Durante el 22º Festival Internacional de Cine de Morelia, las directoras Astrid Rondero y Fernanda Valadez compartieron en entrevista los retos, hallazgos y motivaciones detrás de Sujo, su más reciente largometraje.
La cinta, que retrata el crecimiento de un niño huérfano tras el asesinato de su padre, integrante del crimen organizado, fue recibida con interés tanto por su rigor narrativo como por su sensibilidad al abordar una realidad dura sin caer en el pesimismo.
Para Rondero y Valadez, una de las tareas más complejas durante la escritura del guion fue encontrar un equilibrio entre la crudeza de los hechos y la posibilidad de esperanza.
“Desde el inicio, la vocación de la película fue narrar la historia de un chavo que, pese a todos los obstáculos, logra cambiar su destino”, explicaron.
El personaje principal representa una excepción dentro de un contexto que, muchas veces, parece no permitir salidas.
El proceso de investigación no fue ajeno a las cineastas, quienes desde Sin señas particulares han explorado fenómenos como el reclutamiento forzado y la desaparición.

La lectura constante de reportes, el seguimiento a historias reales y las voces como las del periodista Javier Valdez fueron fundamentales para dar profundidad y veracidad al entorno de Sujo.
“Queríamos que no se sintiera ingenuo, pero tampoco queríamos dejar de creer en otros futuros posibles”, comentaron.
La estructura episódica del filme —dividida en etapas de la vida de Sujo— permitió pensar la historia como un tránsito formativo.
Cada episodio está marcado por una figura clave: su padre, sus tías, su primo y finalmente una maestra.
Todas esas relaciones lo moldean. De manera especial, las directoras subrayan el papel de las mujeres: “Queríamos mostrar lo que ya sucede en muchas comunidades de México: mujeres que resisten activamente, que crían hijos propios y ajenos, en contextos donde los hombres han migrado o han muerto”.
Esta decisión narrativa también responde a una intención política. Aunque Sujo es el primer protagonista masculino en su filmografía, las mujeres que lo rodean son determinantes. “Él solo es posible gracias a ellas”, afirmaron.

En entrevista, el joven actor que da vida a Sujo compartió que su trabajo actoral estuvo fuertemente guiado por las directoras.
“Siempre me dieron instrucciones claras. Me ayudaron a entrar al personaje, a representar sus altibajos emocionales con fidelidad”, explicó. Su interpretación ha sido una de las más celebradas del filme por su autenticidad y contención emocional.
De cara a su estreno en México el próximo 5 de diciembre y con una campaña activa para entrar en la shortlist del Oscar en la categoría de Mejor Película Internacional, Rondero y Valadez confían en que Sujo pueda abrir nuevas conversaciones.
“Estamos hablando de los huérfanos de la violencia, del desplazamiento forzado, de los jóvenes que cargan con el estigma de dónde vienen. Mientras más hablemos de esto, más cerca estaremos de transformar algo”, subrayaron.
Desde su paso por festivales internacionales hasta su esperada llegada a salas mexicanas, Sujo ha tocado fibras sensibles. Según sus creadoras, no es casual: “Mucha gente sale de la sala diciendo: esta historia es la mía”. Eso, aseguran, es lo más poderoso que puede lograr una película.