Un caso judicial que involucra a una de las plataformas de streaming más grandes del mundo volvió a colocar bajo el reflector a Carl Erik Rinsch, director conocido por su trabajo en ‘47 Ronin’. El proceso ha reavivado preguntas sobre la relación entre creadores y estudios, los riesgos de las producciones millonarias y los límites legales en disputas contractuales dentro de la industria audiovisual.
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¿De qué fue declarado culpable Carl Erik Rinsch?
Este jueves, Carl Erik Rinsch fue declarado culpable por un jurado federal en Nueva York de fraude electrónico, lavado de dinero y otros cargos, luego de que fiscales demostraran que estafó a Netflix por US $11 millones destinados a una serie que nunca llegó a concretarse. De acuerdo con los registros judiciales y con un portavoz de los fiscales federales, el dinero fue utilizado para fines completamente ajenos a la producción audiovisual.

El director, identificado públicamente por haber dirigido ‘47 Ronin’, había recibido inicialmente US $44 millones por parte de Netflix para desarrollar una serie de ciencia ficción titulada ‘White Horse’. Posteriormente, solicitó y obtuvo US $11 millones, bajo el argumento de que necesitaba financiamiento extra para finalizar la producción. Sin embargo, el proyecto nunca se entregó ni se materializó en episodios completos.
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Según los fiscales, en lugar de destinar esos fondos al desarrollo de la serie, Rinsch transfirió el dinero a una cuenta personal y realizó una serie de inversiones fallidas. En apenas un par de meses, habría perdido alrededor de la mitad del monto. Más adelante, colocó el resto en el mercado de criptomonedas, donde obtuvo cierta ganancia, aunque finalmente volvió a depositar el dinero en su propia cuenta bancaria.
¿Cómo se utilizó el dinero que Netflix entregó para la serie?
Durante el juicio, la fiscalía detalló que, tras las inversiones, Carl Erik Rinsch realizó una serie de compras de lujo que se convirtieron en uno de los puntos más llamativos del caso. Entre los gastos señalados se encuentran cinco Rolls-Royce y un Ferrari, además de aproximadamente US $652 mil en relojes y ropa.
Uno de los elementos que más llamó la atención del jurado fue el gasto en artículos domésticos de lujo: Rinsch compró dos colchones por alrededor de US $638 mil y desembolsó otros US $295 mil en ropa de cama y sábanas. A esto se sumó el uso de parte del dinero para pagar cerca de US $1.8 millones de dólares en deudas de tarjetas de crédito, de acuerdo con la información presentada por los fiscales federales.
Netflix, por su parte, declinó hacer comentarios tras conocerse el veredicto. La compañía había cancelado el proyecto luego de que la serie no avanzara conforme a los términos establecidos y de que no se entregaran los materiales prometidos.
El caso y sus implicaciones para la industria audiovisual
Tras el fallo, el abogado defensor de Rinsch, Benjamin Zeman, emitió un comunicado en el que afirmó que considera el veredicto erróneo y advirtió que “podría sentar un precedente peligroso para los artistas que se vean envueltos en disputas contractuales y creativas con sus benefactores, en este caso una de las compañías de medios más grandes del mundo, encontrándose acusados por el Gobierno federal de fraude”.

Más allá de la defensa, el caso sin duda dará pie a una conversación en la industria sobre los mecanismos de control en producciones de gran presupuesto, especialmente en plataformas de streaming que apuestan por proyectos ambiciosos sin pasar por los filtros tradicionales de estudios o cadenas de televisión.
El nombre de Carl Erik Rinsch, cuya carrera cinematográfica incluye principalmente ‘47 Ronin’ y trabajos previos en publicidad y desarrollo de proyectos, quedó ahora asociado a uno de los escándalos financieros más notorios recientes entre un creador y una plataforma.
La sentencia de Rinsch está programada para abril, fecha en la que se definirá si enfrentará una pena de prisión y cuáles serán las sanciones económicas correspondientes. Mientras tanto, el caso sigue siendo observado de cerca por productores, directores y estudios, no solo por el monto involucrado, sino por las consecuencias legales que podría tener para futuras negociaciones entre creadores y gigantes del streaming.
Con información de CNN.
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