Desde 1978, el cine ha intentado darle forma al villano más emblemático de Metrópolis. Han pasado grandes actores por el papel de Lex Luthor, desde Gene Hackman hasta Jesse Eisenberg, cada uno con su propia visión del archienemigo de Superman. Sin embargo, con el estreno de ‘Superman’ (2025), dirigida por James Gunn, el debate parece haber encontrado un claro favorito: Nicholas Hoult. Su versión de Lex ha sido descrita por críticos y fans como la más fiel al personaje de los cómics y la más poderosa en pantalla grande. Pero ¿por qué esta interpretación ha sido tan celebrada?
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No es un bufón: Hoult elimina los excesos de versiones pasadas
Una de las mayores virtudes de Hoult como Lex Luthor es que evita el tono caricaturesco que marcó a algunas de las versiones anteriores. Gene Hackman, aunque brillante como actor, interpretó a un Lex basado en la Edad de Plata de los cómics: un criminal sin máscara pública, rodeado de secuaces torpes y con un tono marcadamente cómico. Incluso Kevin Spacey, en ‘Superman Returns’, repitió esa fórmula con ligeros matices dramáticos, pero sin alejarse del modelo de Hackman.

Jesse Eisenberg, por su parte, ofreció una versión más errática y filosóficamente dispersa en ‘Batman v Superman’. Su Lex era un científico, sí, pero con una voz aguda, una energía desbordada y una verborrea pretenciosa que lo alejaban por completo de cualquier amenaza real. En lugar de parecer un genio intimidante, resultaba un personaje inestable que hablaba de dioses falsos y citaba a Epicuro para parecer muy cool-to
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En cambio, el Lex de Hoult es frío, enfocado y completamente amenazante. No recurre a la comedia ni a gestos excéntricos. Su peligro reside en su inteligencia, en su presencia silenciosa, en una calma que nunca se siente pasiva. Es el tipo de villano que sabe que está por encima de todos, incluso cuando todo se le desmorona alrededor.
Es el Lex de los cómics: fiel a John Byrne y Clancy Brown
La interpretación de Nicholas Hoult se nutre directamente del Lex reinventado por John Byrne en la miniserie ‘The Man of Steel’ (1986), donde el personaje deja de ser simplemente un científico loco para convertirse en un empresario magnate que aparenta ser respetable. Esta versión influenció también a la serie animada del universo DC (DCAU), donde Clancy Brown le dio voz a un Lex igualmente calculador y poderoso.
El propio actor reconoció que leyó ‘Lex Luthor: Man of Steel’ de Brian Azzarello y Lee Bermejo, un cómic que explora a fondo la psicología del personaje. Según Hoult, esa obra lo ayudó a entender por qué Lex odia tanto a Superman: “una mezcla de miedo, envidia y necesidad de demostrar que el ser humano puede ser superior”. Hoult ha logrado lo que esperábamos desde 2013 con la secuela de ‘Man of Steel’: un Lex serio, sacado directamente de las páginas del cómic.

Su motivación es clara: la envidia como motor narrativo
A diferencia de las versiones anteriores, que presentaban motivaciones vagas o forzadamente filosóficas, esta vez el conflicto de Lex es claro, humano y poderoso: la envidia.
James Gunn explicó su enfoque en una entrevista con Rolling Stone (vía Slash Film):
“[Lex] es el hombre más grande del mundo en muchos sentidos. Ha logrado cosas sin precedentes. Y entonces llega alguien que no ha hecho nada para merecer volar y destruir edificios. Además, es extraordinariamente guapo. De pronto, todo el mundo habla solo de él. Esa obsesión con ser reemplazado, con que tus talentos no sean vistos o valorados… eso es lo que impulsa a Lex.”
Este enfoque da lugar a una de las frases más memorables del tercer acto de la película. Cuando Superman lo confronta y lo acusa de estar celoso, Lex responde:
“Mi envidia es una vocación. Es la única esperanza para la humanidad.”
Esa línea no solo define su motivación, sino que revela una visión retorcida pero lógica del mundo, donde Lex cree que su odio es lo único que puede salvarnos de la sumisión ante un dios con poderes que nadie ha elegido.
Su presencia impone: cada escena es tensión pura
Desde su primera aparición, el Lex de Hoult se impone en cada plano. No necesita gritar ni lanzar discursos grandilocuentes. Basta con su postura, su mirada, sus pausas. Una escena resume perfectamente su carácter: cuando Superman irrumpe en su oficina y le derriba el escritorio, Lex simplemente se levanta, toma su taza de café y lo mira directo a los ojos. Ese gesto simple, sin palabras, transmite poder, arrogancia y control.
Lex es un hombre que se siente superior no solo por lo que ha hecho, sino porque cree entender el mundo mejor que todos. Incluso cuando sus planes se desmoronan, mantiene una compostura escalofriante, hasta que el caos lo despoja de su máscara y la furia emerge.

El futuro del DCU depende de él
Al final de ‘Superman’, Lex es capturado y enviado a Belle Reve, la prisión de máxima seguridad dirigida por Amanda Waller. Eso abre varias puertas para su retorno: Podría formar parte de alianzas oscuras organizadas por ARGUS; podría construir su propia warsuit, como en los cómics; o incluso postularse a la presidencia, si logra manipular la narrativa pública a su favor.
Aunque su imagen ha quedado expuesta, el mundo ya sabe quién es Lex Luthor, y eso lo vuelve aún más peligroso. Su caída pública podría alimentar una nueva etapa más radical, más violenta, más desesperada.
Durante décadas, el cine ha probado distintas caras de Lex Luthor: el cómico, el teatral, el excéntrico, el errático. Pero con Nicholas Hoult, por fin tenemos a un Lex que encarna el verdadero núcleo del personaje: su narcisismo, su genio, su odio, su humanidad corrompida.
Si ‘Superman’ marca el inicio de una nueva era para DC Studios, el Lex Luthor de Hoult podría convertirse en el villano central de toda una saga, al nivel de un Thanos o un Joker, pero con motivaciones mucho más realistas y peligrosamente cercanas a las nuestras.
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