RESEÑA FICM 2020: La Mami | La fortaleza de la maternidad

Como parte de la Selección Oficial de Largometraje Documental del Festival Internacional de Cine de Morelia se encuentra en competencia La Mami dirigido por la directora española Laura Herrero Garvín, quien radica en México desde 2010 y ha dirigido los documentales El Remolino y ¿Me vas a gritar?, Herrero Garvín también ha participado como fotógrafa o editora en distintos proyectos entre ellos Labios Oxidados, Mirando al Cielo, Nora, el sabor de su boca, Son duros los días sin nada, Vivir en la Obscuridad, El deber de proteger, El sentido de la justicia y El espantapájaros. En 2018, La Mami obtuvo el Premio Impulso Morelia / Ambulante a Largometraje Documental en el FICM. En 2019, ganó en la sección work in progress del Festival de Málaga y este año formó parte de la sección global del festival South by Southwest (SXSW) y se presentó en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).

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El documental La Mami se desarrolla en el mítico cabaret Barba Azul, ubicado en la Ciudad de México, donde un grupo de mujeres bailan y beben alcohol con los hombres como damas de compañía. En los baños de mujeres de la planta superior de este salón de baile, se encuentra doña Olga, mejor conocida como 'la Mami', quien es la encargada de asear los baños, cuidar los bolsos de las chicas en un guardarropa y se asegura de tener listo el papel higiénico para las clientas a cambio de propinas voluntarias, sin embargo, el trabajo de Mami va más allá de esto, pues doña Olga ha trabajado en el cabaret por más de 45 años, ahí ha ocupado varios puestos, pero ahora una de sus funciones principales es mantener el orden con las chicas que trabajan en el Barba Azul: Michelle, Wendy, Vale, Fabiola, Candy, Conie, Lucy, Sharon, Ambar, Osiris, Brenda, Mónica, Miriam, Geovana y Maricela, para todas ellas la Mami es una mentora que les ofrece consejos personales y de cómo tratar con los clientes, las acompaña en sus penas y las ayuda a enfrentarse a los hombres machistas que se presentan en el lugar. Mami define a estás chicas también como trabajadoras sociales, porque de acuerdo a sus palabras son capaces de aguantar desde la persona más fina, más decente y educada, hasta el más patán. A pesar del carácter estricto de Mami, es un pilar de confianza para todas estas chicas y ve por la integridad de cada una de ellas, para que a ninguna le falte casa, vestido o sustento. Una noche se suma una nueva integrante al grupo, Pricisila, una madre de familia que tiene un hijo muy enfermo y poca solvencia económica, por lo que se ve obligada a tomar este trabajo.

Aunque todo el documental se desarrolla en el mismo sitio, las historias y los conflictos personales que se viven y se revelan noche tras noche, nunca parecen terminar en este largometraje que te mantiene entretenido en sus 80 minutos de duración. Hay momentos conmovedores, conversaciones impactantes, hay espacio para un poco de comedia, pero en general es un drama social que retrata el tema de la maternidad desde un punto de vista muy realista y sobre todo que presenta a sus personajes con dignidad. La mayoría de estas mujeres son madres solteras que no disfrutan su trabajo, desearían estar en casa descansando junto a sus pequeños, pero están dispuestas a pasar noches en vela bailando, con tal de ser el sustento económico para sus hijos. Son mujeres fuertes y valientes, pero a pesar de esto, algunas tienen que mentir a sus conocidos acerca del lugar donde trabajan, adquirir una nueva identidad o emborracharse cada noche para conseguir sus objetivos, sus motivaciones son grandes y poco a poco el documental nos revela más acerca de sus protagonistas entre conversaciones muy orgánicas, resulta fácil empatizar con este grupo de mujeres al escucharlas.

La Mami se aleja de muchos elementos convencionales del documental: las entrevistas, el material de archivo, la voz en off. Durante algunos momentos, la directora casi consigue que nos olvidemos que estamos viendo un documental porque está narrado a partir de imágenes potentemente cinematográficas, pero por otro lado tampoco sería ideal olvidarse de que estamos ante una triste realidad que enfrentan estas chicas. La cinefotografía, que también corrió a cargo de Herrero, es un trabajo increíblemente cuidado, en especial cuando trabaja con un enorme espejo colgado en el baño, el cual aprovecha de una forma muy estratégica con los reflejos de las protagonistas. Un aspecto interesante y acertado es que la realizadora evita grabar a sus personajes mientras se encuentran trabajando, la cámara permanece la mayor parte del largometraje en el baño y en los momentos que se preparan para salir a bailar o cuando terminan su jornada de trabajo. Es notable que Herrero cuida la dignidad y tiene un respeto hacia este grupo de mujeres.

En conclusión, La Mami, es un documental que a pesar de tratar temas complejos y situaciones complicadas, la relación y el apoyo que se desarrolla entre este grupo es algo muy conmovedor y un gran ejemplo de hermandad. Entre todos los consejos que doña Olga les da a las chicas, hay algunos que destacan, como cuando dice que nadie se va de esta vida sin pagar y que los hombres solo sirven para dos cosas: para nada y para dar dinero.

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