Tengo Netlfix y vi que estaba la Dictadura perfecta, una película estrenada el año pasado queriendose envolver una una polémica, artificial o no, que haría ruido de esta película.
Bastante predescible desde el título y el poster promocional. Aún usando, voluntaria o involutariamente la frase de Mario Vargas Llosa sobre la Dictadura perfecta, no tiene nada que ver con ello. Es solo la crítica del momento sobre la ficción del llamado "telegobierno".
El cine que ha hecho Luis Estrada últimamente está llena de una crítica superficial y obvia. La originalidad y crítica que había creado con La Ley de Herodes es solo un recuerdo de lo que fue en su tiempo, una película que representaba de una manera muy original lo kafkiano que este país podía ser a partir de un pequeño pueblito. Cada actor estaba ahí, la iglesia, el partido hegemónico, la derecha, el pueblo, el gobernante, etc. No había ni buenos ni malos, solo la realidad.
Sin embargo esa originalidad se acabó, Estrada nos presente ya no de un manera creatva mediante la creación de una fábula original su crítica política, sino de aventarte de manera directa cosas obvias que todos sabemos. Si bien El Infierno intentó parecerse más a La Ley... las otras, tanto un Mundo Maravilloso, como La Dictadura Perfecta nos presentan un arroje obvio que busca ser chantajista en su moraleja (La clase media es la que sufrirá más o el narcogobierno que viene con el montaje televisivo).
Tenemos al mismo personaje interpretado por Damian Alcazar en cada una de las películas de Estrada. En la Ley.. nos presentó cada etapa. La victima inocente que cada vez se corrompe, en un Mundo.. solo nos quedamos con la parte de la vicitma. En El infierno volvemos a ver las 2 etapas, y en la Dictadura... solo vemos el lado corrupto.
Siendo breves sobre la trama, nos topamos con que un gobernador de un estado X es capatado en un video filtrado sobre unos actos de corrupción (emulando a René Bejarano), como una "cortina de humo" para distraer la tontería que el presidente (parodia de Peña Nieto) dijo en una reunión con el embajador de EU, donde usa una frase que escencialemente fue del sexenio pasado y con una pésima pronunciación en inglés (de las críticas más babosas en redes sociales sobre él, como si todo mexicano pudiera pronunciar perfectamente ese idioma, y una "cortina de humo" autoimpuesta por estás mismas).
El gobernador, muy enojado, va con la televisora para buscar que le arreglen el teatritro y hacerle mejorar su imagen, y de ahí empieza una película que bien se podría llamar, si fuera americana, "Esta no es otra tonta película sobre el gobierno". Parodiando las diversas situaciones sonadas del país como el Caso de la niña Paulet, o de otra niña que fue muy medíatica en las redes sociales, El tema de la gaviota, El Teletón, López Doriga, El montaje de Garcia Luna y Florance Cassez, El Peje (visto desde un lado casi impoluto...que claro esa no es la realidad, o una crítica a la oposición, bastante flojo el personaje de El Mesias) y claro narcos, narcos everywhere entre otras situaciones sonadas en los últimos años.
Creo que está película cae en el mito del poder de las televisoras para manipular la realidad y las percepeciones, mito que muchos creen, tanto políticos como ciudadanía, que al final solo termina por ser eso un mito, ya que la realidad a pesar de todos los planes que se inviertan, no puede ocultar cosas tan obvias ni arreglar la imagen 360 grados de una sola persona.
Siento que la película parodia más bien todos los mitos de la ciudadanía (tipo yo soy 132, o los activistas de la web) de manera involuntaria.
La película no ofrece nada nuevo, no nos dice nada que no creamos o no sepamos, y me parece que Estrada debería de dedicarle más tiempo a hacer un buen guión. Personajes muy unidimensionales. Nos ofrece solo que es "bueno" y "malo". El infierno todavía se me hace una película salvable de las últimas que ha hecho, cruda pero a la vez interesante y entretenida en su planteamiento que no te tira en la cara las cosas obvias que todo el tiempo circulan en redes sociales.
Calificación:
5.8