Una Serie de Eventos Desafortunados - Temporada 3 | La última gran aventura de los hermanos Baudelaire

Ya son quince años desde la adaptación cinematográfica Lemony Snicket, Una Serie de Eventos Desafortunados - 72% que protagonizó Jim Carrey. La cinta logró acercar a la gente a la fantasía juvenil que tiene una gran dosis de humor negro, aunque no fue el éxito que se esperaba en su época y solo logró trasladar a la pantalla grande los tres primeros libros de los relatos originales. Sin embargo, la vida de estos huerfanitos tristes, y algo miserables, encontró su mejor lugar en la televisión, gracias a Netflix, donde en la actualidad cualquier tipo de historia es bienvenida.

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La serie que comenzó en 2017 sigue a los hermanos Baudelaire: Violet, Klaus y Sunny, cuya racha de mala suerte comienza desde el momento en el que quedaron huérfanos a causa de un incendio. El trío se convierte en el foco de prejuicios e indiferencia por haber nacido con privilegios pese a que están lejos del estereotipo de ser los niños mimados de la historia. La constante lucha contra la adversidad los lleva a demostrar, en más de una ocasión, que si algo saben es valerse por sí mismos; aunque no puedan evitar caer en el conformismo que los lleva a complementar ese tono deprimente de la serie.

Es la tercera temporada la que despide a la serie Una Serie de Eventos Desafortunados - 100% que inició en 2017 y cuyos episodios finales se encargan de adaptar los cuatro últimos libros de un total de trece, escritos por Daniel Handler , que evidencian nuevamente los intentos de los hermanos por escapar del despiadado Conde Olaf (Neil Patrick Harris), cuyo sueño es robar la herencia de los hermanos.

Todo arranca desde ese cliffhanger que había llevado a los Baudelaire en el interior de una caravana a punto de caer al vacío. Los episodios inmediatos, que conforman un arco, siguen con el escape de Violet (Malina Weissman) y Klaus (Louis Hynes) y sus intentos por reencontrarse con la pequeña Sunny (Presley Smith) que se encuentra a merced de Olaf y sus secuaces, a la par que descubrimos cosas relacionadas al pasado del villano y asuntos sobre el misterioso VFD.

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Los protagonistas apuestan todo por descubrir más sobre la organización secreta de la que formaron parte sus padres y, a lo largo de la temporada, se ven obligados a confrontar el hecho de que las personas buenas también llegan a un punto en el que deben obrar mal; o como dijo Fiona Widdershins (Kassius Nelson): no hay personas buenas o malas, todas son como una ensalada hecha con diferentes ingredientes. Una lección que a los chicos les cuesta aprender pero que al final entenderán.

El arco The Penultimate Peril, que es lo mejor de toda la serie, refleja la decisión de los Baudelaire por comenzar su propio camino, uno nuevo, que los lleva a trabajar en el Hotel Denouement. Allí se reencuentran con personajes de temporadas pasadas, donde se ponen al día con la jueza Justice Strauss (Joan Cusack) y se enteran que están más cerca que nunca de deshacerse de Olaf de una vez por todas.

Con todo, los primeros dos arcos de la serie representan un arranque poco inspirado para la serie que ha tenido mejores episodios. De todas formas, sí se salen de lo habitual de la producción, y si no fuera por ellos nos hubiéramos perdido revelaciones importantes para la trama. Claro que aun así es difícil evitar el cansancio, puesto que mantener tres temporadas con la misma problemática termina cansando; sobre todo si no hay muchas distracciones de por medio.

Pese a esto, los tres episodios finales son de lo mejor y consiguen levantar la serie para lograr un satisfactorio final. Los chicos en una isla desconocida, unos aldeanos cuyo jefe nos da mala vibra y Olaf listo para su último gran movimiento contra el trío protagonista. Una propuesta que llega a sus últimos momentos con un relato que termina por entrecruzar a sus hilos y personajes mientras se revela la cisma que llevó a la tragedia de los Baudelaire y más sobre sus padres, dando un cierre correcto a las narrativas, con el final que la serie merece.

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