De ‘Guardianes de la bahía’ al cine independiente: Pamela Anderson pone las reglas en su retorno artístico

De ‘Guardianes de la bahía’ al cine independiente: Pamela Anderson pone las reglas en su retorno artístico

A los 58 años, Pamela Anderson se ha convertido en una voz crítica del contenido digital para adultos y en símbolo de autenticidad

Por Arturo Lopez Gambito el 1 agosto, 2025

Durante años, el nombre de Pamela Anderson estuvo atado a una imagen. Cabello rubio platinado, traje de baño rojo, cámaras lentas y la promesa perpetua de un erotismo sin culpa. Para muchos, fue un símbolo de los años noventa. Para otros, una fantasía mediática. Pero pocos imaginaron que, décadas después, volvería a ocupar titulares no por su pasado, sino por una nueva etapa: más serena, más reflexiva, más poderosa. Una etapa en la que, lejos de las playas de ‘Baywatch’, encontró en el cine independiente y en su propio cuerpo (sin filtros ni artificios) un nuevo lugar desde donde hablar.

También te puede interesar: Superman vs. Sentry, ¿quién es más fuerte? Director de ‘Thunderbolts’ responde*

De símbolo erótico a voz crítica

En octubre de 1989, con apenas 22 años, Pamela Anderson apareció por primera vez en la portada de Playboy, luego de que Hugh Hefner la descubriera en un anuncio de cerveza canadiense. Lo que siguió fue una relación de casi tres décadas con la revista: fue Playmate of the Month en febrero de 1990, apareció en portada 14 veces, más que nadie, y fue la última modelo en posar desnuda para la publicación en su edición final de enero/febrero de 2016, a los 48 años.

Pamela Anderson en 'Baywatch' (NBC)
Pamela Anderson en ‘Baywatch’ (NBC)

Pero su vínculo con Playboy fue más complejo de lo que parecía. En su autobiografía Love, Pamela (2023), Anderson relata que, tras una infancia marcada por el abuso y la violencia, posar desnuda por primera vez fue una forma de recuperar el control sobre su cuerpo. En una entrevista con ET Canada, recordó que esa sesión de fotos fue su “primer sentimiento de libertad”.

También lee: Dance, dance with my hands: ¿Por qué Merlina se volvió un ícono de la Generación Z?

Sin embargo, en 2016 sorprendió al publicar junto al rabino Shmuley Boteach un artículo de opinión en The Wall Street Journal titulado “Take the Pledge: No More Indulging Porn”, en el que calificaba el consumo de pornografía como “un peligro público de una seriedad sin precedentes”. La publicación coincidía con el escándalo de sexting del entonces congresista Anthony Weiner, pero Anderson no lo redujo a un caso individual. Planteó una preocupación más amplia: “Creo que la pornografía por internet es adictiva, cada vez más rara y oscura, y creo que conduce a la violencia contra las mujeres”.

En declaraciones posteriores a The Guardian, aclaró que no consideraba que Playboy fuera pornografía: “Era inocente, sofisticado”. Su crítica se centraba en el cine para adultos contemporáneo, que veía como dañino, no solo para la imagen de las mujeres, sino también para la calidad de las relaciones íntimas. “De lo que hablo es de tener mejor sexo, mejores relaciones amorosas y más respeto hacia las mujeres”, dijo.

‘The Last Showgirl’: la película que lo cambió todo

En septiembre de 2024, Pamela Anderson presentó en el Festival de Cine de Toronto The Last Showgirl, dirigida por Gia Coppola, nieta de Francis Ford Coppola y sobrina de Sofia Coppola. En ella interpreta a Shelly, una bailarina veterana de Las Vegas que, tras 30 años sobre el escenario, debe enfrentarse al cierre de su espectáculo y a un futuro incierto. Su actuación fue aclamada por la crítica: Business Insider la calificó como una “revelación”, y desde entonces se habló de un posible renacimiento profesional, con incluso rumores de nominación al Oscar.

En declaraciones posteriores recogidas por Business Insider, Anderson explicó que el papel no le fue ofrecido directamente: su agente lo rechazó sin consultarla. Fue gracias a su hijo, a quien también le llegó el guion, que pudo leerlo. “Nunca había leído un guion como ese. Pensé: esto es vida o muerte, tengo que hacerlo”.

Durante una proyección en Londres, la actriz confesó: “Siento que es el comienzo de mi carrera, es la primera vez que he podido enfocarme, hacer lo que sé que soy capaz de hacer. Apenas estoy rascando la superficie”.

