La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los temas centrales de la industria audiovisual y también en una preocupación para algunos de sus creadores más destacados. Uno de ellos es Charlie Brooker, mente detrás de ‘Black Mirror’, quien recientemente habló sobre sus temores respecto a lo que estas herramientas pueden significar para el futuro de la escritura y la creatividad en televisión y cine. Sus declaraciones llegan en un momento en el que la propia serie ha explorado de manera constante los dilemas éticos de la tecnología, y en un momento donde Hollywood continúa discutiendo hasta qué punto la IA debe tener un lugar en la creación artística.
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¿Por qué la IA inquieta a Charlie Brooker?
En el Festival de Televisión de Edimburgo, Brooker compartió una conversación que tuvo con otro guionista acerca de la posibilidad de alimentar a una máquina con guiones para obtener versiones modificadas o retroalimentación inmediata. Ese escenario, dijo, le resultó alarmante: “Eso me pareció plausible, porque básicamente el guion se convierte en un prompt. Eso me preocupa”.

Brooker expresó, con su característico humor ácido, que espera que la profesión siga teniendo un lugar en la industria: “Espero que todavía exista un trabajo que consista en mantener los teclados calientes con carne humana”. Sus palabras reflejan un temor compartido por muchos escritores en una era donde la automatización ya no se limita a tareas mecánicas, sino que se extiende a actividades creativas que antes parecían imposibles de replicar por algoritmos.
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“Un frío terror animal”: la primera vez que probó ChatGPT
El creador de la serie relató una experiencia personal que marcó su percepción sobre la IA. Hace un par de años pidió a ChatGPT que redactara un esquema para un episodio de ‘Black Mirror’. En un inicio, la sensación fue perturbadora: “Le dije a ChatGPT: ‘Hazme un esquema para un episodio de Black Mirror’. Y mientras aparecían las primeras frases sentí un frío terror animal, como estoy siendo reemplazado. Ni siquiera iba a ver lo que hacía, quería saltar por la ventana”.
Sin embargo, el miedo pronto dio paso a la decepción. Al leer el resto de la propuesta, Brooker se dio cuenta de que lo que ofrecía la IA carecía de novedad: “Luego, a medida que seguía, pensé: ‘Esto es aburrido. Hace un segundo estaba asustado, ahora estoy aburrido porque es tan derivativo’”. Esa experiencia lo tranquilizó momentáneamente, aunque reconoció que la tecnología ha avanzado mucho desde entonces y que hoy podría producir resultados diferentes.
No es la primera vez que Brooker enfrenta a la inteligencia artificial, pero en esta ocasión lo hizo desde el terreno real y no solo en la ficción. Paradójicamente, varios de sus episodios más comentados giran en torno al mismo tema: ‘Be Right Back’, ‘Rachel, Jack and Ashley Too’ y ‘Joan Is Awful’, este último estrenado en plena huelga de guionistas y actores de Hollywood en 2023, cuando la discusión sobre el uso de IA en la industria alcanzó su punto más álgido.
El impacto actual de la inteligencia artificial en la industria
El temor de Brooker no surge en el vacío. Durante los últimos dos años, la inteligencia artificial ha transformado de manera radical distintos sectores. En el ámbito laboral, estudios estiman que cerca del 40 % del empleo mundial está expuesto a la automatización, con un efecto más pronunciado en las economías avanzadas.

Empresas como bancos, aseguradoras y tecnológicas ya han experimentado tanto con la sustitución de empleados como con la integración de asistentes virtuales, aunque en varios casos las iniciativas han debido dar marcha atrás por el descontento de clientes o por falta de calidad en el servicio.
En el sector creativo, la IA se ha convertido en una herramienta de doble filo: por un lado permite acelerar procesos, abaratar costos y generar contenido de apoyo; por el otro, plantea dudas sobre derechos de autor, autenticidad y la supervivencia de profesiones enteras. Para Brooker, cuya serie ha advertido durante más de una década sobre los excesos de la tecnología, resulta inevitable sentir que sus propias historias comienzan a materializarse fuera de la pantalla.
El futuro inmediato de ‘Black Mirror’ aún no tiene confirmada una octava temporada, pero lo que es seguro es que la conversación sobre inteligencia artificial seguirá formando parte de su ADN. Y mientras Hollywood debate su lugar en la producción de contenidos, Brooker sintetiza el dilema con la crudeza que lo caracteriza: entre el terror inicial de sentirse reemplazado y el consuelo de comprobar que la máquina, al menos por ahora, todavía no logra superar a la imaginación humana.
Con información de JoBlo.
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