La actriz Arden Cho, voz de Rumi en ‘Las guerreras K-pop’, compartió la experiencia personal que marcó su infancia en Estados Unidos y que la llevó a sentirse avergonzada de sus rasgos asiáticos. En una conversación con BBC World Service, la intérprete habló sobre el rechazo que vivió de niña en Texas, su lucha por encontrar una identidad y la forma en que la película conectó con partes profundas de su historia personal. El éxito global del filme (convertido en uno de los mayores triunfos de Netflix en 2025) también ha transformado la manera en que miles de niños y jóvenes asiático-estadounidenses ven su propia imagen.
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¿Por qué Arden Cho quería “ser rubia y de ojos azules”?
Cho, nacida en Estados Unidos y criada en Texas como hija mayor de inmigrantes coreanos, explicó que durante su niñez internalizó mensajes que la hicieron sentir que no pertenecía. La actriz fue directa al recordar cómo veía su reflejo en un entorno dominado por estándares de belleza blancos:

“Odiaba parecer asiática, no tener los ojos azules y el pelo rubio, porque eso era lo que se consideraba bello en aquella época”.
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En la entrevista, Cho añadió que su infancia estuvo marcada por la búsqueda de aceptación y por el choque entre sentirse estadounidense y, al mismo tiempo, ser tratada como extranjera (vía BBC):
“Nacer en Estados Unidos, sentirme estadounidense, pero que la gente me trate como si no lo fuera, intentar descubrir mi identidad como asiática-estadounidense, como coreana-estadounidense, como mujer”.
Ese conflicto se reflejó de inmediato cuando leyó el guion de ‘Las guerreras K-pop’, donde Rumi, su personaje, debe enfrentar su identidad como mitad humana, mitad demonio. La actriz reconoció que vio en esa historia un eco de su propio proceso de aceptarse:
“Puedo decir con toda sinceridad que, en diferentes momentos de mi vida, me odiaba mucho a mí misma y quería ser otra persona. Cuando eres niño, lo que ves determina en quién te conviertes, y siento que no vi a suficientes personas que se parecieran a mí”.
Para Cho, participar en la película se volvió una forma de reconciliar las heridas de la infancia, además de ofrecer a nuevas generaciones un modelo que ella misma no tuvo.
La importancia de una historia coreana contada desde Hollywood
Para Arden Cho, formar parte de la primera película animada de Hollywood ambientada en Corea significó mucho más que un logro profesional: fue la oportunidad de ver representada una identidad que durante años estuvo ausente en los espacios culturales que ella consumía de niña. Desde el estreno, ha recibido mensajes de jóvenes asiático-estadounidenses que expresan entusiasmo por ver su herencia cultural tratada con respeto y protagonismo, algo que no siempre fue común en la industria.
Cho reconoce que fenómenos recientes como el K-pop y la K-beauty ya habían impulsado el interés global por la cultura coreana, pero considera que la película consolidó ese impacto al presentar una historia centrada en personajes que reflejan la diversidad dentro de esa comunidad. El momento en que llegó el filme, además, coincidió con un clima político tenso en Estados Unidos, marcado por operativos y deportaciones que afectaron especialmente a familias de origen asiático. Para la actriz, esa situación hizo que el proyecto adquiriera un valor especial, pues abordaba temas de identidad y pertenencia mientras muchas personas enfrentaban incertidumbre sobre su futuro.
A nivel personal, Cho ha reflexionado sobre cómo el desconocimiento sobre las culturas asiáticas influyó en el trato que recibió cuando era joven. Aunque considera que hoy existe mayor acceso a información y visibilidad, también observa que persisten actitudes discriminatorias que resultan desgastantes para quienes han intentado integrarse durante generaciones.

Lo que representa hoy ‘Las guerreras K-pop’ para su comunidad
El impacto de la cinta va más allá de su éxito comercial en Netflix o de su desempeño en taquilla. Para muchos espectadores, se ha convertido en un símbolo de orgullo cultural y en una obra que ofrece un respiro emocional en tiempos difíciles. Cho ha visto cómo la película, con su historia de unión entre amigas y sus temas de identidad, resonó con personas que buscaban esperanza o simplemente un espacio de alegría en medio de un contexto complicado.
Ese cariño del público explica por qué la producción se posicionó como una de las favoritas del verano y por qué su banda sonora alcanzó una presencia tan fuerte en los listados musicales. El seguimiento que generó HUNTR/X —dentro y fuera de la película— evidencia que el público se conectó con los personajes de una manera profunda, especialmente entre jóvenes que rara vez ven reflejadas sus experiencias en proyectos de gran escala.
Sobre una posible continuación, Cho ha escuchado comentarios alentadores, aunque deja claro que cualquier decisión depende de Netflix y Sony. Desde su perspectiva, el entusiasmo alrededor de la película es tan grande que una secuela parece una expectativa natural entre los fans.
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