¿El sueño americano reemplazó a ‘Ohana’? Fans critican el nuevo final de ‘Lilo & Stitch’ 

¿El sueño americano reemplazó a ‘Ohana’? Fans critican el nuevo final de ‘Lilo & Stitch’ 

Lo que antes era una historia sobre la resistencia emocional de una familia marginada, ahora es una celebración del individualismo

Por Arturo Lopez Gambito el 24 mayo, 2025

Disney lo volvió a hacer: tomó una de sus películas más queridas y le hizo cambios que no han pasado desapercibidos por los fans. El remake live-action de ‘Lilo y Stitch‘ ha despertado una fuerte discusión en redes sociales por la decisión de modificar el final, aunque esto no sólo revela una lógica narrativa, sino que es un mensaje claramente ideológico (neoliberal). En cierto sentido, la nueva versión no solo modifica el final, sustituye el alma de la película original. ¿El sueño americano reemplazó al ‘ohana’? Eso sugieren las reacciones en redes sociales.

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El término “neoliberalismo” tiene varios significados, pero hablando de ideología se refiere a un modelo que prioriza la competencia individual, la autosuperación personal y la eficiencia por encima de los vínculos colectivos. No es solo una cuestión económica: también moldea nuestras ideas sobre el éxito, la autonomía y la familia. En general es la ideología que más ha promovido Hollywood, pero la ‘Lilo y Stitch‘ original no era una de las películas que la promovían.

Antes de continuar, es necesario recordarles que habrá SPOILERS muy importantes.

'Lilo y Stitch' (imagen: Disney)
‘Lilo y Stitch’ (imagen: Disney)

Nani ya no lucha por su hermana: así es el final que cambió todo

En la película animada de 2002, Nani, una joven huérfana de unos veinte años, lucha contra todo (el sistema, la precariedad, sus propias inseguridades) para conservar la custodia de su hermana menor, Lilo. Ese conflicto íntimo y poderoso se resolvía con una victoria emocional: la familia, aunque disfuncional y caótica, lograba mantenerse unida. Stitch, el alienígena creado para destruir, se transformaba en un miembro más de esa comunidad elegida.

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El remake, sin embargo, decide tomar otro camino. En esta versión, Nani (interpretada por Sydney Agudong) ‘renuncia voluntariamente a la custodia de Lilo’, convencida por una trabajadora social (la Sra. Kekoa, papel de Tia Carrere) de que lo mejor es dejar a la niña al cuidado de su vecina, Tūtū (Amy Hill). ¿La razón? Nani quiere estudiar biología marina en San Diego. Aunque el filme intenta suavizar la decisión con una “pistola de portales” que le permite visitar a su hermana desde la universidad, el cambio es profundo y disruptivo.

La escena es presentada como un acto de madurez y amor: Nani sigue sus sueños, Lilo queda en buenas manos, y el mundo sigue girando. Pero el mensaje que transmite es otro: la separación ya no es una amenaza que la familia debe resistir, sino una solución funcional que permite el desarrollo individual.

El nuevo Stitch no necesita familia: necesita que todos se “realicen”

Este giro no es accidental ni aislado. Va de la mano con otra decisión creativa del remake: la omisión del Capitán Gantu como villano y su reemplazo por un Jumba más calculador y antagonista (interpretado por Zach Galifianakis). En la película original, Gantu era una amenaza externa clara: un agente enviado a capturar a Stitch, cuyo secuestro de Lilo generaba una misión de rescate que unía a todos los personajes. El conflicto externo servía como catalizador de la unión familiar: todos debían cooperar para salvar a la niña, y esa experiencia sellaba sus vínculos.

'Lilo y Stitch' (imagen: Disney)
‘Lilo y Stitch’ (imagen: Disney)

En el remake, al eliminar esa figura externa, el conflicto se vuelve interno. Jumba, que antes era ambiguo y hasta cómico, asume un rol más oscuro, pero no representa una amenaza cohesionadora. Lo que separa a los personajes no es un peligro que venga de fuera, sino sus propias decisiones: Nani quiere irse, Lilo debe quedarse, Stitch observa sin una familia clara por la cual luchar. El resultado es que el desenlace ya no refuerza el ‘ohana’, sino que lo desintegra.

