RESEÑA: The Pink Cloud | El papel del espacio y la distancia en la identidad

A casi dos años desde el inicio de la pandemia y poco menos de la etapa más dura del confinamiento, hemos visto pocos trabajos que aborden el impacto de la cuarentena en la psique. Preocupados más por recrear la atmósfera al interior de los hospitales o por revisar las políticas públicas, los trabajos que hemos visto sobre la emergencia sanitaria han dejado de lado las consecuencias de estar encerrados. Es por eso que resulta irónico que The Pink Cloud, filme brasileño que se realizó en 2019, sea el mejor en retratarlas hasta ahora.

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Dirigida por luli Gerbase, The Pink Cloud es la historia de dos extraños que pasan la noche juntos. Al otro día, se anuncia una cuarentena mandatoria por una nube rosa tóxica que se asienta en su ciudad. Estos dos conocidos, Yago (Eduardo Mendoca) y Giovanna (Renata de Lélis) deberán pasar el confinamiento juntos, pero cuando la emergencia se prolonga por tiempo indefinido, la relación que comienza amigable se torna siniestra conforme se hacen a la idea de que jamás podrán volver a salir.

El peso de la cuarentena en la estabilidad mental y relación de ambos protagonistas es, por mucho, el mejor elemento del filme. Tras su estreno en Sundance, muchos han destacado la precisión con la retrata la fatiga que experimentamos ante la COVID-19, así como otros elementos de la pandemia. Pero poco se ha dicho sobre lo que dice acerca del papel que juega el espacio y la distancia en nuestra identidad y las relaciones interpersonales que formamos.

En The Pink Cloud, la relación entre Yago y Giovanna adquiere diferentes dinámicas conforme pasa el tiempo. Al principio dulce y cooperativa, en las primeras semanas del confinamiento, aunque no carente de fricciones, y más tarde fría e incluso agresiva cuando descubren que ambos han desarrollado posiciones distintas sobre su situación y la nube. El papel de la distancia y el espacio se hace más evidente hacia esa segunda mitad cuando se separan y deciden quedarse cada uno en una mitad del departamento en el que viven.

Mientras que Yago se ha hecho a la idea de que la nube podría jamás desaparecer, Giovanna busca, de varias formas, resolver su hartazgo y se ve abrumada por esa misma posibilidad. Está diferencia, entre el deseo de ella por regresar a otros espacios y el de él por asimilar lo indivisible que de ahora en adelante será su experiencia al permanecer juntos da pasó a un ruptura que, de forma escalofriante, tiene un paralelismo con quienes, en la vida real, no soportan las restricciones reales y más estrictas para combatir al virus y quienes ya han concedido que la llamada “vieja normalidad” podría jamás volver. Es aquí que se observa de mejor manera el papel, que hasta hace poco subestimamos, que la distancia y el espacio tienen en la conformación de nuestras identidades y relaciones interpersonales. Ambos Mendoca y De Lélis llevan esa transformación y turbulenta relación de forma impecable y merecen una mención por ello.

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Más allá de estos temas psicológicos, The Pink Cloud también aborda la falta de distancia en espacios cerrados a través de las subtramas de personajes secundarios para revelar otras dinámicas sociales. Por ejemplo, la hermana menor de Giovanna se queda atrapada con un grupo de amigas y el padre de una de ellas, quien con el tiempo comienza una relación sexual “consentida” con ellas. Esto en un claro guiño a la asimétrica relación de poder en ese hogar. Hay otra, también bastante sombría, sobre una amiga de la protagonista que se queda completamente sola y cae en un evidente estado de depresión.

Finalmente, existe también un breve comentario sobre la implementación de soluciones tecnológicas a esta falta de distancia y espacio, que también sirve de espejo a nuestra experiencia durante la pandemia, cuando Yago comienza una relación a través de Internet o cuando Giovanna trata de subvencionar su fatiga con unos lentes de realidad virtual que le permiten “escapar” del departamento y, en buena medida, de su nueva familia.

The Pink Cloud, más que un relato profético sobre la pandemia, como se le ha llamado y que le queda mejor a ficciones como Contagio - 84%, es una prueba de que, incluso antes de la emergencia por el virus, ya nos preocupaba entender qué tan importante es la distancia física, y la que ésta crea emocionalmente, para el desarrollo más sano de nuestras relaciones e identidades y cómo la tecnología parece ser una deficiente alternativa a ésta. Si a alguien todavía no le quedaba claro, lo entenderá luego de verla. La película todavía no tiene una fecha de lanzamiento en México, pero si se apuran podrán encontrarla gratis, por tiempo limitado, en la plataforma del Festival de Cine de los Cabos 2021, en el que tuvo su estreno en nuestro país.

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