‘Avatar: Fuego y Cenizas’: La inquietante teoría sobre Eywa que reinterpreta la saga como horror cósmico

‘Avatar: Fuego y Cenizas’: La inquietante teoría sobre Eywa que reinterpreta la saga como horror cósmico

¿Es Eywa como una entidad cercana al horror cósmico? Eso piensan algunos fans

Por Arturo Lopez Gambito el 30 diciembre, 2025

Desde su estreno en 2009, la saga ‘Avatar‘ ha sido leída como una fábula ecológica, una crítica al colonialismo y una celebración de la conexión entre los seres vivos. Sin embargo, conforme el universo de Pandora se ha expandido, y en particular con Avatar: Fuego y Cenizas‘, ha cobrado fuerza una interpretación alternativa mucho más inquietante: ¿y si Eywa no fuera únicamente una deidad benevolente, sino una entidad que encaja mejor en el territorio del horror cósmico?

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¿Qué es realmente Eywa dentro del canon de ‘Avatar’?

Dentro del universo de ‘Avatar’, Eywa es conocida por los na’vi como la Gran Madre. No gobierna como una deidad antropomórfica ni dicta mandamientos morales. Su presencia se manifiesta como una conciencia planetaria que conecta toda la vida de Pandora mediante una red biológica. Árboles, animales y na’vi forman parte de un sistema interconectado que permite el intercambio de energía, memoria y, en ciertos rituales, conciencia.

Eywa es la diosa madre de los na'vi en el universo de 'Avatar' (imagen: IMDb)
Eywa es la diosa madre de los na’vi en el universo de ‘Avatar’ (imagen: IMDb)

Durante años, esta red fue interpretada como una espiritualización de conceptos ecológicos reales. La conexión neural de los na’vi, el Árbol de las Almas o el Árbol Espíritu submarino se leían como metáforas de una relación armónica con la naturaleza. Pero esa misma estructura es la que ha llevado a algunos espectadores a preguntarse si dicha armonía podría esconder un reverso más perturbador.

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La teoría: Eywa como organismo fúngico omnisciente

En redes sociales, distintos usuarios han planteado que Eywa se asemeja menos a una diosa tradicional y más a una red micelial a escala planetaria, similar a los hongos que, en la Tierra, conectan árboles y permiten el intercambio de nutrientes y señales químicas. Bajo esta lectura, Eywa no solo conecta la vida de Pandora, sino que también almacena memoria, incluida la conciencia de los seres que mueren en el planeta.

La teoría va aún más lejos al especular que la cola neural de los na’vi (y de otras especies) podría ser el resultado de un proceso evolutivo ligado a Eywa, una simbiosis tan profunda que borra la frontera entre individuo y sistema. Para algunos lectores, esta idea acerca a la saga al terreno del horror cósmico: una entidad antigua, omnipresente y ajena a la moral humana.

A opinión de algunos, la ‘diosa’ estaría utilizando a los seres vivos de Pandora, a través de sus conexiones, para conseguir fertilizante con sus cuerpos. A los na’vi les promete un “más allá”, una ilusión que los mantiene cautivos y embelesados con su forma de vida, renunciando así al desarrollo tecnológico, para mantener la relación simbiótica, o parasitaria.

¿Horror cósmico o lectura colonial?

Aquí surge uno de los puntos más polémicos del debate. Quienes describen a Eywa como un “parásito” que controla a los na’vi suelen hacerlo desde una lógica muy específica: la del individualismo absoluto. Desde ese marco, cualquier sistema que diluya la autonomía personal se percibe como opresivo o siniestro.

Sin embargo, trasladar esa lógica a Pandora implica imponer valores humanos (y particularmente occidentales) a una forma de vida alienígena. En la naturaleza terrestre, la vida compleja existe gracias a procesos similares: las mitocondrias fueron bacterias independientes antes de integrarse a nuestras células; el microbioma humano influye en nuestra salud y comportamiento sin que exista una decisión consciente de por medio.

Desde ese ángulo, Eywa no sería una villana, sino un sistema de simbiosis llevado a su máxima expresión. Leerla como un monstruo puede resultar sugerente desde el género, pero también corre el riesgo de reproducir un discurso histórico: declarar monstruosa a cualquier cosmovisión que no encaje con la idea de progreso tecnológico y dominio individual.

Lo que dijo James Cameron sobre Eywa y Skynet

Las teorías cobran sentido cuando leemos la opinión de James Cameron, quien fue consultado sobre si Eywa podía entenderse como una versión benevolente de Skynet dentro del universo de ‘Avatar’. El director aceptó la comparación solo hasta cierto punto y ofreció una explicación técnica que resulta clave para el debate (vía Slash Film):

Sigourney Weaver como Kiri en 'Avatar: Fuego y cenizas' (imagen: Disney)
Sigourney Weaver como Kiri en ‘Avatar: Fuego y cenizas’ (imagen: Disney)

“Creo que la alegoría de Skynet es cierta hasta cierto punto, aunque Skynet fue creada por humanos para combatir en guerras, y Eywa evolucionó de forma natural. Es básicamente una red en el micelio del bosque. Cada árbol es esencialmente una neurona, y algunas realizan funciones de entrada/salida, como el Árbol de las Almas y el Árbol Espiritual bajo el agua. Algunas son solo almacenamiento, otras procesamiento. Y luego el micelio es una especie de red, o lo que yo llamo la Eywa-net. Es una supercomputadora global. No es una inteligencia artificial, pero probablemente análoga en muchas funciones a una red informática.”

‘Fuego y Cenizas’: cuando Eywa deja de ser solo un fondo espiritual

En ‘Avatar: Fuego y Cenizas’, Eywa adquiere un peso narrativo distinto. La introducción de nuevos clanes y el conflicto de personajes que cuestionan la ausencia de la Gran Madre refuerzan la idea de que Eywa no responde a súplicas individuales, sino a un equilibrio sistémico.

Para quienes esperan intervención divina inmediata, esa ausencia puede interpretarse como abandono. Para la lógica de Eywa, en cambio, se trata de coherencia ecológica. No actúa como una madre protectora en términos humanos, pero tampoco como una fuerza maligna.

'Avatar: Fuego y cenizas' (imagen: Disney)
‘Avatar: Fuego y cenizas’ (imagen: Disney)

Una lectura incómoda, pero reveladora

Reinterpretar ‘Avatar’ como una historia con elementos de horror cósmico no invalida su mensaje ecológico; lo complejiza. Eywa puede resultar inquietante precisamente porque no necesita justificarse ante el individuo. No negocia, no promete salvación personal y no se rige por la moral humana.

La pregunta de fondo no es si Eywa es buena o mala, sino qué ocurre cuando una inteligencia que no comparte nuestros valores define las reglas del mundo. En ese choque de escalas, la humana frente a la planetaria, la saga de James Cameron encuentra uno de sus terrenos más fértiles.

Tal vez por eso Eywa provoca lecturas tan extremas. Para algunos, representa una utopía ecológica; para otros, un organismo digno del horror cósmico. Entre ambas posturas, ‘Avatar: Fuego y Cenizas’ insiste en una reflexión incómoda: ¿y si el verdadero terror no fuera Eywa, sino nuestra necesidad constante de estar en control?

Algunas de las publicaciones e hilos donde se discute esta teoría son los de @Riamus01, @Fenrirtheicewo1 y @martianwyrdlord.

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