Entrevista a Elena Anaya: “En las producciones independientes los efectos especiales son los que salen del corazón”

¿Qué hay detrás de un actor?
La capacidad de hacer real la ficción. De creérsela. Y de hacerla creíble. Comenta Elena Anaya. La actriz española está de gira en México para promocionar Todos Están Muertos, ópera prima que dirige la también española Beatriz Sanchís y en la que interpreta el papel protagonista. El filme se estrena el viernes 16 de octubre en nuestro país y tuvimos la oportunidad de platicar de manera breve, pero sustanciosa con ella.

Le gustó mucho la historia que había escrito Sanchís y apostó por la película. Anaya se mete en la piel de Lupe, una mujer atormentada por un trágico pasado y que vive recluida en su casa víctima de agorafobia. En la década de los 80 fue una popular estrella de pop-rock de un grupo llamado Groenlandia. Habita una vieja mansión junto a su madre y su hijo, un pre-adolescente. Su única actividad consiste en hacer tartas de manzana. Hasta que un día se le aparece el espectro del cantante del grupo con el que alcanzó la gloria. El amor a la familia y el dolor se van entretejiendo hasta conformar el argumento de esta historia, que lleva en su reparto a las reconocidas actrices mexicanas Angélica Aragón y Patricia Reyes Spíndola.

De si esta mujer es de cerca tan espectacular como aparece en la pantalla sólo hay una respuesta posible: más. Tiene una frescura que resalta su belleza natural, sentido del humor y en sus respuestas no hay vaguedades. Tiene las cosas muy claras. Ganó el Goya a la mejor interpretación femenina, en 2012, por su papel de Vera Cruz en La piel que habito, de Pedro Almodóvar. Esa no fue su primera película con Almodóvar —antes trabajaron juntos en Hable con ella.

La actriz y Beatriz Sanchís se conocieron en 2008 durante el rodaje de Hierro, donde la realizadora trabajaba en el departamento de arte. Poco después, Sanchís comenzó a desarrollar el personaje de Lupe. Y casi desde el principio, confiesa la propia realizadora, tuvo a Elena Anaya en la cabeza para estelarizar su película.

En 2015 Anaya se llevó el premio a Mejor Actriz en el Festival de Málaga por su interpretación en Todos están muertos.

¿Qué te hizo decantarte por esta historia? ¿Y cómo te has sentido al trabajar bajo la batuta de Sanchís?

Todos están muertos llegó después de haber rodado La piel que habito. De haber tenido la oportunidad de hacer un personaje espectacular, con uno de los directores vivos más talentosos y reconocidos del Planeta. Este proyecto tiene el toque femenino desde su origen. Recuerdo cuando me llego el guión hace 5 años y me dije “que suerte la actriz que pueda interpretar a este personaje”. Lo fui viendo crecer y tomar forma, junto a Beatriz, Ina Payán la productora, mis compañeras actrices. Beatriz tardo un tiempo en decirme que era para mí. Me fascino la sencillez con la que aborda temas tan complicados y tan necesarios para seguir creciendo en la vida.

¿Tuviste algunas referencias en la preparación de tu personaje, algún trabajo actoral, o película en mente?

Todos los actores que estuvimos en la película tuvimos la suerte de ensayar un mes en la casa en la que rodamos. Con los vestuarios que íbamos a utilizar, con los decorados. Poquito a poco el equipo de arte iba armando todos los sets y nosotros también íbamos armando nuestros personajes. Eso nos dio la ventaja de que cuando llegó el día uno de rodaje de tener la tarea echa. Después de la piel que habito tuve un año para preparar este personaje. Lo que me dio bastante tiempo para conocer a mi personaje y mucho bagaje para poder hacer muchas tartas de manzana como se ve en la película. Fue una temporada larga para comprender qué había detrás de esa mujer que se esconde de la vida, de su madre y de su hijo en esa casa. Y no querer asumir la vida que tiene por delante.

Has trabajado en grandes producciones como Van Helsing y en producciones independientes como Hable con ella o Lucía y el sexo ¿Es difícil encontrar el término medio entre los 2 tipos de cine? ¿Qué significa para ti trabajar en cine comercial y cine independiente?

Creo que las producciones pequeñas independientes, son las que disfruto más. Son las películas de autor donde de repente hay un director lo que le importa más es la historia en sí y el trabajo con los actores que los efectos especiales, los secundarios o las cosas que se tiene que hacer digitalmente para que los filmes embonen. En las producciones independientes los efectos especiales son los que salen del corazón, con muchas horas de ensayo y escribiendo un muy buen guión. Estos proyectos en mi vida como actriz son los que he disfrutado más.