The Way of the Dragon, de Bruce Lee, ¿qué dijo la crítica en su estreno?

Bruce Lee se mantiene como un icono de la cultura popular por múltiples razones: su presencia, su filosofía de vida y sus proezas fílmicas llenaron las pantallas de todo el mundo con el primer auténtico héroe chino internacional. Bruce derribó barreras sociales y culturales y popularizó las artes marciales de una manera que nadie había logrado. Bruce podía decir más con una mirada y un grito que muchos actores con entrenamiento en dramaturgia juntos. Más que un actor, era una presencia, una difícil de olvidar y que dominaba por completo la cámara.

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Bruce, quien comenzó su carrera como actor en su infancia en Hong Kong, viajó a Estados Unidos para estudiar y, eventualmente, enseñar artes marciales. Sus aptitudes físicas y su personalidad pedían a gritos que estuviera frente a una cámara. Su carrera comenzó en televisión donde tuvo papeles breves en varias series hasta que apareció como Kato en El Avispón Verde. Era bien sabido que buena parte del público era cautivado más por los despliegues de Bruce que por el rostro del actor principal. La serie duró poco y Bruce dejó Hollywood ante la falta de oportunidades y el racismo de la época. Al volver a Hong Kong, su papel en El Gran Jefe - 60% lo convirtió inmediatamente en una estrella en Oriente. Eventualmente, el resto del mundo lo conocería por Operación Dragón - 95%, pero antes de eso Bruce dirigió, escribió y protagonizó The Way of the Dragon - 100%.

A pesar de la figura rígida y su mirada letal, Bruce era un hombre que disfrutaba el humor y en su ópera prima como realizador pone de manifiesto la naturaleza juguetona de su personalidad. La cinta que Bruce escribió contiene una premisa básica: un joven chino llega a Roma para ayudar a su tío con su restaurante. En el proceso tendrá que defenderlo de mafias locales que buscan extorsionarlo. El personaje de Bruce apenas habla y utiliza más sus gestos para expresarse. Los letales combates son aderezados por escenas en las que un desorientado protagonista deambula por la ciudad europea. Es lo que en inglés se conoce como una historia de “fish out of water”, donde un personaje fuera de su elemento tendrá que adaptarse a como dé lugar.

Así como la filosofía diaria de Bruce, la película es concreta y directa, no se complica la existencia y va directo al grano. Los villanos a vencer incluyen a un campeón de karate (Chuck Norris) que enfrentará al héroe chino en el coliseo romano. Bruce filma la secuencia como si se tratará de un duelo de un western de Sergio Leone, con un par de gatitos como espectadores. El resto de los combates no carecen de intensidad y el ritmo narrativo es fluido. Bruce no desperdicia un minuto en exposición innecesaria. Su cinta sirvió de base para otras películas de artes marciales, como Enter the Fat Dragon con Sammo Hung Kam-Bo y Kiss of the Dragon de Jet Li, ambas suerte de remakes de la original. Definitivamente, ésta es la cinta más personal de Bruce y, por ende, es la más interesante de apreciar.

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Scott Weinberg, DVD Clinic:

Ciertamente, la única película en la historia que tiene a Bruce Lee y Chuck Norris peleando en el Coliseo Romano.

Almar Haflidason, BBC.com:

Haz a un lado el exceso de personajes extraños y el humor raro, y tienes a Bruce Lee: hipnotizante, rápido, astuto, y uno de los raros ejemplos de verdadero magnetismo en la pantalla.

Cole Smithey, coleysmith.com:

Bruce Fucking Lee, no se diga más...

Time Out London:

La única cinta escrita y dirigida por Bruce Lee tiene una crudeza que se puede esperar de una ópera prima e inesperadamente gira hacia la comedia. Bruce hace muchas cosas con su personaje: un muchacho del campo que tiene que enfrentar a rivales occidentales con armas.

Cosmic Catacombs:

A pesar de un inicio lento, el humor funciona y la trama te interesa más y más hasta llegar a una de las peleas más legendarias en la historia del cine.

Eoin Friel, The Action Elite:

Aunque la primera parte es lenta y hay problemas de doblaje, la segunda es gloriosa y justifica la espera.

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