Si crecieron viendo Transformers y jamás se han sentido impresionados por las explosiones locas de Michael Bay, Bumblebee - 95% podría recuperar su fe en una adaptación un poco más fiel al espíritu de la animación de la década de los años 90. Lejos de centrarse en un espectáculo visual, el nuevo filme de la entrega es el primero que le da carácter a los robots y los convierte en algo más que en un pretexto para escenas de acción.
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Dirigida por Travis Knight y ambientada en los ochenta, la cinta sigue a Charlie (Hailee Steinfeld), una adolescente que tiene problemas con su familia, pero luego de conseguir su primer coche, un vocho amarillo en pésimas condiciones, descubre que antes que un vehículo ha obtenido un robot alienígena sin memoria que los pone a ambos en la mira del ejército estadounidense, así como de los Decepticons, el grupo más feroz de los sobrevivientes de Cybertron, su planeta natal.
Es bueno que Bumblebee sea una precuela de todo lo que antecede a Transformers - 57%, pues habría que hacer borrón y cuenta nueva a partir de esta historia. El origen del leal seguidor de Optimus Prime es una aventura que envuelve su acción en el cariño que sus protagonistas tienen el uno por el otro al convertir al robot que le da título al filme en un ser tan entrañable como E.T., El Extraterrestre - 98% cuyo paso por la vida de su mejor amiga la cambia de manera definitiva.
Esa comparación, con uno de los clásicos de Steven Spielberg, no debería preocupar a los fans de la acción. Si bien la película tarda en arrancar los motores de su personaje principal, una vez que Bumblebee y Charlie comienzan a conocerse, las persecuciones y los enredos adolescentes se complementan para llevar al espectador una cinta divertida que prepara un desenlace conmovedor. El verdadero corazón del filme se guarda hasta casi los últimos minutos.
Es a la vez un guiño a la serie animada que los fans seguro agradecerán en la pequeña secuencia en Cybertron con los diseños originales del resto de los Autobots. Otros aciertos de la película descansan en su atinado y pulido guión y la poderosa actuación de Steinfeld que hacen creíble la relación entre la joven y su Transformer. Mientras ella arregla sus fallos mecánicos, el robot la empuja a dejar atrás los conflictos familiares que la han distanciado de su familia y de nuevas amistades.
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Pese a ciertos detalles de la trama, que resultan muy convenientes para el plan de los antagonistas, los escenarios en los que ambos protagonistas son puestos antes de chocar plenamente con el conflicto central ayudan a construir la amistad entre ambos. Ya sea probando la música favorita de Bumblebee, entrenando cómo debe esconderse del resto de los humanos o vengándose de los bravucones de la escuela, el robot fácilmente se gana el corazón del público.
Una cinta que ofrece esperanza a los seguidores de la franquicia, Bumblebee - 95%, con todo y unos pequeños raspones, es la prueba de que la carrocería de un filme es lo de menos siempre y cuando el director al volante sepa manejar y ajustar las partes importantes de su motor para llevarse al espectador de paseo.
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