son incluso un porcentaje más alto del porcentaje de población que asiste frecuentemente al cine. ¿Esta falta de multiculturalismo real es culpa de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood [que organiza los Globos de Oro] o de la Academia? No, no lo es. Esas instituciones reflejan lo que nuestra industria hace, y la verdad es que las oportunidades para los hispanos, tanto delante como detrás de las cámaras, son escasas y poco frecuentes”.

El punto concerniente a las oportunidades laborales y el acabado de personajes multiculturales son irrefutables: hace falta un equilibrio al respecto. El periodista Dennis Romero publicó una columna similar en Los Ángeles Times: “Los Óscar son menos blancos, ¿pero dónde están los latinos?”:

“La carencia de narraciones latinas y la omisión del talento latino es especialmente notable si se considera que alrededor de tres cuartas partes de la población en el condado de Los Ángeles pertenecen a minorías y alrededor de la mitad son latinos”.

Lo que parece preocupar más a estos críticos, y en eso tienen toda la razón, es que Hollywood tiene síntomas de discriminación cuando sucede lo siguiente:

1 La creación de personajes protagonistas o entre los papeles principales no es incluyente. No es una regla, pero sí una realidad que las estadísticas del estudio de la Universidad del Sur de California dejan claras. Hay una apabullante ventaja en cuanto a creación de personajes con rasgos arios por encima de cualquier otro rasgo racial. Mientras las historias consideren que Estados Unidos es el ombligo del mundo y los héroes tengan pinta de gringo ario promedio, las cosas no serán muy diferentes. Porque esto viene desde los guiones y, sobre todo, quienes aprueban dichos guiones para su ejecución: los productores y sus directores de mercadotecnia.

2 Los actores con rasgos arios o de origen blanco tienen privilegios para interpretar papeles. No importa que sea de origen latino el personaje, o asiático, o de cualquier otro lado: las estadísticas también benefician a rostros arios y piel blanca. La iniciativa Media, Diversity & Social Challenge de la escuela de comunicación y periodismo de Annenberg ha desarrollado este estudio que abarca los siete últimos años. El análisis se ha llevado a cabo analizando los personajes de las cien películas más taquilleras de cada año desde 2007, sin contar con 2011, con un resultado de 30,835 personajes extraídos de 700 películas. En el caso de los latinos, apenas representaban el 4.9% de los personajes. Ahí tienen a Ben Affleck, por ejemplo, interpretando a Tony Méndez en Argo.

3 El estereotipo signa a los actores por sus circunstancias raciales, no por sus aptitudes histriónicas. ¿Qué significa esto? Que en el cine de Hollywood es difícil encontrar que se sustituya a un personaje latino por un actor ario si acaso se trata de un narcotraficante, un sicario, un pillo, un tonto que apenas sí mastica el español, etcétera. Es decir, que tanto para latinos como para asiáticos, la oportunidad de ingresar a la Meca del cine es a través de la denigración. Esto resta valor al individuo y sólo perpetúa esa sensación de inferioridad que le imprimen las visiones prejuiciosas de la subcultura latinoamericana.

Ante este panorama, los tres argumentos se reducen así: guiones pobres por su carencia o mínimo y forzado multiculturalismo; discriminación laboral en la industria cinematográfica; y perpetuación de prejuicios morales y raciales respecto al tipo de personajes que latinoamericanos y asiáticos tienen que interpretar. Es verdad que lo importante es la calidad de trabajo de los individuos. Sin embargo, esto no garantiza que sea el único criterio de la industria.

Por otro lado, tanto así como discriminación, no hay tanta en ciertos ámbitos. Los blockbusters estadounidenses han probado que entre más multiculturales (Rápidos y Furiosos , Rogue One: Una Historia de Star Wars, xXx: Reactivado, Resident Evil: Capítulo Final) más boletos venden. Dado que Hollywood es de gente que hace negocios, la tendencia, sin duda, cambiará drásticamente. A menos que la nueva visión gubernamental afecte su visión de alguna manera —algo improbable para una ciudad que hace lo que quiere con sus puntos de vista políticos.