Veneno para las Hadas, de Carlos Enrique Taboada, ¿qué dijo la crítica en su estreno?

Carlos Enrique Taboada fue uno de los directores de cine más interesantes en la historia de México, siendo reconocido como uno de los realizadores esenciales de cine de horror, al escribir y dirigir algunas de las obras más elogias dentro del género, como Hasta el Viento Tiene Miedo - %, El Libro de Piedra - %, Rapiña, Más Negro que la Noche - % y Veneno para las Hadas, algunas de las cuales han recibido adaptaciones modernas para nuevas audiencias.

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Veneno para las Hadas es uno de los trabajos más conocidos de Taboada; esta película, estrenada en 1984, fue protagonizada por Ana Patricia Rojo y Elsa María Gutiérrez y, con ellas, Leonor Llausás, Araceli de León, María Santender, Arturo Beristáin y Anna Silveti.

Esta película estuvo nominada para once Premios Ariel, de los cuales se llevó seis, incluyendo Mejor Director para Taboada, Mejor Película y Mejor Fotografía, estatuilla que se llevó a casa Lupe García como recompensa de su excelente trabajo. Además de estos premios, Veneno para las Hadas es considerada, junto con Alucarda, La Hija de las Tinieblas - 100%, como una de las máximas muestras del cine de horror hecho en México.

La historia, escrita por el mismo Taboada, es la de Verónica, una niña solitaria que vive con su abuela y su nana, dado que sus padres murieron tiempo atrás en un accidente de coche. Cada noche, la nana le cuenta historias de brujas y espectros, despertando en la niña, que ya de por sí tiene una imaginación precoz, una disposición única para inventarse historias, ella misma comenzando a creerse una hechicera.

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Flavia, inocente y de familia adinerada, es nueva en la escuela y se siente intrigada por la solitaria Verónica, por lo que comienza una extraña amistad con ella, en donde Verónica, aprovechando una serie de casualidades, le hace creer que es una bruja y tiene que obedecerla en todo, si no quiere ser embrujada. Así, la amistad entre ambas pequeñas se irá tornando cada vez más tétrica y, a la vez, más peligrosa.

Veneno para las Hadas es una película que recae mucho en sus protagonistas, algo que Taboada sabía y supo aprovechar a la perfección, no solamente dirigiéndolas, pero además con toda la estética que encuadra su producción. Es notable el uso de la fotografía, que emula casi completamente el punto de vista de las niñas y en el que, rara vez, se logra ver el rostro de los adultos, que se mantienen muy ausentes en la historia.

Por su excelencia en el género y su longevidad en la mente de la audiencia nacional e internacional, recordemos qué dijo la crítica de esta película tras su estreno.

Rodrigo Vidal Tamayo de Revista Cinefagia:

La atmósfera lúgubre y llena de ansia que Taboada crea es muy acertada. […] Además el guión es bastante coherente y deja que los personajes hablen de manera verosímil.

En Super Marcey se escribió:

La película es una delicia visual. En ese sentido es realmente perfecta. Es muy vibrante en color y las tomas se realizan de manera muy interesante.

Félix H. Ponce para Alucine Cinéfago:

Veneno para las Hadas resulta muy atractiva no sólo en lo que respecta a la trama y a la evolución de la historia (con un maravilloso y sorprendente final), sino también en la estética y visualmente.

En Kalafudra's Stuff se escribió:

Taboada encontró actrices increíbles en Rojo y Gutiérrez. Incluso a su corta edad, su química es palpable y lleva toda la película.

En Tina Aumont’s Eyes:

La fotografía de Lupe García es agradable y colorida, aunque oscura y lúgubre cuando se amerita.

J. Luis Rivera de W Cinema:

A pesar de sus defectos, 'Veneno para las Hadas' sigue siendo uno de los filmes más originales y cautivadores del director Carlos Enrique Taboada, que ofrece un cuento de hadas profundamente sombrío para adultos.

Elaine Macintyre del blog Film Reviews:

En parte una tierna historia sobrenatural, en parte un drama psicológico que explora las consecuencias espantosas del bullying, Veneno para las Hadas es tan entrañable como es alarmante.

El Rector de Nido de Cuervos escribió:

La lograda ambigüedad de la historia, la cual se mantiene inmaculada hasta las últimas consecuencias, el descomunal trabajo de las dos protagonistas, la gran personalidad que destila su dirección artística, y ese final tan macabro como poético, creo que pueden y deben ser motivo suficiente para una tarde de domingo atípica.

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