El esperado estreno de ‘Frankenstein’, la adaptación más personal de Guillermo del Toro, ha despertado gran interés tanto por su impresionante reparto encabezado por Oscar Isaac, Mia Goth y Jacob Elordi, como por las diferencias que el cineasta mexicano introdujo respecto a la novela original de Mary Shelley. Tras tres décadas de desarrollo y numerosos intentos fallidos, Del Toro finalmente logró materializar su visión bajo el sello de Netflix, y lo hizo con una convicción clara: esta vez, no pensaba ceder ni un solo cambio de su historia.
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¿Qué cambió Guillermo del Toro en el final de ‘Frankenstein’?
A lo largo de su carrera, Del Toro ha demostrado una profunda empatía hacia los monstruos, retratándolos no como villanos, sino como seres incomprendidos. En su versión de ‘Frankenstein’, el director decidió modificar el desenlace del libro de Shelley para otorgarle a la historia un matiz más esperanzador y humano.

En lugar de concluir con la autodestrucción de la criatura, como ocurre en la novela, Del Toro optó por un cierre que habla del perdón y la redención. En su película, Victor Frankenstein logra disculparse con su creación antes de morir, mientras que el monstruo —interpretado por Jacob Elordi— encuentra un propósito más luminoso, ayudando a salvar a otros tras toda una vida de rechazo.
El propio Del Toro se negó a eliminar este cambio. Según el medio Collider, el cineasta defendió su decisión porque consideraba esencial transformar la tragedia en reconciliación. La película muestra a la criatura aceptando la luz del sol por primera vez, un gesto que simboliza su libertad y el cierre del ciclo de violencia que dominó su existencia.
“Perdonar a alguien y perdonarse a sí mismo para existir”, dijo Del Toro al explicar el sentido del desenlace. Para él, la historia no termina con la muerte, sino con la posibilidad de sanar.
La conexión personal de Del Toro con la historia de Shelley
La decisión de modificar el final no fue arbitraria. El director ha reconocido que ‘Frankenstein’ es una obra que lo ha acompañado desde la infancia, pero que su relación con ella cambió tras una experiencia traumática: el secuestro de su padre, Federico del Toro, en 1998.
Ese episodio marcó profundamente su visión del dolor, la pérdida y el perdón. “Cuando se llevan a alguien, se lleva a la familia,” reflexionó en una entrevista. “Ambos lados están paralizados” En la película, ese sentimiento de impotencia se refleja tanto en el creador como en su criatura, quienes aprenden a reconocer el sufrimiento del otro.
Del Toro explicó que, para él, el relato siempre ha sido una metáfora sobre el trauma generacional y la necesidad de reconciliarse con el pasado. Al permitir que la criatura sobreviva, el director sugiere que es posible romper el ciclo de abuso heredado, una idea que conecta con su propio proceso personal de reconciliación familiar.

‘Frankenstein’: el cierre de una era para Del Toro
El cineasta describió su película como el final de una etapa en su carrera. Después de explorar durante décadas la figura del monstruo —desde ‘El espinazo del diablo’ hasta ‘La forma del agua’—, esta obra funciona como la culminación de su universo simbólico.
Del Toro también ha señalado que esta versión representa el fin de su fascinación por lo gótico y lo barroco, y el inicio de un periodo más íntimo. Sus próximos proyectos, ‘Fury’ y ‘The Buried Giant’, se alejan del terror romántico y buscan explorar otros géneros, desde el drama criminal hasta la animación filosófica.
Con ‘Frankenstein’, el director entrega una relectura de uno de los mitos más poderosos de la literatura así como una declaración personal sobre el perdón, la empatía y la posibilidad de redención. Su cambio más grande al texto de Shelley no traiciona su esencia; la completa.
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