Las películas de Alien poseen niveles de cariño bastante diferentes entre los amantes del arte cinematográfico, pero cierto es que permanecen como hitos de la pantalla grande que rara vez se pueden emular. James Cameron, quien estuvo a cargo de la segunda película, Aliens de 1986, revela cuál es el mayor fallo de la saga y por qué.
Aliens retoma la pesadilla de Ellen Ripley, interpretada por la magnífica Sigourney Weaver, quien despierta décadas después de los hechos del Nostromo para descubrir que el planeta donde encontró al xenomorfo fue colonizado. Cuando se pierde contacto con esa colonia, una unidad de marines espaciales decide investigar, convencida de que tiene todo bajo control.
Lo que sigue es el mismísimo descenso al infierno. Los aliens no son uno, son cientos, organizados y muy letales. Ripley comprende antes que nadie que esto no es una misión militar, sino una lucha por sobrevivir. La película nos da acción, terror y un poco de maternidad pero en clave bélica. Transforma el miedo claustrofóbico de la original en una guerra brutal contra una especie que no tiene sentido sobre el bien o el mal, solo conoce la sangre.
Aliens, una secuela excelsa

Además de Ripley, ahora acompañada por un escuadrón de marines coloniales, la historia presenta figuras que dan músculo dramático al caos. Entre ellas está Hicks, el soldado sereno que se vuelve aliado, y Bishop, un androide que desafía la desconfianza heredada del pasado.
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El corazón lo aporta Newt (Carrie Henn), la niña que sobrevivió sola en la colonia. En el extremo opuesto aparece Burke, el burócrata corporativo cuyo interés económico pone a todos en peligro. Completa el grupo Vasquez, una marine feroz que encarna la acción y hace chistes al por mayor. Juntos, estos personajes convierten la secuela en un clásico de ciencia ficción bélica con nervio y carácter.
James Cameron opina sobre el mayor error de Alien
Pero no es Aliens, sino en su secuela, Alien³, dirigida por David Fincher, donde James Cameron ve el mayor problema de la saga. En los primeros minutos de la película se revela que Newt muere antes de que inicie la historia, tras el accidente de la nave de escape que llega al planeta prisión Fiorina 161. Su cuerpo es recuperado del mar y sometido a una autopsia.
Los demás acompañantes de Ellen Ripley corren la misma suerte. Hicks también fallece en el accidente, y el androide Bishop queda tan dañado que solo puede “hablar” brevemente antes de apagarse para siempre. La película inicia, así, borrando de golpe el final esperanzador de Aliens.

A James Cameron no le gusto ni un poco el arranque de Alien³ y esto fue lo que dijo recientemente para el podcast Just Fooling About:
“Me pareció la cosa más estúpida que se les pudo ocurrir. Construyes un montón de buena voluntad alrededor de los personajes de Hicks, Newt y Bishop, y luego lo primero que haces en la siguiente película es matarlos a todos. Muy listos, ¿no? Y después los reemplazan con un montón de malditos convictos a los que odias y quieres ver morir. Realmente brillante.”
Cierto es que el inicio de la tercera película de Alien es desolador. Muestra imágenes explícitas de la muerte de cada uno de los integrantes: Newt en un plano casi frontal de su rostro, ahogada en su criotubo; Hicks empalado por un soporte de seguridad; y Bishop hecho pedazos. Ellen Ripley apenas salió viva de milagro, solo para hacer frente a una nueva realidad, quizá más dolorosa que todo lo que vivió en el pasado. El enfado de James Cameron al ver lo que hicieron con sus personajes es comprensible.
Ahora mismo, el director disfruta de las miles gracias a Avatar: Fuego y Ceniza, la tercera película de su franquicia de aventuras que aspira a convertirse en una de las películas más taquilleras de la historia. ¿Ya la viste?
Con información de Comicbook.
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