Annabelle 3: Viene a Casa | Lo espeluznante encuentra su hogar

No todo ha sido fácil para la franquicia de El Conjuro - 86%, la mayoría de los spin-off que este universo del horror ha entregado han sido sumamente decepcionantes, pero en su tercer intento, Annabelle 3: Viene a Casa - 60% parece redimir la idea que originalmente hubiéramos tenido sobre aquella tenebrosa habitación en la casa de los Warren y, aunque no libre de tropiezos, la libra gracias a un par de trucos nuevos.

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Dirigida por Gary Dauberman y también coescrita por él, Annabelle 3: Viene a Casa arranca con Ed Warren (Patrick Wilson ) y su esposa Lorraine (Vera Farmiga) llevándose a la muñeca para confinarla a su habitación prohibida llena de objetos poseídos. Durante un viaje, ambos se ven forzados a dejar a su hija Judy (Mckenna Grace) bajo la tutela de su niñera y una de sus jóvenes amigas. Las cosas se salen de control para las chicas cuando una de ellas entra al cuarto y libera a Annabelle de su encierro despertando con ella toda clase de horrorìficos espíritus.

Annabelle 3: Viene a Casa - 60% no es la mejor de los spin-off de esta franquicia y habría que dejar en claro que tampoco está cerca del nivel de cualquiera de las dos cintas de James Wan. El séptimo episodio del universo El Conjuro, sigue estirando la cuerda de una fórmula que ya resulta familiar y que ya no sorprende y por ende no provoca casi miedo. Sus pocos aciertos residen en los guiños a varios subgéneros, un balance que le permitirá satisfacer a la amplia gama de fans del horror que decidan darle una oportunidad.

El aspecto que los fans de la saga disfrutarán más es la visita a la habitación prohibida de los Warren. La película se convierte en la historia de una casa embrujada una vez que los espíritus que Annabelle atrae comienzan a aterrorizar a las tres protagonistas. Diferentes clases de criaturas y fantasmas comienzan a hacer de las suyas, con un par de referencias a clásicos como El Resplandor - 92% y Juegos Diabólicos - 88%, y eso le otorga cierto respiro a la muñeca principal que ya hemos visto en básicamente la misma historia.

Aunque no logra del todo atemorizar, la dirección de Annabelle 3 no abusa de los jumpscares y hace un esfuerzo por estirar la tensión de sus secuencias lo más posible incluso si no siempre se libra de los clichés de su género respecto a las situaciones en las que pone a sus protagonistas. Si a esto sumamos que hay varios momentos de comedia, el filme acaba siendo mucho más una diversión espeluznante antes que una experiencia traumática que evite conciliar el sueño por la noche. El tono resulta similar al de It (Eso) - 85%, la cual Dauberman también escribió.

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Después de una intrigante introducción con los personajes principales interpretados por Vera Farmiga y Patrick Wilson , la historia toma su tiempo para comenzar, mezclando la confusión de las adolescentes (como en la dolorosa Annabelle - 29%) y los temores relacionados con la infancia (como en Annabelle 2: La Creación - 69%). Se exploran temas como la influencia indirecta de los padres, el acoso escolar, el sentimiento de culpa asociado con el duelo, que se abordan de manera interesante.

Luego, después de una decisión completamente estúpida de una amiga de la heroína, la muñeca es liberada de su jaula de cristal, trayendo consigo los males contenidos por tanto tiempo. De repente, hay acciones de sobra, mucho más que en la angustiosa La Maldición de la Llorona - 39%, cada personaje es atacado por entidades malvadas, creando crescendos repetitivos de tensión que desafortunadamente son abortados a causa de un montaje inconsistente. Todos están construidos de la misma manera, por lo que estos momentos perturbadores dejarán indiferente al respetable. En cuanto a la atención prestada a la construcción de la atmósfera, decepciona un poco, demostrando estar muy por debajo de la popular La Monja - 47%.

Las actuaciones son otros de los puntos más frágiles de la producción. Si bien Grace, a quien difícilmente reconocerán como la pequeña Capitana Marvel, destaca por interpretar a una niña atormentada por la infame profesión de sus papás, su niñera y la amiga de esta se sienten poco creíbles dentro de sus papeles y el resultado por momentos terminan siendo escenas poco convincentes, lo que termina por llevarse entre las patas algunas de las motivaciones de sus personajes que el guión probablemente concibió como el centro emocional de la historia.

Annabelle 3: Viene a Casa - 60% puede no haber encontrado su lugar junto a grandes de la década como El Conjuro - 86% y su secuela, pero halla su hogar en una conclusión a su trilogía que se esfuerza por amalgamar distintos elementos del horror y subgéneros en una aventura sencilla que cumple en profundizar sobre la mitología de los Warren y en ser algo espeluznante como para divertirte en la sala y luego ponerla de nuevo en un maratón en Halloween.

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