El Stitch de 2002 encontraba su lugar en el mundo al ver el dolor de Lilo y Nani, y al decidir que quería formar parte de esa pequeña pero resistente comunidad. Su arco era uno de transformación emocional: pasar del aislamiento a la pertenencia. En 2025, ese viaje pierde peso, porque la familia por la que Stitch debería luchar deja de existir como unidad.

En su lugar, el remake propone una idea distinta: todos pueden crecer si siguen su propio camino. Stitch sigue siendo adorable, pero su función emocional se diluye. Ya no necesita una familia. La narrativa deja de lado la interdependencia para centrarse en la autonomía. Es el paso de una historia sobre vínculos persistentes a otra sobre caminos paralelos. Y en esa transición, también se pierde el corazón de la película original.

Acabo de enterarme de que en el remake de Lilo y Stitch, Nani abandona a Lilo y va a la universidad, aunque la razón principal por la que luchó tanto para la custodia era que nunca se separaran. Es divertidísimo cómo estos remakes pierden constantemente la esencia de los originales.

Stitch en el remake live-action de 2025 (imagen: Disney)
Stitch en el remake live-action de 2025 (imagen: Disney)

La respuesta de los fans ante el nuevo final

Las reacciones no se hicieron esperar. En redes sociales, miles de usuarios criticaron el nuevo final como una traición al mensaje central de la historia. “Nani no dando la custodia de Lilo y peleando por ella ERA el punto”, escribió una usuaria citada por ComicBook. Otros acusaron al remake de “bastardizar” a los personajes para insertar una agenda contemporánea disfrazada de progreso.

¿Recuerdan en #LiloandStitch, donde Nani cuidaba mucho de Lilo y usaba todas sus fuerzas para protegerla y hacía todo lo posible para mantenerla feliz? Sí, en la nueva versión de acción real, simplemente se va a la universidad y los vecinos acogen a Lilo.

Otro usuario dijo: “Destruyeron completamente el significado de esta historia” (vía Daily Beast), comentando la escena en la que Nani entrega a su hermana. El director Dean Fleischer Camp aseguró en entrevista con EW que el tono más “realista” del live-action exigía replantear los vínculos y la tensión emocional. Pero la explicación no es del todo convicente: si la historia sigue incluyendo portales, armas alienígenas y experimentos genéticos, ¿por qué solo el afecto familiar necesita volverse “realista”?

El neoliberalismo y sus consecuencias en ‘Lilo y Stitch’

Este cambio de enfoque responde a una lógica ideológica. El neoliberalismo, como modelo económico y cultural dominante, ha promovido por décadas la idea de que el éxito individual justifica cualquier sacrificio social, y uno de los más profundos ha sido el deterioro del tejido comunitario. Décadas después de que el modelo comenzó a volverse hegemónico ha quedado demostrado cómo la movilidad laboral y educativa, impulsada por el ideal de “superarse”, ha fragmentado familias, comunidades y redes de apoyo.

"Ohana significa familia y la familia nunca te abandona... ni te olvida" 'Lilo y Stitch' (imagen: Disney)
“Ohana significa familia y la familia nunca te abandona… ni te olvida” ‘Lilo y Stitch’ (imagen: Disney)

En ese marco, el nuevo final de ‘Lilo y Stitch‘ encaja perfectamente: la familia no se rompe por necesidad, sino porque es lo más racional. La película no solo refleja ese modelo, ‘lo romantiza’. Presenta la desvinculación no como una tragedia, sino como una forma de madurez. La decisión de Nani se convierte en el acto que permite a todos crecer, como si separarse fuera más valiente que resistir juntos.

Lo que antes era una historia sobre la resistencia emocional de una familia marginada, ahora es una celebración del individualismo. Y eso tiene consecuencias. En tiempos donde la soledad, el aislamiento y la fragilidad emocional van en aumento, tal vez lo que más necesitábamos no era una lección de “realismo”, sino un recordatorio de que quedarse también es una forma de amor.

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