Hayao Miyazaki: Consejos para jóvenes cineastas

Hayao Miyazaki es uno de los realizadores de animación más respetados y laureados del séptimo arte. La importancia de su trabajo con el estudio Ghibli es incuantificable. El cine de Miyazaki ha llevado a la animación a otros planos narrativos y estilísticos. Mientras en Occidente el medio sigue empantanado, visto como un vehículo para distraer infantes y poner chistes de cultura pop, Miyazaki dotó a sus historias de contextos sociales y personajes complejos. El director de La Princesa Mononoke - 92% y El Viaje de Chihiro - 97% ha sido copartícipe en proveer legitimidad al medio animado, además de otorgarle una gran dosis de humanidad.

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La ética de trabajo de Miyazaki es intachable: un artista totalmente comprometido con su obra y congruente con la misma, con la animación tradicional realizada a mano como templete donde desarrolla sus ideas. Miyazaki es detallista, dedicado y siempre apegado a sus mensajes en contra de la guerra y a favor del medio ambiente; además, posee un gran ojo para retratar heroínas intrépidas y con personalidades llenas de matices. El señor es una gran influencia para otros animadores y definitivamente su experiencia puede servir para cualquier director de live-action. Aquí tenemos algunos de sus consejos, recabados de entrevistas y reportajes variopintos. Consejos que seguramente ayudarán a cualquier director y guionista.

Trabaja en favor de una cultura que enriquezca a las personas, no una que las distraiga.

Algunos podrán acusar a Miyazaki de estar muy chapado a la antigua en sus ideas, pero el señor da un punto bastante válido al criticar la cultura popular actual. Miyazaki detesta la cultura rápida de series y películas hechas al vapor, así como de juegos de video que mantienen a los niños ajenos al entorno en el que viven. El realizador también detesta a la cultura otaku y la señala como una de las razones por las que la animación en Japón ha decaído en cuanto a calidad.

Miyazaki considera a la ecología un tema muy importante y prácticamente toda su obra gira en torno a los conflictos entre el hombre y la naturaleza. En una declaración peculiar, Miyazaki dijo: “espero que un día el mar cubra totalmente Tokyo y la población entonces se vea obligada a aprender a convivir con su entorno". El director, guionista y animador no rehuye al espectáculo, pero siempre tiene como prioridad hacer reflexionar a la audiencia.

Deja que las imágenes marquen el ritmo.

La idea de que en la animación debe haber constante movimiento es contradicha por Miyazaki, quien en varias de sus obras se enfoca en momentos de silencio y quietud. Varios directores, tanto de live-action como de cintas animadas, confunden acción con emoción. La realidad es que puedes generar todo un flujo de sensaciones en el espectador con escenas donde el silencio impera. En otras palabras: menos es más y varias escenas de Mi Vecino Totoro - 93% lo confirman con creces.

Tus películas deben ser congruentes con tus ideas.

Antes de que Hollywood brincara al tren del mame feminista y de la mujer “empoderada”, Miyazaki ya hacía historias protagonizadas por damas con personalidades complejas y humanas. Desde la majestuosa Nausicaa of the Valley of the Wind - 87% el señor siempre ha dado su lugar a la mujer y no es algo que tenga que anunciar a los 4 vientos, simplemente deja que su trabajo hable por él. De igual manera, en el área laboral el realizador se interesa por tener un ambiente diverso, donde haya personas con diferentes sensibilidades que puedan aportar algo valioso a sus proyectos. Como buen líder, Miyazaki exige lo mejor de sus colaboradores pero también los procura, incluso les cocina ramen para tenerlos bien comidos y lúcidos antes de entrar en alguna fase vital en la producción de una película.

Conoce tus límites y aprende a trabajar en equipo.

Este punto hace eco al anterior: cualquier cineasta de renombre sabe que no puede hacer su película solo; necesita el apoyo y la colaboración de gente talentosa en diversas áreas. Un buen director tiene su ego bien plantado en la tierra y busca rodearse de gente que sabe hacer lo suyo; desde el director de fotografía hasta el compositor de la música incidental. El cine siempre será un trabajo en equipo y esto es algo que Miyazaki tiene muy en claro, más en esta etapa de su vida y de su carrera. Si no ha terminado de retirarse aún es porque, en sus palabras: “el equipo me ayuda al encargarse de distintas labores, con lo que yo me puedo enfocar en dirigir”.

Encuentra un balance entre lo viejo y lo nuevo.

A pesar de su postura en pro de la animación tradicional, el dibujo hecho a mano, Miyazaki no reniega de las nuevas tecnologías. Utilizar herramientas tecnológicas modernas es algo a lo que ningún realizador debe oponerse; sin embargo, su trabajo tampoco debe girar en torno a éstas. Debe usarse la tecnología por lo que puede aportar a nivel narrativo, no por ser una novedad vistosa. En palabras de Miyazaki: “debo saber mantener el balance entre los trazos a mano y las técnicas por computadora. Dicho balance es vital para mi cine y para poder seguir apegado a la animación en 2D".

No hay que subestimar a los niños, ni sobreestimar a los adultos.

Hacer películas que el público infantil pueda disfrutar no significa que deba contar una historia con un tono infantil. Es una diferencia muy importante que varios productores, directores y guionistas fácilmente confunden. Los niños podrán carecer de las experiencias de vida de un adulto, pero no son tontos. Miyazaki jamás favorece los lugares comunes o cursis, ni mucho menos chistes vacíos de cultura pop. Sus personajes pueden incluir animales fantásticos o demonios y ninguno de éstos hará “trucos” o se comportará de manera tierna para caer bien a la audiencia. Este entendimiento de la narrativa y complejidad humana ponen a Miyazaki por encima de la mayoría de sus colegas. Un gran ejemplo de todo lo mencionado es La Princesa Mononoke - 92%, donde los seres del bosque no existen para enternecer al publico, sino para contar una historia sobre las fricciones que puede haber con los hombrse e incluso entre ellos.

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