RESEÑA: Unidos | La magia de Pixar sigue encendida

Estamos bastante acostumbrados a los conmovedores filmes de Pixar, Unidos - 84% no es la excepción. La película sobre un par de hermanos elfos, consigue llegar un poco más lejos con un giro de tuerca que hace del fantástico mundo que presenta, algo mucho más real y palpable para el público y, también más emotivo.

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Dirigida por Dan Scanlon (quien previamente hizo Monsters University - 78%), Unidos cuenta la historia de Barley (Chris Pratt) e Ian (Tom Holland), dos hermanos elfos que perdiendo a su padre cuando eran niños y de quién tienen muy pocos recuerdos. Cuando el menor de ellos cumple 16 años, ambos encuentran un hechizo que les permite traerlo de vuelta a la vida por un único día. Durante la realización de este, algo sale mal y su papá regresa de forma parcial es entonces que deben emprender una carrera contra el tiempo para encontrar un objeto mágico que les permita completar el conjuro.

Como el resto de sus animaciones, la más reciente de las cuales es Toy Story 4 - 96%, Pixar mantiene su estándar de calidad en el aspecto visual de la película. La construcción del mundo fantástico, pero a la vez modernizado, en el que se desarrolla la trama juega con los lugares comunes de ese género y al convertirlos en elementos más cotidianos consigue un efecto cómico. Por ejemplo, cuando uno de los protagonistas sugiere que su papá era un hechicero, su mamá les asegura que era solo un contador. O cuando la Mantícora, una criatura legendaria por su ferocidad al enfrentarse a aventuras de peligro mortal, resulta estar trabajando en el manejo de un restaurante familiar tras tener problemas con hacienda.

Pero fuera de esto, Unidos - 84% se eleva por encima de estos elementos, al igual que los demás títulos de Pixar, al concentrase en los temas familiares. Aunque es, se nos dice en la propia película y sus avances, un filme sobre padre e hijo, realmente la película está construida alrededor de la relación entre ambos hermanos. Aquí el casting tuvo un acierto incuestionable con Holland y Pratt, quienes tienen una química que es más que convincente y un carisma difícil de ignorar.

Pese a que ambos personajes son opuestos, es en ese contraste que se complementan, a lo largo de su aventura, para revelar quienes son y qué necesitan uno de otro. Mientras que Barley es descuidado y espontáneo, Ian es muy tímido y apegado a las reglas. Los retos que van superando, al mismo tiempo que los hacen sentir más reales, vuelven enternecedora su relación. Desafortunadamente, el enfoque tan marcado en estos dos personajes y la naturaleza de ritmo acelerado de tener una cuenta regresiva para lograr su cometido, hacen que la historia, por momentos, abuse de diálogos expositivos.

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Es hasta el acto final que Unidos llega a su mejor momento. Sin revelar nada esencial, Pixar hace de Ian un personaje mucho más maduro de lo que otros de sus protagonistas han llegado a ser. Es arriesgado de parte del cineasta apostar por esa última decisión que el joven elfo toma y con el que el libreto evita un desenlace predecible y lugar común para la mayoría de estos relatos familiares que siempre terminan en un momento del todo complaciente tanto con el espectador y el personaje principal. Es justo lo agridulce del final lo que le añade fuerza a la relación que durante toda la película Scanlon desarrolla entre él y su hermano.

Es ahí donde se puede encontrar el valor de la cinta. En los años más recientes, Pixar ha concentrado su atención en múltiples secuelas de sus éxitos, y sus diferentes títulos se sienten como la misma trama desarrollada pero con diferentes personajes, ya sean juguetes, coches, y hasta con las emociones (Intensa Mente - 98%). Unidos - 84%, aunque volantzno dista a grandes rasgos de los puntos clave de la trama de Frozen: Una Aventura Congelada - 89%, por ejemplo, ese último giro repentino al final del filme, le da un sentido mucho más duradero y la hace sentir más original.

Unidos - 84% es otro acierto para Pixar. Aunque sigue básicamente la lista de elementos que el resto de sus filmes, un pequeño elemento sorpresa hacia el final la hace sentir especial sin romper la fila con el tono familiar y el impacto emocional al que sus producciones están acostumbradas, y por el que son famosas. Tal como sucede con el par de elfos que la protagonizan, esta cinta demuestra que no se ha extinguido la última chispa de magia del estudio y que eso es todo lo que se necesita para que éste arroje nuevos hechizos sobre el público.

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