RESEÑA | Memoria: Una meditación cinematográfica

Memoria - 96% es la más reciente película del reconocido director Apichatpong Weerasethakul. El tailandés presentó por primera vez esta cinta en la edición número 74 del Festival de Cannes. Donde formó parte de la Selección Oficial y obtuvo el Premio del Jurado en dicho certamen. Memoria - 96% fue co-producida por Piano, casa productora mexicana encargada de co-producir Annette - 90%, Mano de Obra - 90%, La Daga en el Corazón - 79%, La paloma y el lobo - 76%, Tiempo Compartido - 95%, entre otros títulos nacionales e internacionales. En esta ocasión, el director tailandés se traslada a Colombia para contarnos una historia que invita al espectador a adentrarse a un estado meditativo que conlleva a la introspección.

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El guion de Memoria - 96%, escrito por Weerasethakul, sigue a Jessica, interpretada por una impecable Tilda Swinton (La Voz Humana - 100%, Sólo los Amantes Sobreviven - 86%, El Gran Hotel Budapest - 92%), quien despierta una mañana segura de escuchar un fuerte sonido que retumba en sus oídos, desde ese momento le es imposible dormir. Ella es una inglesa que radica en Medellín y dirige un negocio de jardinería en el que vende flores. Ahora se encuentra en Bogotá, visitando a su hermana quien está hospitalizada a causa de una extraña enfermedad respiratoria. A su paso por esta ciudad, Jessica se reúne con un Ingeniero de Sonido (Juan Pablo Urrego), quien trata de interpretar con sus conocimientos el ruido que esta mujer escucha con mayor frecuencia. Poco a poco, ella se obsesiona cada vez más con encontrar la causa de lo que oye, ya sea a través de la medicina, la música, la antropología e incluso lo espiritual. En este camino desentierra más respuestas de las que creía que podía encontrar a su alrededor.

Weerasethakul presenta un guion que está bordado para construir una pieza de poesía audiovisual, la cual se sustenta en la metafísica. Desde las primeras secuencias y a través de las conversaciones de los personajes podemos reafirmar frente a qué tipo de película estamos. Una historia que apuesta por una estructura poco convencional. Una trama ordinaria realzada con una manufactura extraordinaria. Memoria - 96% no teme a transitar los terrenos del surrealismo, de lo espiritual o de lo político. Hay mucha filosofía en los diálogos de este guion, a los que es necesario ponerles atención ya que son pocos (pero muy valiosos) durante el metraje de más de dos horas.

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Es atractivo ver a Tilda Swinton en un contexto latinoamericano y aún más, pronunciando sus diálogos en español. La actriz se mantiene siempre en tono a la historia con una actuación naturalista, contenida y matizada. Swinton crea una magia muy especial en pantalla cuando aparece en compañía de sus coprotagonistas. Se percibe una química entrañable en las escenas donde aparece Swinton junto a Daniel Giménez Cacho y con Juan Pablo Urrego. Memoria - 96% se destaca con una increíble dirección de actores, desde los papeles protagónicos, los personajes secundarios y hasta los extras de la cinta tienen muy claro qué hacer y cómo elevar la calidad de una propuesta como esta.

Memoria - 96% es una película de ritmo pausado, de ahí la razón de la larga duración de sus escenas. Sin embargo, nunca se siente como una cinta pesada o excesiva que conduzca al hartazgo. Todo lo contrario. La duración permite una adecuada lectura de cada encuadre, porque en cada plano hay más de lo que parece a simple vista, son imágenes cargadas de subtexto pero también en esos planos generales queda un espacio para que el espectador pueda reflexionar acerca de lo que ve. Una reflexión que no pide interpretación o traducción, sino manifestarse como una revolución en el alma de los cinéfilos que buscan algo diferente y comprobar que el cine se trata de mucho más que entretenimiento o historias con respuestas sencillas. Entre líneas se lee una postura existencialista que subraya la verdad y la belleza que se puede encontrar en la contemplación. Porque al fin y al cabo, la vida puede entregar mucho tiempo para la observación, pero el verdadero significado de las cosas o de la vida misma se nos puede escapar en un parpadeo.

La propuesta visual es sobria, todos los planos logran ser tan bellos con su composición, iluminación y paleta de colores que, en conjunto con el sonido logran introducirnos por completo al universo tan único de estos personajes. Hay estudios que comprueban que las emociones entran completamente por el oído, en este filme el diseño sonoro parece haber sido confeccionado para inducirnos a una de meditación relajante con el sonido de la lluvia, de las olas del mar rascando la arena, del cauce de un río y de música instrumental. Estos sonidos permiten que el filme sea una experiencia completamente sensorial. Por otro lado, también está el estremecedor ruido que escucha la protagonista y cada vez que aparece inunda con un profundo misterio el relato. El director demuestra la gran importancia que tiene el sonido para el cine y lo utiliza con maestría para narrar aspectos que con imágenes daría un resultado completamente diferente.

En conclusión, Memoria - 96% de Apitchatpong Weerasethakul (Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives - 88%, Cementerio de Esplendor - 97%, Mysterious Object at Noon - 86%) es una película que si bien no es para todo tipo de público, es una cinta que todos deberían darse la oportunidad de ver, escuchar y sentir. Es una cinta que nos revela como la memoria es capaz de transcender entre los sentidos, las experiencias, los sueños, las generaciones, el tiempo y el universo. Que deja entrever cómo nos conectamos como individuos en la memoria colectiva. Vale la pena entrar a esta película libre de expectativas y con la mente abierta para visualizar y ser parte de un ejercicio de autodescubrimiento. Y por supuesto, es una experiencia que por sus características técnicas vale la pena disfrutar en una sala de cine. Memoria - 96% se estrena este fin de semana en las salas comerciales de nuestro país.

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