METE-CRÍTICA | El joker de Phoenix y el Batiuniverso posible

Pocas veces dentro del cine surgido de los cómics de superhéroes, una secuela podría resultar tan conveniente tanto a nivel comercial como en el aspecto creativo. Y es que Joker -o Guasón - 91%, por su título en español-, en lo que se refiere a lo primero, tiene números indiscutibles en la taquilla, pues no solo se ha convertido en la segunda película con el mejor debut de DC, sino que además es una de las más rentables, tomando en cuenta que tuvo un presupuesto mucho menor a cualquiera de sus más recientes estrenos, tan solo de 55 millones de dólares. En cuanto a lo segundo, sobra decir que el concepto encabezado por el trabajo de Todd Phillips y por supuesto Joaquin Phoenix, ha sido capaz de dejar satisfechos tanto a público en general como a la crítica especializada, empezando por llevarse el máximo premio en el Festival de Cine de Venecia, enfilándose así para protagonizar la inminente temporada de premios, y al mismo tiempo posicionarse como un claro ejemplo de cómo ser subversivos dentro de la misma industria hollywoodense, yendo a contracorriente de sus actuales convencionalismos y excesos de pirotecnia visual, apostando por un concepto inteligente, pero sin abandonar el espíritu del entretenimiento.

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A todo esto, además es importante señalar que a pesar de las declaraciones de los involucrados, y más allá de las distintas teorías con respecto a la trama generadas en su mayoría por los fans, la película sentó los elementos necesarios para conectarle con el inminente reinicio de la franquicia de Batman, convirtiéndole en lo que podría ser el preludio ideal para un posible batiuniverso -es decir, sin conectarse con el de los otros superhéroes cuyas aventuras transitan en tonos muy diferentes-, que bebiera de la sordidez y el tratamiento adulto de obras maestras del cómic tipo Batman Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli, por ejemplo.

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En fin, habrá que esperar para ver si se mantienen firmes con la decisión de que Joker sea una película única y autoconclusiva, o resulta que los productores se dejan seducir por la cuestión económica, y los artistas involucrados por las posibilidades creativas, o todos por ambas cuestiones, pero de qué suena muy atractivo el asunto, eso sin duda.

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