Marvel Studios ya tiene en la mira su siguiente gran reinicio: los X-Men. Tras años de especulación, la franquicia que alguna vez definió el cine de superhéroes volverá bajo el sello del MCU. Y aunque aún no hay detalles oficiales sobre el elenco o la fecha de estreno, ya se ha confirmado un paso clave: el director. Jake Schreier, responsable de la reciente ‘Thunderbolts*‘, ha sido elegido para llevar a los mutantes a la pantalla grande (confirmado por Variety). Una decisión que, aunque inesperada para algunos, tiene mucho sentido si se analizan las fortalezas del cineasta.
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A continuación exploramos las razones por las que Schreier es una elección ideal para dirigir el reboot de los X-Men en el MCU.
1. Sabe contar historias desde la herida, no desde la épica
En ‘Thunderbolts*’, Schreier demostró que no necesita una amenaza intergaláctica ni un portal en el cielo para construir una narrativa potente. Su enfoque se centra en el daño emocional, en la vulnerabilidad de los personajes, en sus silencios más que en sus discursos. Y eso es precisamente lo que ha hecho que los X-Men conecten con generaciones enteras de lectores: su condición de parias, de perseguidos, de inadaptados que luchan por existir.

El dolor no es una consecuencia en los X-Men; es el punto de partida. Y Schreier ya ha demostrado que puede hacer de ese dolor una historia con peso.
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2. Convirtió a personajes olvidados en protagonistas entrañables
Uno de los mayores logros de ‘Thunderbolts*‘ fue hacer que el público se preocupara por figuras que, hasta entonces, parecían marginales dentro del MCU. Ghost, Red Guardian, U.S. Agent e incluso Taskmaster eran personajes secundarios, algunos incluso descartables. Bajo la dirección de Schreier, se volvieron tridimensionales, con motivaciones claras, contradicciones humanas y espacio para desarrollarse.
Este mismo talento será esencial para reinventar al equipo mutante. Si Marvel desea evitar repetir la fórmula de Fox, necesita ir más allá de Wolverine y Magneto. Personajes como Nightcrawler, Jubilee, Emma Frost o Forge podrían tener una nueva oportunidad bajo la lente de Schreier, quien ya ha probado que no necesita un nombre conocido para generar empatía en el espectador.
3. Respeta el legado sin copiarlo
El caso de Bob Reynolds, también conocido como Sentry, es ilustrativo. En los cómics, su historia se construyó sobre una elaborada metanarrativa que implicaba que había sido borrado de la memoria del universo Marvel. En ‘Thunderbolts*’, ese detalle se omite, pero a cambio se enfatiza su fragilidad mental, su ansiedad, su ambigüedad moral. Schreier no copió al personaje, lo reimaginó sin traicionar su esencia.
Eso es justo lo que los X-Men necesitan: una versión que no pretenda reemplazar a la de Bryan Singer o a la de Matthew Vaughn, sino que parta desde otro lugar emocional. Sin imitaciones, pero con respeto por lo que los hace icónicos.

4. Equilibra acción, drama y humor sin caer en excesos
Uno de los principales problemas del MCU en los últimos años ha sido el abuso del humor. Chistes insertados en momentos de tensión que arruinan el tono, personajes que se convierten en caricaturas, y una sensación generalizada de que la emoción no importa tanto como el gag.
En ‘Thunderbolts*’, el humor está presente, pero nunca socava el drama. La relación entre Yelena y Red Guardian tiene momentos cómicos, pero también hay escenas de quiebre emocional. Schreier logra ese equilibrio que permite al espectador reír, pero también sentirse afectado. Con un equipo como los X-Men, cuyas historias siempre han oscilado entre la tragedia y la esperanza, ese balance es fundamental.
5. Domina el formato coral
La mayor dificultad de cualquier historia de los X-Men es el reparto. Son demasiados personajes, demasiadas historias individuales, demasiadas ideologías encontradas. A diferencia de los Vengadores, que se formaron a partir de películas individuales, los mutantes suelen debutar como grupo, y eso exige una mano firme para que nadie quede fuera del foco.
Schreier ya demostró en ‘Thunderbolts*’ que puede trabajar con un elenco amplio sin que la película se sienta saturada. Cada personaje tuvo al menos un momento significativo, una acción que definiera su lugar en el equipo. Si puede hacer eso con siete antihéroes desechados por otras franquicias, puede hacerlo con una nueva generación de X-Men.

6. Tiene sensibilidad indie con alcance de blockbuster
Antes de llegar al MCU, Jake Schreier dirigió ‘Robot & Frank‘, una película de ciencia ficción pequeña pero profundamente humana. Luego pasó por series como ‘Beef’ y ‘Brand New Cherry Flavor’, donde trabajó con narrativas complejas, poco convencionales, centradas en personajes quebrados. Esa experiencia se traslada a su forma de filmar: planos más contenidos, escenas que permiten que el actor respire, momentos de silencio cargados de significado.
Pero al mismo tiempo, ‘Thunderbolts*‘ prueba que también puede trabajar con presupuesto alto, efectos especiales y secuencias de acción sin perder su voz. Justo lo que necesita el reboot de X-Men: alguien que no sacrifique la intimidad por la espectacularidad.
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