METE CRÍTICA | El justo protagonismo de la mujer en el FICM

Fueron muchas las razones por las que la selección de películas mexicanas en competencia del FICM (Festival Internacional de Cine de Morelia), de la pasada edición del que se ha convertido en uno de los eventos fílmicos más importantes de nuestro país, dejaron más que satisfechos tanto al público en general, como a la crítica especializada. Entre ellas podemos mencionar lo consistente de la manufactura, la variedad de temas, el compromiso con el tratamiento, pero, sobre todo, el que por fin quedaron atrás los excesos contemplativos y el snobismo que en otros años se había convertido en una constante. Sin embargo, hubo algo más, y es que la mayoría de los trabajos estuvieron poderosamente relacionados con la femineidad, pero no como resultado del impulso de colgarse de la actual tendencia al empoderamiento de la mujer que Hollywood y otros medios han convertido en una estrategia comercial, sino por la que quizás sea una de las mejores razones para hacer cine, que los involucrados en cada una de las historias, consideraron que merecían ser contadas, encontrando así una clara identidad.

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Es entonces que se pudo disfrutar de la sensible mirada que da Lila Avilés a uno de esos microunoversos ocultos tras las fachadas urbanas con La Camarista, del crudo retrato de otro de los rostro de la estigmatización que hace Kenya Marquez en Asfixia, de la efectiva contextualización de la comedia romántica -con su respectivo giro- que protagoniza Naian González Norvind y lleva por título Leona, además de la irónica decantación del clasismo propio de la década de los ochentas, que a partir de los escritos de Guadalupe Loaeza , elabora Alejandra Marquez Abella en Las Niñas Bien.

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Sin duda, un puñado de interesantes películas que se convirtió en uno de los más recordados momentos que nos dejó el Festival Internacional de Cine de Morelia, prueba de que el cine mexicano, al menos en cuanto a producción y contenido, goza de excelente salud. Ahora esperemos que la distribución corrobore el diagnóstico y estas obras encuentren el espacio en una cartelera sofocada no solo por las superproducciones provenientes del país vecino del norte, sino por ese otro cine mexicano que en su afán de llenarse los bolsillos, acapara los pocos espacios disponibles con fallidos remakes y artificiosas secuelas. Claro, esto además de que el público se de la oportunidad de descubrirlas.

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