El anuncio del acuerdo preliminar entre Netflix y Warner Bros. Discovery (WBD) para una compra valuada en más de US$87 mil millones desató un enfrentamiento empresarial, político y regulatorio que ya domina la conversación en Hollywood y Washington. Entre ofertas hostiles, cuestionamientos públicos y advertencias sobre monopolio, la voz del presidente Donald Trump se ha convertido en un factor inesperado en el destino de uno de los estudios más antiguos e influyentes de la industria.
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El mandatario estadounidense reconoció que “estará involucrado” en el proceso de aprobación, pero también expresó dudas sobre el tamaño que alcanzaría la compañía resultante si se consolida el trato actual, aun después de reunirse con el propio Ted Sarandos, CEO de Netflix, en la Casa Blanca.

¿Por qué Trump interviene directamente en la negociación?
La dimensión del acuerdo, sumada al peso cultural e industrial de Warner Bros. y HBO Max, colocó rápidamente la operación bajo el escrutinio del gobierno. Durante su paso por la alfombra roja de los Kennedy Center Honors, Trump afirmó que participará en el proceso de revisión, una declaración inusual tratándose de una fusión entre empresas privadas.
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Según explicó, el asunto llegó a su despacho después de que Ted Sarandos visitara el Despacho Oval para asegurarle que la unión de Netflix con Warner Bros. y HBO Max no derivaría en una posición de dominio absoluto dentro del mercado de streaming.
El presidente fue cordial al describir al ejecutivo como “fantástico”, pero también marcó distancia al subrayar que el tamaño combinado de ambas compañías representaría “mucho” en términos de participación de mercado, preocupaciones que ya habían expresado legisladores republicanos y algunos demócratas:
“Es un hombre fantástico. Le tengo mucho respeto, pero tiene una cuota de mercado muy grande. Podría ser un problema”.
La observación también revela la complejidad del momento: aunque Trump ha criticado en el pasado grandes fusiones mediáticas, ahora se encuentra en una posición determinante para orientar el rumbo del proceso.
¿Favorece Trump la oferta de Paramount Skydance?
La aparición de una oferta hostil de Paramount Skydance, valuada en US$108.4 mil millones, añadió presión a un escenario ya tenso. David Ellison, CEO de la compañía, acudió a inversionistas asegurando que su propuesta es superior “en todos los sentidos” frente a la de Netflix. Su relación con Trump y con Larry Ellison (uno de los aliados empresariales más cercanos al presidente) parecía darles una ventaja inicial en Washington.
Sin embargo, la dinámica cambió drásticamente en cuestión de días. Trump criticó públicamente a Paramount tras la emisión de una entrevista en ‘60 Minutes’ y cuestionó la decisión editorial de la cadena, lo que diluyó la percepción de un apoyo automático hacia la corporación. Más tarde, en un encuentro con la prensa en la Casa Blanca, subrayó que no se inclina aún por ninguna propuesta, y que debe evaluar cómo afectaría cada oferta la distribución del mercado. “Ninguno de ellos es particularmente buen amigo mío. Sabes, quiero hacer lo correcto”.
La posición de Trump, lejos de simplificar el panorama, lo vuelve más impredecible. Mientras Paramount enfatiza que su oferta resolvería la transacción más rápido y con menor riesgo regulatorio, la Casa Blanca no ha confirmado una postura definitiva, consciente de las implicaciones que tendría respaldar explícitamente una de las dos operaciones.

¿Qué impacto tendrá la intervención política en la decisión de Warner Bros.?
Por ahora, WBD sigue apoyando la propuesta de Netflix, firmada el 4 de diciembre y defendida por su junta directiva como la opción más consistente a largo plazo. Ted Sarandos ha reiterado que el acuerdo está encaminado y que la compañía confía en obtener todas las aprobaciones necesarias. En paralelo, los ejecutivos de Netflix prometieron mantener operaciones clave de Warner Bros., respetar los compromisos de estrenos en cines y conservar HBO Max como un servicio independiente durante la transición.
La presión política, sin embargo, añade capas de incertidumbre. El acuerdo enfrenta un escrutinio riguroso en Estados Unidos y Europa, tanto por su tamaño como por el efecto que tendría en la competencia entre plataformas de streaming. Además, la campaña de Paramount para convencer a accionistas y reguladores sigue activa; Ellison insiste en que la combinación de HBO Max con Netflix daría lugar a una escala difícil de justificar ante cualquier agencia antimonopolio.
En las próximas semanas, Warner Bros. Discovery deberá emitir una recomendación formal al mercado y los accionistas tendrán la última palabra. De fondo, queda claro que la lucha ya no se limita a cifras y ofertas: la postura del presidente de Estados Unidos, expresada directamente y con reservas específicas sobre el tamaño de la operación, se ha convertido en uno de los elementos más influyentes del desenlace.
Con información de Variety.
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