The Last Showgirl no solo representa un giro artístico. Es, también, una narración paralela a su propia vida. Al igual que Shelly, Anderson siente que el mundo la miraba como un producto terminado, como alguien cuya época ya había pasado. “Tal vez me convertí en una caricatura de mí misma”, dijo. “Sentí que nadie podía ver más allá de eso”.

Pamela Anderson en 'The Last Showgirl' (Roadside Attractions)
Pamela Anderson en ‘The Last Showgirl’ (Roadside Attractions)

En ‘The Naked Gun’, una revolución silenciosa

El 1 de agosto de 2025 se estrenó en EE. UU. la nueva versión de ‘The Naked Gun’, dirigida por Akiva Schaffer y protagonizada por Liam Neeson como el detective Frank Drebin Jr. La película, un reboot de la comedia clásica de los 80 y 90, recibió críticas mixtas. Pero una opinión fue casi unánime: lo mejor del filme fue Pamela Anderson.

En su reseña para TIME, la crítica Stephanie Zacharek escribió: “Pamela Anderson es lo mejor de The Naked Gun”. Su personaje, Beth Davenport, es una escritora de novelas de crimen que investiga la muerte de su hermano y se presenta como una femme fatale clásica: vestido blanco, boina negra y gafas oscuras. Pero su interpretación va más allá del cliché: tiene ritmo, ironía y un extraño sentido de autenticidad.

En una escena, Beth canta un número de jazz improvisado, mitad homenaje a Anita O’Day, mitad parodia juguetona. En otra, responde con sequedad a un villano que le pide permiso para hablar con franqueza: “Prefiero el inglés”.

Para TIME, lo revolucionario de su actuación no está solo en lo actoral, sino en su presencia física. En un mundo saturado de filtros, rellenos y estándares imposibles, ver a una mujer de 58 años con un rostro real (con líneas de expresión, con textura) resulta profundamente refrescante. “Podés leer un rostro como el resumen de sus decisiones. Y se nota cuando alguien ha elegido la alegría”, escribe la crítica.

Pamela Anderson y Liam Neeson en 'The Naked Gun' (imagen: Paramount)
Pamela Anderson y Liam Neeson en ‘The Naked Gun’ (imagen: Paramount)

Belleza sin filtros, cuerpo sin permiso

Durante la promoción de ‘The Last Showgirl’, Pamela apareció en eventos con poco maquillaje, ropa sobria y sin artificios. Su estilo se convirtió en una declaración estética y política. No lo hizo como truco publicitario, sino como parte de un proceso de aceptación que venía gestándose desde hacía años. “Es un recordatorio de que las celebridades también son personas, con vidas reales y decisiones reales”, apunta TIME.

Esa elección (la de mostrarse al natural, sin ocultar su edad ni maquillarse para disimular) contrasta con la cultura actual de redes sociales, donde la apariencia suele estar mediatizada por filtros y cirugía. Pamela Anderson, que fue un emblema de la fantasía masculina noventera, ahora se planta como una figura que desafía los códigos de belleza que ella misma ayudó a establecer. Y eso, sin alzar la voz, sin discursos elaborados, es lo más subversivo que ha hecho.

En sus propias palabras, recogidas por Business Insider, el personaje de Shelly en ‘The Last Showgirl’ “es el catalizador para el resto de mi vida”. No es un cierre, es una bisagra. Y no es solo una historia de redención, sino de reconstrucción consciente.

Image

Mucho más que un rostro conocido

Hoy, Pamela Anderson no busca ser “la mejor versión de sí misma” bajo los parámetros del pasado. No quiere gustar. No quiere ser recordada por su físico. Lo que quiere, y empieza a lograr, es ser leída, vista y escuchada desde otro lugar. Desde una madurez sin vergüenza, desde una vulnerabilidad sin escudo, desde una inteligencia que no necesita disfraz.

Ha pasado de ser “el ADN de Playboy” (como la llamó Hugh Hefner, según su propia autobiografía) a convertirse en una crítica del porno digital, una actriz respetada en el circuito independiente y una presencia incómoda para una industria que aún valora más el brillo que la sustancia.

En un momento en que casi todo en la cultura popular parece destinado a repetir fórmulas, Pamela Anderson, contra todo pronóstico, se volvió inesperadamente relevante. No por volver a ser lo que fue, sino por mostrar lo que siempre estuvo ahí.

No te vayas sin leer: ¿Hulk vs. Spider-Man? De esto trataría ‘Brand New Day’, con Mark Ruffalo y Tom Holland, según supuestas filtraciones

Imperdibles de la semana

Contenido recomendado