En los últimos días, Elon Musk ha colocado a Netflix en el centro de una tormenta cultural al pedir a sus 227 millones de seguidores en X que cancelen el servicio por supuestamente promover contenidos “woke” en producciones infantiles. El tema ha escalado rápidamente en redes sociales y ahora sumó a un aliado inesperado: el comediante Rob Schneider, cuya intervención reforzó el debate y multiplicó las reacciones, tanto de apoyo como de rechazo.
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¿Qué detonó la campaña de Musk contra Netflix?
El magnate, que se define a sí mismo como “absolutista de la libertad de expresión”, lanzó el 1 de octubre una ofensiva contra la plataforma. Todo comenzó cuando Musk reaccionó a una publicación de Libs of TikTok sobre la serie animada ‘Dead End: Paranormal Park’, cuyo protagonista es transgénero. El empresario escribió: “Esto no está bien”, criticando que un programa con clasificación TV-Y7 incluyera este tipo de representación.
Desde entonces, Musk ha compartido más de 26 publicaciones en tres días, insistiendo en que los padres deben cancelar Netflix. En uno de los mensajes escribió: “Cancelen Netflix por la salud de sus hijos”, acompañado de una imagen que representaba la “agenda transgénero” como un caballo de Troya entrando en una fortaleza marcada como “tus hijos”.
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El empresario también ha citado otros títulos como ‘CoComelon’ y ‘The Baby-Sitters Club’, señalándolos por supuestamente “empujar propaganda trans” hacia el público infantil. Además, ha difundido mensajes que acusan a Netflix de tener sesgos en sus contrataciones y de favorecer al Partido Demócrata en sus donaciones políticas.
Reacciones de apoyo y rechazo
El respaldo más visible provino del actor y comediante Rob Schneider, quien publicó en X (vía Variety): “Querido @ElonMusk / Gracias por enfrentar la malvada programación de adoctrinamiento trans de nuestros hijos en Netflix y Disney. ¡Dios lo bendiga, señor!”. Su mensaje fue compartido miles de veces y aplaudido en círculos conservadores.
A la par, usuarios comunes inundaron la red con mensajes alarmistas bajo el hashtag #CancelNetflix. Entre las frases que se viralizaron se leen: “Los padres pensaban que Netflix era seguro para la familia. Luego esto apareció en la sección infantil. Esto no es entretenimiento. Es adoctrinamiento” y “Cancelamos nuestra cuenta hoy. Los precios siguen aumentando y tienen un nuevo programa infantil que empuja la ideología de género. No, gracias”.
No todos estuvieron de acuerdo. El periodista Tommy Vietor, cofundador de Crooked Media y conductor de ‘Pod Save America’, respondió con ironía: “Este tipo pasó de llamarse a sí mismo un ‘absolutista de la libertad de expresión’ a convertirse en el más reaccionario y llorón amante de la cultura de la cancelación en internet”.
Otros comentaristas conservadores como Robby Starbuck y el científico Matt Van Swol también se sumaron al boicot. Este último anunció que canceló su suscripción por los mismos motivos y Musk contestó con un simple: “Lo mismo”.
Por su parte, Netflix ha optado por el silencio. La empresa no ha emitido comentarios oficiales sobre la campaña y, debido a que ya no reporta suscriptores de forma trimestral, el impacto real de este boicot será difícil de medir.
Musk, las polémicas anti-woke y su cercanía con Trump
El actual enfrentamiento con Netflix se suma a una larga lista de controversias en la carrera pública de Musk. Desde hace años, el empresario se ha convertido en uno de los críticos más visibles de lo que llama la “mentalidad woke”. Sus comentarios contra políticas de inclusión, diversidad y representación en medios han generado intensas discusiones tanto en el ámbito cultural como en el político.
En el terreno empresarial, ya había protagonizado escándalos por defender a Dave Chappelle tras las críticas al especial ‘The Closer’, en 2021, donde el comediante hizo comentarios considerados transfóbicos. Esa defensa lo puso del lado de quienes reclaman mayor “libertad creativa” en la industria, aunque a costa de fuertes protestas internas en la misma Netflix.
Más recientemente, su figura trascendió al terreno político: durante la breve gestión de Donald Trump en 2025, Musk fue considerado un aliado estratégico y hasta se le asignó un rol como administrador de facto del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Aunque la relación fue temporal, marcó su paso de empresario tecnológico a actor político con influencia directa en la Casa Blanca.
Elon Musk, que hoy acumula un patrimonio cercano a los 500 mil millones de dólares, sigue cultivando una imagen polarizadora. La campaña contra Netflix, ahora amplificada por voces como la de Rob Schneider, confirma que cada movimiento suyo no solo afecta a los mercados, sino también al campo de batalla cultural donde entretenimiento, política y negocios se entrelazan cada vez con mayor intensidad.
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