Había una vez un Deadpool ya tiene primeras críticas

Había una vez un estudio llamado Fox que no quería hacer una película de Deadpool - 84% a menos que fuera PG13 para poder ganar más dinero. El valiente joven Ryan Reynolds, luego de escapar de la maldición de una película que destrozó todo lo bueno del personaje y gracias al deseo que le consiguió el internet, tras la filtración de un material de prueba, consiguió que su filme mantuviera escenas y lenguaje explícito y triunfó en la taquilla, pero ahí no terminó la historia y su secuela fue convertida en Había una vez un Deadpool, un corte de Deadpool 2 - 85% apto para menores de 13.

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La premisa de esta película, que es básicamente un relanzamiento de su antecesora, ve a Deadpool (Reynolds) secuestrar al actor Fred Savage para contarle los hechos que ocurren en la película de David Leitch que estrenó en mayo, pero “filtrada a través del prisma de la inocencia infantil”, como dice el mercenario en uno de los avances. Pero ¿puede que este corte de la cinta logre satisfechos a los fans del personaje? La crítica ya dio su opinión.

En las primeras reseñas, Había una vez un Deadpool ha dejado divididos a los expertos, quienes por un lado creen que el recortarse la violencia y los chistes sexuales la esencia del personaje se pierde y con ello la originalidad del filme mientras que otra parte considera que incluso sin esos detalles el carisma de su protagonista sigue resultando cautivador incluso pese a lo poco relevante de la cinta dentro del desarrollo de Deadpool o su franquicia.

Los más positivos aseguran que el filme es gracioso y que el estilo sarcástico e irónico de hacer una versión apta para menores del personaje logra sostenerse por sí misma incluso sin tener que ver a Deadpool ser partido a la mitad por Juggernaut (una de la secuencias más sangrientas de la película). Y hubo quienes encontraron irónico y satisfactorio que el personaje se encuentre consciente de que es una versión diluida de sí mismo al romper la cuarta pared.

Mientras que las críticas más negativas aseguran que el recurso de una historia dentro de una historia, con la incursión del arco de Savage, se siente innecesario para volver a contar lo que sucede en Deadpool 2. Hubo quienes no entendieron el propósito de hacer la película como algo más que un experimento para probar la suerte del personaje una vez que el estudio sea adquirido por Disney. La poca importancia de regresar a la historia que resultó satisfactoria apenas en mayo de este año rebasó el ingenio del protagonista.

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Había una vez un Deadpool llegará a México el 1 de enero y parte de sus ganancias irán a una fundación que ayuda a personas con cáncer. ¿Será que el PG13 arruinó a Deadpool o será el factor definitivo que logrará que la siguiente entrega del mercenario lo vea junto a los Vengadores o por lo menos mencionado en las futuras entregas de la mega franquicia de Disney? Aquí lo que pensaron las primeras críticas de la producción:

Bilge Ebiri en New York Magazine:

Es una enferma y tonta broma que no puedes evitar disfrutar. Y tan pronto como lo haces, te sientes mal de haber caído en ella.

Matthew Rozsa en Salon.com:

Un concepto que podría haber sido encantador, pero que en realidad llega a ser estúpido.

James Berardinelli en Reel View:

La reconstruida historia se arrastra y su ritmo no se ve ayudado por las frecuentes interrupciones

Kerry Lengel en Arizona Republic:

La sensibilidad sardónica permanece intacta.

Peter Howell en Toronto Star:

Es un audaz robo de dinero y de hecho logra ser medianamente divertida.

Adam Graham en Detroit News:

Resulta que, incluso sin las partes atrevidas, Deadpool sigue funcionando bastante bien.

Katie Erbland en IndieWire:

Es exactamente lo mismo con Fred Savage señalando ocasionalmente lo raro de todo lo que sucede.

Alonso Duralde en The Wrap:

Reynolds tiene dominado su irónico rompimiento de la cuarta pared y Savage logra un contraste entretenido.

John DeFore en The Hollywood Reporter:

Al final, la idea de limpiar el proyecto es tan poco importante como la mayoría de las versiones sin censura que van en la dirección contraria prometiendo más desnudos y violencia, pero cambiando poco de lo relevante.

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