RESEÑA: El Ombligo de Guie’dani | Una rebelión al lado más oscuro del trabajo doméstico

El tema del clasismo se ha tocado en muchas ocasiones en el cine mexicano, pero cada vez se están realizando más películas que eligen contar estas historias a través de los ojos de las empleadas domésticas, principalmente, mujeres indígenas que tienen que emigrar de sus estados para conseguir un trabajo en la Ciudad de México, perdiendo en el camino su propia identidad. Estos aspectos, y otros más, están presentes en El Ombligo de Guie'dani - 92%, película escrita y dirigida por Xavi Sala.

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A primera vista se pudiera comparar esta cinta con Roma - 99% ya que ambas se focalizan en las desventuras, y uno que otro momento feliz, de las empleadas domésticas de familias adineradas, sin embargo, El Ombligo de Guie’dani se ubica en el extremo opuesta de la de Alfonso Cuarón ya que no sólo está despojada de todo romanticismo, sino que Cleo y Guie’dani son los dos lados de la moneda: mientras la primera está totalmente domesticada, la segunda es rebelde, inadaptable, no dispuesta en ser la “esclava”, como ella misma lo declara en uno de los momentos más significativos de la película.

La historia sigue a Gue’dani (Sótera Cruz), una niña zapoteca de 12 años, y Lidia (Érika López), su madre, quienes entran a trabajar en la casa de una familia de clase media alta en la Ciudad de México. No obstante, la pequeña no se adapta al entorno y se siente inconforme. El tema de la identidad es el eje del primer largometraje de Xavi Sala, una reflexión profunda que explora el clasismo, los prejuicios, la brecha social y la discriminación que existe dentro de la sociedad mexicana actual.

Aunque ésta es una historia conocida, es la forma en la que el director se aproxima al conflicto lo que sobresale, un acercamiento crudo y sin aspavientos que habla mucho sobre la dinámica social del país y la discriminación que enfrentan los pueblos indígenas. En consecuencia, la crítica social está presente en un guión cuya finalidad, en primera instancia, es construir una ficción creíble donde los temas anteriormente señalados están presentes en las relaciones patrones – empleadas.

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Pero, así como se plantea una paulatina pérdida de identidad en la madre, también está el texto de la preservación del idioma y las costumbres en Guie’dani manifestado a través de su rebeldía, una decisión bastante acertada del escritor que sembró de forma frontal el conflicto entre madre e hija.

El mayor acierto de El Ombligo de Guie’dani es que todo esto se cuenta desde la perspectiva de Guie’dani y con ello, Sala no sólo nos da la oportunidad de ver sin maquillaje el lado más oscuro del trabajo doméstico, sino también de gozar de una de las más contundentes reivindicaciones femeninas a su identidad indígena. En este tenor, la interpretación de Sótera Cruz es perfecta.

Sótera Cruz y Érika López son actrices no profesionales originarias de Oaxaca, ambas entregan trabajos profundos, complejos y perfectos, en ellas está otro de los mayores logros de esta producción: una buena dirección de actores. Además de un buen casting donde ambas mujeres sobresalen por su presencia.

Un estilo minimalista en cuanto a la dirección y la ambientación son los adecuados para focalizar el conflicto en las acciones, los diálogos y la interacción social en el micro universo que significa la elegante casa. Como extra, la película está hablada casi en su mitad en zapoteco.

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La historia es sencilla, pero como suele suceder, en su sencillez encuentra su grandeza. El Ombligo de Guie'dani - 92% destaca como una película necesaria en nuestro país y que aporta una discusión oportuna en la esfera social.