RESEÑA | Territorio: Los peligros de la masculinidad tóxica

En 2015 el realizador regiomontano, Andres Clariond, nos presentó su ópera prima, Hilda - 100%, un largometraje de drama y humor negro que abordó la historia de la señora Le Merchand, una mujer de clase alta que se obsesiona con su trabajadora domestica hasta el punto de encerrarla en su mansión como si le perteneciera. A partir de esta trama, el cineasta realizó una crítica social y un análisis muy agudo acerca de la diferencia de clases en México, pero el tema principal a lo largo del relato resultó ser cómo alguien puede sentirse con el derecho de ser dueño de otra persona. Ese sentimiento de posesión vuelve a ser explorado en su nueva cinta, Territorio - 83%.

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El guion de Territorio - 83% fue escrito por Clariond. La trama se centra en Manuel (José Pescina) y Lupe (Paulina Gaitan), una pareja de adultos jóvenes que vive con la esperanza de concebir un hijo. Cuando Manuel se entera que es estéril, comienza a perder su energía física y su autoestima. La pareja busca alternativas para poder tener un hijo, entre ellas, la inseminación artificial. Manuel recurre a Rubén (Jorge A. Jimenez), su nuevo amigo del trabajo, para pedirle que sea donador de esperma en este proceso. A cambio, Rubén le pide quedarse unos días en su casa, con la promesa de marcharse pronto a Estados Unidos. Su presencia lo cambiará todo, y el sueño de paternidad de Manuel concluirá en su propio destierro con la formación de un peligroso triángulo amoroso.

El género que plantea el director en esta cinta sigue los estándares y las convecciones del melodrama, pero Territorio hace un análisis más puntual de sus temas que alejan a la historia de convertirse en un largo capítulo de telenovela. Desde la primera secuencia hay una atmósfera de misterio e intriga que prevalece en este drama psicológico y romántico. Es un estudio de caso acerca de las diferentes aristas de la masculinidad y como el machismo logra afectar la vida de muchos individuos que intentan encajar en los roles de género establecidos por la sociedad. El filme funciona como un recordatorio de la forma errónea en que el sistema patriarcal crea moldes acerca de cómo debe ser la identidad de los hombres ante los demás, parte de esto incluye mostrar una actitud violenta ante los problemas de la vida y ocultar los verdaderos sentimientos y emociones.

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Territorio resulta una propuesta refrescante en su género y en el cine mexicano, ya que la cinta aborda la infertilidad en un personaje masculino a diferencia de otras historias en que la mujer es quien no puede concebir. Lejos de juzgar a su personaje, el director logra un buen acercamiento con su protagonista para explorar el tren de pensamientos que Manuel enfrenta ante esta situación. El conflicto interno del personaje está respaldado por la actuación sublime de Jose Pescina (Carmín Tropical - 100%, El tigre y la flor, 2016; Oasis, 2017), quien logra transmitir con crudeza la neurosis y las tensiones de Manuel. El personaje de Paulina Gaitán (Souvenir - 100%, Somos lo que hay - 72%, Las Niñas Bien - 90%), intenta ser el equilibrio entre las dos fuerzas opositoras y la actriz entrega una actuación solida y llena de una sensibilidad que se transmite en cada uno de sus gestos y tono de voz. Por otro lado, el actor Jorge Jiménez (Narcos: México - 88%, Historia de un Crimen: Colosio - 70%, Nadie Sabrá Nunca - 85%), representa con fuerza la insensibilidad que le demanda el rol de Rubén. Las interpretaciones del elenco logran mantener nuestro interés en todo momento y las capas de misterio que estos tres actores añaden a sus personajes, nos invitan a querer desmenuzar los pensamientos y el sufrimiento que cada uno atraviesa.

El trabajo de cámara consigue hacer un excelente trabajo al capturar las emociones de los personajes. Hay una atención especial a los detalles, que logran darle una forma adecuada y muy acorde a este relato con tintes eróticos. Los planos consiguen enmarcar la intimidad y la profunda relación que se crea a lo largo de la historia entre los tres protagonistas. La iluminación consigue crear un atmósfera única que logra subrayar la melancolía y el tema principal de la película: el hombre suele equivocarse al ocultar los sentimientos en los rincones más oscuros de su ser y exponer la masculinidad tóxica a la luz. Además de destacar en el apartado visual, la música que utiliza el director, refuerza los momentos de intriga y las escenas de tensión, sin embargo, el silencio tiene un excelente uso narrativo, hay bastante en lo que no se dice, incluso el personaje de Manuel logra expresar más en su silencio que con los diálogos.

Territorio - 83% es una propuesta sólida con la que su director, Andres Clariond, sigue demostrando sus habilidades en la dirección y el uso efectivo de los elementos cinematográficos para construir una película que ademas de entretener a su audiencia, consigue hacer un comentario muy acertado acerca de los peligros del machismo en la sociedad y en los mismos individuos que lo ejercen.

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