Durante más de ocho décadas, Superman ha sido el rostro más reconocible del heroísmo en la cultura pop. Sin embargo, en las últimas dos décadas, ha surgido una obsesión por explorar versiones “malvadas” del personaje: versiones que, tras perder a un ser querido o ser manipuladas, se convierten en dictadores, asesinos o amenazas globales. Esta tendencia ha sido replicada tantas veces que hoy se ha vuelto un lugar común en la ficción superheroica.
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El éxito de productos como Injustice, ‘The Boys‘ o ‘Brightburn‘ dio fuerza al tropo del Superman corrupto, pero con el tiempo, el impacto emocional y narrativo de esta idea se ha diluido. Y en el contexto del nuevo DC Universe (DCU) que lidera James Gunn, apostar nuevamente por esta figura no solo sería repetitivo, sino incompatible con la visión que el estudio quiere construir.

¿Cómo nació el Superman malvado?
Aunque el Superman heroico debutó en 1938, la idea de un “hombre más allá de lo humano” con potencial destructivo es anterior. De acuerdo con CBR, un antecedente se encuentra en 1930, cuando Philip Wylie publicó Gladiator, la historia de Hugo Danner, un hombre con fuerza sobrehumana que termina aislado del mundo por su incapacidad de conectarse con la humanidad. Dos años después, Jerry Siegel escribió The Reign of the Superman, un relato donde un hombre común obtiene poderes y se convierte en un tirano. Esa fue, de hecho, la primera encarnación del personaje antes de transformarse en el ícono de la justicia.
En las décadas posteriores, surgieron versiones oscuras en las viñetas, como Ultraman (el Superman malvado de Tierra-3), Bizarro (una parodia trágica) o el Superman corrupto de ‘Superman III’ (1983). Pero el tropo alcanzó popularidad masiva en la era moderna con adaptaciones como Injustice: Gods Among Us, donde el Superman tradicional es manipulado para matar a Lois Lane y desencadena una dictadura global. El concepto, que en un principio sorprendía, se volvió fórmula.
De moda a cliché: cuando el Superman malvado dejó de sorprender
En la última década, versiones oscuras de Superman han invadido el cine y la televisión: Homelander en ‘The Boys‘, Omni-Man en ‘Invincible‘, Brandon Breyer en ‘Brightburn‘, e incluso Ikaris en ‘Eternals‘ juegan con la imagen de un protector que se transforma en amenaza. Cada uno con matices distintos, pero todos nacidos de la misma pregunta: ¿y si Superman fuera malo?
El problema es que, al repetirse tanto, la pregunta dejó de ser provocadora. Como señaló un artículo de CBR, el tropo se ha convertido en una herramienta de shock value (valor de choque) que sustituye el desarrollo profundo del personaje. Muchos de estos relatos siguen el mismo esquema: alguien cercano a Superman muere (usualmente Lois Lane) y él reacciona dominando o castigando al mundo. Este recurso no solo es predecible, sino que ha sido criticado por usar el tropo sexista de “Women in Refrigerators”.

Dentro del propio Universo DC, el ejemplo más evidente es el del Superman del Snyderverse. En ‘Batman v Superman: Dawn of Justice‘ y ‘Zack Snyder’s Justice League‘, el personaje aparece brevemente como un dictador en dos secuencias oníricas conocidas como ‘Knightmare’ (pesadilla). Aunque son visiones hipotéticas, reforzaron la percepción de un Superman oscuro y peligroso. Sin embargo, al no estar integradas de forma orgánica en la narrativa, esas escenas terminaron siendo más un gesto estético que una exploración significativa.
Grant Morrison y la defensa del Superman incorruptible
Una de las críticas más contundentes al tropo del Superman tirano vino de Grant Morrison, guionista de All-Star Superman. En entrevista con CBR, Morrison declaró que hacer que Superman se vuelva malvado por una tragedia es una idea “ridícula”. Dijo: “Mi mamá y papá murieron y no me convertí en un tirano.
Según Morrison, cuando un escritor convierte a Superman en dictador, lo despoja de su significado. Pierde su función como ideal aspiracional y se convierte en otro hombre más corrompido por el poder. Esa versión ya no es Superman.
El Superman del DCU: esperanza en lugar de ruptura
Todo indica que James Gunn y Warner Bros. Discovery han tomado nota. El nuevo Superman, interpretado por David Corenswet, se estrenará el 11 de julio de 2025 y ya ha sido descrito como una vuelta a las raíces del personaje. El primer tráiler, lanzado en diciembre de 2024, mostró a un Superman herido en la nieve pidiendo ayuda a Krypto, lo cual generó debates entre fans. Gunn aclaró (vía Game Rant) que esa vulnerabilidad es simbólica: el estado de Superman refleja el estado del mundo, pero también su fe en la bondad humana. “Esta película trata sobre eso”, afirmó.

Por su parte, el CEO de Warner Bros. Pictures, Mike De Luca, dijo a Deadline que Gunn “la rompió” con esta versión. “Es el Superman con el que crecí. Me hace llorar cada vez que la veo.” También la describió como “una película de cinco estrellas”, destacando su carga emocional, humor, acción y fidelidad al espíritu del personaje. Este nuevo enfoque marca una ruptura con el cinismo del pasado y es una apuesta valiente por devolver a Superman su rol clásico: no el dios entre los hombres que domina, sino el hombre entre dioses que inspira.
El tropo del Superman malvado ha sido explorado hasta el agotamiento. Lo que alguna vez fue una idea audaz hoy es un giro predecible que debilita al personaje en lugar de enriquecerlo. Las declaraciones de Grant Morrison y James Gunn coinciden en un punto esencial: Superman es valioso precisamente porque no se rompe. Es un personaje cuya compasión, integridad y esperanza en la humanidad deben mantenerse intactas. Y en una era saturada de antihéroes y mesías fallidos, tal vez lo más radical que puede ofrecer el cine de superhéroes es un hombre bueno que nunca deja de creer en los demás.
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