Ya podemos ver lo mejor del FICM en las salas de CDMX

Ramón Ramírez, director general de Relaciones Públicas de Cinépolis (no, no tiene nada que ver con el futbolista zurdo), prueba que su cuna venía con rollos de película incluidos —con todo y el peligro que eso implicara. Su sensibilidad le permite que se converse lo mismo sobre cine japonés, específicamente Sadako vs. Kayako, que de las novedades del cine polaco, francés o las expectativas de Cinépolis para los próximos cinco años en materia digital.

Tomatazos platicó con él y le preguntamos un par de cosas vinculadas a la percepción que hay de las producciones mexicanas y la selección de lo mejor del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), que comienzan a exhibirse desde hoy y hasta el 13 de noviembre en las principales salas de Cinépolis (Cinépolis Diana, Cinépolis Plaza Carso y Cinépolis Universidad). La selección incluye aquellos filmes que se presentaron en funciones de gala y de competencia, como los trabajos ganadores del 14º FICM: Bellas de Noche - 95%, La Región Salvaje - 82%, El Sueño del Mara'akame, Las Tinieblas, próximos estrenos nacionales e internacionales como Elle: Abuso y Seducción - 90%, Hedi, La Chica del Tren - 44%, L'Odyssée, Manchester Junto al Mar - 96%, Neruda - 94%, Rauf, Sully: Hazaña en el Hudson - 85%, El nacimiento de una nación - 72%, Toni Erdmann - 92% y Yarden.

Tomatazos: El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) goza de una reputación en el país, por lo que sus criterios de selección siempre han sido puestos en entredicho. ¿Cuáles fueron los criterios que empleó Cinépolis para distinguir a lo “mejor” de este festival?
Ramón Ramírez: El criterio se divide en dos vertientes: a) largometrajes internacionales que estuvieron dentro de la programación del FICM, b) los ganadores de cortometraje documental y largometraje ópera prima y segunda obra. En el segundo caso el criterio ya está dado por el jurado que los califica en el FICM. En el primero, tiene que ver la disponibilidad de la distribuidora y, por supuesto, con la respuesta del público durante la semana de exhibición en el festival. El resultado son 14 largometrajes extranjeros más todos los ganadores (también 14). En realidad, Cinépolis sólo interviene como censor, no como juez: la gente y los especialistas involucrados en el festival, cinéfilos todos y ávidos de pantalla grande, son quienes nos dictan la pauta. Y las distribuidoras, por supuesto.

Tomatazos: ¿Hay algún interés de Cinépolis en los títulos de la muestra para distribuirlos posteriormente?
Ramón Ramírez: Automáticamente lo que hacemos en cuanto lo exhibimos como parte del FICM, es tomar su distribución. Es parte de los beneficios obtenidos por parte del largometraje al participar en el FICM. Muchos de estos títulos que se presentan ya tienen distribuidora y que, tal vez, se iban a estrenar en un mes, dos meses o hasta seis meses.
Esto no impide que indaguemos la manera de tomar títulos que carecen de distribuidora, como pasó con Presunto culpable. Era una película que no tenía una salida comercial, pero en Cinépolis consideramos una responsabilidad social darle su lugar y empujar una película con una temática como lo es el sistema de justicia penal mexicano, tan vilipendiado y señalado como probado ineficiente durante el filme.

Tomatazos: ¿Cinépolis ha obtenido beneficios económicos tangibles y jugosos que justifiquen la continuación de esta iniciativa, es decir, rentabilidad, o sólo se trata de una iniciativa cinéfilamente responsable?
Ramón Ramírez: Nosotros no vemos en los 20 festivales en los que participamos, empezando por el FICM, un negocio per sé. Buscamos, eso sí, generar público para que cada vez vean más contenido. Sin embargo, no hay un solo festival en el mundo que sea rentable. Como cadena comercial podríamos sólo exhibir títulos comerciales. Pero en la empresa creemos que tenemos una responsabilidad al contar con las pantallas: diversificar el contenido exhibido, lo que incluso en términos de empresa nos ayuda a generar nuevos públicos. Así sucedió con el Tour de Cine Francés, que tiene más de 18 años y un público ávido de asistir religiosamente a la muestra.
Antes la presencia del cine hollywoodense era mucho más contundente, pero el porcentaje de asistencia a esas películas versus las de culto o proveniente de otros países se han reducido de manera interesante. Antes, la taquilla estaba rebosada de un 90% de cine hollywoodense; ahora sólo cuenta con el 60%. El resto proviene de otras latitudes, incluida la local.

