Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga: La historia del ‘pleito’ que duró casi 20 años

Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga: La historia del ‘pleito’ que duró casi 20 años

El éxito de ‘Amores perros’ dio origen a otras dos colaboraciones entre Iñárritu y Arriaga

Por Arturo Lopez Gambito el 7 octubre, 2025

Cuando ‘Amores perros’ se estrenó en el año 2000, el cine mexicano vivió una sacudida. La película se convirtió tanto en un fenómeno cultural como en una ventana internacional para una nueva generación de cineastas, y además cimentó la reputación de una dupla creativa excepcional: Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga.

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Sin embargo, detrás de ese éxito mundial se gestaba un conflicto silencioso que, con el tiempo, se transformaría en una de las rupturas más sonadas del cine contemporáneo. Dos décadas después, los creadores finalmente sellaron la paz en el escenario más simbólico posible: el Palacio de Bellas Artes.

El inicio de una colaboración legendaria

A finales de los noventa, Iñárritu, ex locutor y director de comerciales, buscaba dar el salto al cine. Arriaga, por su parte, era un escritor con varias novelas publicadas, entre ellas Escuadrón guillotina y Un dulce olor a muerte. Ambos coincidieron en un proyecto que cambiaría el rumbo de sus carreras: un guion que Arriaga había titulado ‘Perro negro, perro blanco’, construido a partir de tres historias entrelazadas por un accidente automovilístico.

Alejandro González Inárritu y Guillermo Arriaga (WireImage)
Alejandro González Inárritu y Guillermo Arriaga (WireImage)

En una entrevista con El País, Arriaga relató cómo ese encuentro definió el rumbo de ‘Amores perros’:

“Se lo di con una condición: que firmáramos los dos, como hacen los hermanos Coen, no es nada raro. […] Participé en todos los procesos: el montaje, el casting e hicimos un pacto entre caballeros que él no respetó.”

Esa frase anticipaba una grieta que, con el paso del tiempo, se haría cada vez más profunda.

‘Amores perros’

La película, filmada en 1999 y estrenada un año después, fue un éxito arrollador. Obtuvo una nominación al Óscar como Mejor Película Extranjera, ganó más de 50 premios internacionales y puso a México nuevamente en el mapa del cine mundial. Pero mientras las luces de los festivales se encendían, la relación entre ambos comenzó a deteriorarse.

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Arriaga declaró años después que existía un “pacto de caballeros” para asistir juntos a las ceremonias y compartir el reconocimiento por la película, pero que Iñárritu rompió ese acuerdo al presentarse solo a algunos eventos y recibir los galardones sin mencionarlo.

El escritor comparó en su momento su relación con el director con la de los Rolling Stones, que podían seguir tocando sin dirigirse la palabra. Sin embargo, lo que podía parecer una diferencia de estilo se convirtió en una disputa de fondo sobre quien debía ser reconocido como el verdadero autor de una película.

La disputa por la autoría

El éxito de ‘Amores perros’ dio origen a una segunda colaboración: ‘21 gramos’ (2003), protagonizada por Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro. La película consolidó el sello narrativo de Arriaga —estructuras fragmentadas, tiempos cruzados y personajes al borde del colapso moral— dentro del estilo visual de Iñárritu, cargado de tensión, realismo y fatalidad. Juntos volvieron a triunfar en festivales, pero la relación creativa se volvió cada vez más tensa.

Las diferencias alcanzaron su punto máximo durante el rodaje de ‘Babel’ (2006), donde Iñárritu tomó decisiones de dirección que alteraron el guion original. Uno de los casos más mencionados fue una escena de beso del personaje de Adriana Barraza, que no estaba escrita por Arriaga. El escritor consideró la modificación como una falta de respeto a su trabajo y una muestra del control total que el director intentaba ejercer sobre la historia, y no dudó en expresar su molestia.

A partir de ese momento, Iñárritu vetó a Arriaga del set de filmación y ambos dejaron de hablarse. La ruptura era inevitable.

La carta que lo cambió todo

En febrero de 2007, durante la temporada de premios por ‘Babel’, Iñárritu publicó una carta abierta firmada por parte del equipo de la película, entre ellos Gael García Bernal y Gustavo Santaolalla, donde se leía:

“No fuiste –y nunca te has dejado sentir– parte de este equipo y tus declaraciones son lamentables y muy reductivo punto final de este maravilloso y colectivo proceso que todos nosotros hemos vivido y ahora celebramos. Suerte en tus futuras películas.”

