Misión: Imposible - Repercusión | Cuando el cine parece deporte extremo

La mayoría de las franquicias pierden fuerza con cada entrega y aunque algunas han encontrado un equilibrio casi perfecto en las trilogías, hay muy pocos ejemplos de sagas que continúan con originalidad o hábil técnica desafiando la paciencia del público. Misión: Imposible - Repercusión - 98%, protagonizada por Tom Cruise por más de 20 años, es esa rara excepción pues su más reciente filme obliga a preguntar si el siguiente largometraje podrá superar o por lo menos igualar su impacto.

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Christopher McQuarrie regresa, tras Misión: Imposible Nación Secreta - 93%, a las salas de cine como director de Misión: Imposible - Repercusión - 98% y es fácil entender por qué repitió esa labor. La nueva misión de Ethan Hunt (Cruise), el agente que todo lo hace posible, será recuperar una carga de plutonio antes de que un grupo terrorista detone un par bombas nucleares, no sin antes descubrir que sus aliados no son quienes dicen ser y sufrir un par de retrasos. Y aunque la premisa es de lo menos original la ejecución resulta en una de las mejores películas de acción de los últimos años y todo es gracias a la dirección.

No sobra dejar en claro que Rebecca Ferguson, Simon Pegg y un sorprendentemente feroz Henry Cavill tienen excelentes actuaciones que complementan al protagonista y que tiene cada uno su momento de brillar, pero realmente el logro de una producción de este nivel y con el legado que le precede debe ser en su mayoría gracias al cineasta y a su equipo que logró hacer de las calles de París una pista de persecución tan cardíaca como el desierto de Mad Max: Furia En El Camino - 97%, porque sí, a ese nivel se encuentra.

Hay sólo dos momentos, por lo mucho, en los que se puede notar algo de efectos especiales para las secuencias de acción, pero la cantidad de metraje de Misión: Imposible - Repercusión - 98% que fue rodada de forma práctica por sus protagonistas pasa de lo increíble a lo demente, pues Cruise demuestra que para él es el cine es un deporte extremo cuya competencia debe de ganar a todo costo. La edición, tanto de las persecuciones por la mítica ciudad europea, como de los helicópteros acróbatas, así como de las peleas mano a mano son dignas de la más grande pantalla.

En todo momento es posible ver los rostros de los actores, entender la forma en la que cada golpe se lanza o vibrar con cada giro en el volante. Y quizá la mejor parte es la verosimilitud que la película tiene, acompañada de una fotografía equilibrada que permite al espectador apreciar cada elemento en relación con el todo del encuadre. Los acantilados no se pierden entre las agitadas acrobacias de los helicópteros, ni lo hace el emblemático Arco del Triunfo entre motocicletas y coches.

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Aunque el guión hace lo posible por invertir las expectativas y clichés de espías, no tiene éxito en toda ocasión, pero su interés por obligar al espectador a poner atención a los sucesos que narra ayuda incentivar la emoción por lo que sucederá con los personajes. La historia logra poner en ritmo la emoción de ver a Hunt saltar edificios con un poco de romance y unos cuantos momentos divertidos. Para los seguidores de la saga, la verdadera cereza en el pastel será la conclusión y la recuperación de algunas líneas narrativas de entregas pasadas.

Misión: Imposible - Repercusión - 98% es por excelencia lo que toda cinta de acción debe ser al respetar su historia, sus secuencias de acción y al poner ante todo la verosimilitud de sus más arriesgados momentos. En un contexto en el que los filmes de James Bond han fallado en destacar y los efectos digitales recrean la mitad de las cintas de superhéroes, este largometraje resulta exquisito para los fans del género. Al elevar tanto el nivel de la saga y al investir a la película con un sentido tan fuerte de conclusión, parece que encontrar un libreto y director capaz de igualar sus efectos, si es que deciden aceptarla, será la verdadera misión imposible.

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