Videoteca Tomatazos | The Phynx (1970)

Domingo de Videoteca Tomatazos y para variar, como he intentado hacerlo semana a semana, les propongo ahora un cambio de género cinematográfico, en este caso de vuelta a la comedia. El ofrecimiento de este día es una película de humor absurdo, a tal punto que cuando uno termine de verla, se pregunte de manera reflexiva si lo que se observó fue una genialidad o de plano una de las cintas más ridículas que jamás se haya realizado.

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Sí, hoy toca presentarles The Phynx, cinta dirigida por Lee H. Katzin, con guión de Stan Cornyn basado en la historia de Bob Booker y George Foster ; éstos dos últimos, por cierto, también productores de la película.

Nos encontramos en Albania, frente a un castillo de grandes proporciones donde descubrimos a un misterioso personaje que busca infiltrarse al interior de éste. Sin embargo, tras una serie de fallidos y vaciados intentos, el individuo anónimo termina por regresar con el fracaso en sus espaldas a su país nacimiento: Estados Unidos. Tras una secuencia animada, propia de los años en los que la producción de The Phynxs se desarrolla –ya saben, hartos colores y humor–, descubrimos que el hombre de la misión fallida era nada más y nada menos que un espía.

Finales de los años 70 en los Estados Unidos de América. Si bien ya había pasado el apogeo del movimiento hippie, éste no perdía su fuerza; mientras que el gobierno del presidente Richard Nixon apenas empezaba su primer y posteriormente popular periodo, en Vietnam continuaba desatándose la guerra y recientemente se había vivido con intensidad en aquel país el movimiento por los derechos civiles. Es decir, Estados Unidos era un auténtico polvorín, mismo marco que aprovechan los creadores de The Phynx para el desarrollo de su historia.

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De regreso a la historia de ficción, a pesar de los fracasos anteriores el gobierno de los Estados Unidos busca infiltrarse al interior del castillo de la Albania socialista. Entre los secuestrados populares con los que nos encontraremos, están figuras como James Brown, Ed Sullivan, el mismísimo Coronel Sanders, Johnny Weismuller y hasta al Llanero Solitario y su fiel amigo Toro. Sin embargo, tras los intentos no logrados, ¿cuál será el nuevo plan? Ofrecido por una “sexy” computadora de la época, la respuesta al dilema es la infiltración de una banda de chicos rockeros empezada de cero que vendrían precisamente a ser “The Phynx”.

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Llena de hilaridad, mofándose de todo lo que se le presenta –algo escaso ahora, en tiempos de la “corrección política” –, The Phynx resulta imperdible y enormemente disfrutable. Sí, desde luego que la película tiene sus muy marcadas fallas, pero de que tiene virtudes de eso no hay la menor duda. Desde lo ridículo que resulta por ejemplo el que para decidir el rescate de los estadunidenses secuestrados se consulta por igual y en comité a miembros del Ku Klux Klan, de Panteras Negras, a sacerdotes, a sexoservidoras ¡y hasta a boy scouts!; hasta el hecho de que una vez decidido que se debe armar desde cero a un conjunto juvenil de música, se convoca a un alocado, drogado y maníaco del sexo productor con –obviamente- influencias de la música hindú y un desprecio literalmente vomitivo al “diabólico” dinero.

Al final, uno como espectador con lo que se queda de The Phynx, es con que termina siendo éste un viaje alocado por un tiempo igual de vertiginoso no solo en la historia de los Estados Unidos sino también en la historia del mundo; pero sobre todo con el disfrute de elementos cómicos como los ya señalados, así como la música, la sátira y lo ridículo de todo de lo que vamos siendo testigos en pantalla.

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¿Qué dicen entonces, le entrarían a The Phynx? ¿La conocían, la habían visto? ¡Gracias por leerme! Recuerden que todos los domingos los espero con una Videoteca Tomatazos más, acá en Tomatazos.com.