El texto selló públicamente la ruptura y marcó el fin de una de las alianzas más fructíferas del cine mexicano. Arriaga respondió en entrevistas que su intención no era reclamar gloria personal, sino defender el papel del guionista dentro de la industria cinematográfica, una figura que —según él— era sistemáticamente invisibilizada.

“Yo no trabajo para directores, sino con directores.” Esa frase se convirtió en una declaración de principios para su carrera posterior.

Dos caminos separados

Después de ‘Babel’, la dupla se desintegró. Guillermo Arriaga debutó como director con ‘The Burning Plain’ (2008), protagonizada por Charlize Theron y Jennifer Lawrence, donde retomó su estilo de historias cruzadas y personajes que enfrentan la culpa y la pérdida. Más tarde, continuó su trayectoria literaria con novelas como El salvaje y Salvar el fuego, esta última ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2020.

'Babel' (imagen: IMDb)
‘Babel’ (imagen: IMDb)

Alejandro González Iñárritu, en cambio, siguió escalando dentro de Hollywood. En 2010 presentó ‘Biutiful’, con Javier Bardem, y más tarde alcanzó la cima con ‘Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)’ (2014) y ‘The Revenant’ (2015), que le valieron dos premios Óscar consecutivos como Mejor Director. El éxito global de Iñárritu contrastaba con el silencio entre ambos. Ni una palabra, ni un mensaje, durante casi dos décadas.

Intentos fallidos y heridas abiertas

Hubo intentos de reconciliación previos. En 2018 y 2020, durante las celebraciones por los 18 y 20 años de ‘Amores perros’, amigos mutuos intentaron reunirlos. En el Festival Internacional de Cine de Morelia 2020, Iñárritu participó en una charla virtual sobre la película, pero Arriaga no asistió. Según El Universal, el escritor explicó que no había recibido invitación alguna, aunque durante el evento varios miembros del elenco reconocieron su aporte al guion.

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En esos años, los medios seguían hablando del “pleito que cimbró al cine mexicano”, una disputa que ya había adquirido tintes de leyenda: un choque entre el ego del director y el orgullo del guionista, entre el control visual y la palabra escrita.

El reencuentro en Bellas Artes

La noche del 6 de octubre de 2025, el Palacio de Bellas Artes se convirtió en escenario de una de las imágenes más simbólicas del cine nacional. El evento, organizado por IMCINE y el INBAL para celebrar los 25 años de ‘Amores perros’, reunió a actores, técnicos y músicos del filme.
Durante la proyección y homenaje, Alejandro González Iñárritu tomó la palabra visiblemente emocionado y dijo:

“En un mundo lleno de odio e intolerancia, hemos decidido reconstruir esa hermandad que siempre tuvimos.”

Acto seguido, invitó al escenario a Guillermo Arriaga, quien acababa de regresar de España, donde participaba en el evento Iberseries Platino Industria.
El guionista, de 72 años, respondió ante el público:

“Ayer nos vimos por primera vez después de veinte años.”

Ambos se fundieron en un abrazo prolongado que desató una ovación de pie entre los asistentes. La imagen dio la vuelta al mundo. Tras la ceremonia, comenzaron a circular fotografías de los dos cenando juntos y sonriendo, prueba de que el reencuentro fue más que un gesto simbólico.

Más que una reconciliación

El abrazo entre Iñárritu y Arriaga en Bellas Artes cerró una herida personal y fue el fin de una época. Durante años, su enfrentamiento sirvió como ejemplo en escuelas de cine y foros culturales: ¿es el director el autor absoluto de una película o el guionista comparte ese crédito?

Guillermo Arriaga y Alejandro González Inárritu (Imagen: EFE)
Guillermo Arriaga y Alejandro González Inárritu (Imagen: EFE)

Esa discusión, avivada por su pleito, ayudó a visibilizar el trabajo de los escritores dentro de la industria. Paradójicamente, su conflicto contribuyó a profesionalizar y fortalecer el papel del guionista mexicano.

Dos décadas después de su separación, ambos parecen haber comprendido que el verdadero legado no está en los premios ni en los créditos, sino en el impacto que sus películas dejaron en el público.

¿El inicio de una nueva aventura…?

Desde ‘Amores perros’ hasta Bellas Artes, el recorrido de Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga resume una historia de talento, orgullo y reconciliación. Su reencuentro, más que un cierre, parece un recordatorio de que incluso los conflictos más largos pueden resolverse cuando se mira atrás con gratitud. Veinticinco años después, los creadores de una de las obras más importantes del cine mexicano volvieron a compartir un escenario, y con ello, sellaron una paz que parecía imposible.

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