Tomatazos: Dado que su negocio es la exhibición de películas y las hollywoodenses suelen atraer una masa crítica más sólida, ¿cuál es entonces la razón principal de indagar en el cine japonés, portugués, español, etcétera?
Ramón Ramírez: Te mentiría si no te dijera que hay un interés genuino y muy personal por parte de nuestro director general, Alejandro Ramírez, quien es un cinéfilo de corazón que entiende que el cine es algo mucho más amplio que el cine comercial. Él empujó, por gusto propio, el Tour de Cine Francés. Así probó que había un público desatendido al que podía llegar con estas muestras. Por medio de la inclusión del cine digital, se ha acelerado el proceso desde antes de que fuera tendencia para contar con la copia desde antes y así no frenar la distribución.
Nuestro vicepresidente de programación tiene una sensibilidad muy fuerte hacia este tipo de contenidos, al igual que un equipo que se encarga de festivales que velan por la participación de Cinépolis en cada uno de ellos. Todo dentro de este aparato comercial de exhibición de películas nos conduce a buscar nuevas audiencias, a probar que hay algo más allá de Hollywood.

Tomatazos: ¿Significa acaso que ésta es la manera en que Cinépolis también apoya, de paso, al cine independiente?
Ramón Ramírez: Es una de las bondades de los festivales: una pantalla para exhibir contenidos que difícilmente tienen la estructura comercial para alcanzar un foro de este tipo. Incluso se puede lograr hasta una salida comercial para ellos gracias a que a los festivales acuden personas de la industria.

Tomatazos: Siguiendo esta guisa, ¿cuál sería su postura respecto a la exhibición de películas mexicanas en sus salas?
Ramón Ramírez: El tema del “cine mexicano” ha sido muy comentado y controvertido. Se vuelve un tanto injusto porque se le menciona cual si fuera un género en sí mismo, como si hubiera cine de horror, comedia romántica, drama, infantil y “mexicano”. Podemos hablar del cine mexicano como un asunto nacional, de situación geográfica y cultural; pero no como si fuera algo que por tener tales condiciones se encontrara excluido de una cartelera.
Lo que sucede ahora es que hay más películas nacionales que están llegando a pantalla y la gente está perdiendo el malinchismo natural que inducía la expresión “qué flojera”. Ya ven títulos como No se aceptan devoluciones - 55%, que hoy por hoy es de las películas más taquilleras en la historia del cine; Nosotros los Nobles - 100%, que vino a abrir romper una barrera con el público, acabando con una mala racha del cine mexicano de más de 10 años, después de El Crimen del Padre Amaro - 62%, en la que ninguna película mexicana había rebasado los $100 millones de pesos en recaudación. Ahora ya hay muchas películas que rebasan estas cifras.
En el caso de Cinépolis (no podría hablar de otras cadenas), tenemos claro que a través del FICM tenemos la oportunidad de apoyar a los realizadores mexicanos. Todas las premiaciones tienen que ver con cine mexicano. Y no sólo como un asunto de dar premios, reconocimientos o apoyos económicos: se les permite formar parte de un sistema de distribución en un foro abierto a cinéfilos y agentes de la industria. Por lo menos la mitad de las películas son mexicanas.
La brecha entre producción, distribución, exhibición y público se cierra más cuando vemos que hay cineastas que están entendiendo que, si quieren que su película tenga éxito, o por lo menos un éxito comercialmente hablando, requieren historias que conecten con un público. Y si no tiene historias (hay quienes tienen otra vía: el cine de autor), se asume que un festival es el espacio correcto para mostrar su trabajo, pues probablemente el nicho sea muy pequeño, pensado para quienes se dedican justo al cine o les gusta este tipo de piezas. Lo que no excluye que se puedan distribuir o comercializar dentro de su nicho. Jamás compararíamos un No Manches Frida - 13% con un Heli - 61%. Son dos tipos de cine diferentes. El primer caso es un negocio de entretenimiento, el segundo es una pieza de arte fílmico. En ambos casos los distingue algo en común: la calidad. El primero se dirige a un público masivo y recauda a partir de ello, el segundo gana premios y festivales y a raíz de ello gana exposición y recauda lo que necesita para seguir haciendo lo suyo.

En animación México también está teniendo un repunte. Ahí la trilogía de Huevocartoon o las películas de Ánima Estudios, con su saga de las leyendas o Don Gato: El inicio de la Pandilla - 17%. El cine de horror ya va recuperando su terreno, como con el caso de Archivo 253 o Kilómetro 31 2: Sin Retorno, a la que esperamos le vaya muy bien.

En Tomatazos queremos que seas de los primeros en disfrutar de lo más selecto del menú cinematográfico internacional de la edición número 14 del Festival Internacional de Cine de Morelia 2016, y te regalamos pases dobles para cualquier de las funciones que inician hoy 4 de noviembre hasta el 13 de noviembre de 2016. Para llevártelos solo debes realizar la siguiente dinámica:

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3) De nuestra entrevista con Willem Dafoe desde el FICM, según el actor, ¿cuál es el personaje más complejo de su carrera?

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*Los boletos para Lo mejor del Festival Internacional de Cine de Morelia en la CDMX pueden comprarse ya en la página de Cinépolis