Deadpool 2 | La segunda venida se siente mejor

Los rumores son ciertos (no es que él nos haya amenazado o pagado) pero pese a todos los pronósticos, Deadpool 2 - 85% superó su primera entrega. El mercenario demente y bocón que Ryan Reynolds nos presentó por primera vez (por primera vez de forma decente, queremos decir) no sólo regeneró el humor que caracterizó su anterior película, sino que logró llevarla un paso más adelante.

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La trama de la secuela de Deadpool - 84% es muy sencilla, luego de que Cable (Josh Brolin, el mismísimo Thanos) regrese del futuro para asesinar a un niño que eventualmente se convertirá en un mutante muy peligroso, el mercenario debe conformar un grupo junto con otros mutantes y X-Men para salvarlo. Y así comienza una historia de amor, odio, risa, albures, comentarios políticamente incorrectos y mucho spándex que de verdad entregan lo prometido.

De principio a fin, Deadpool 2 - 85% tiene una ventaja inmensa por su incapacidad para tomarse en serio nada. Pese a algunos momentos en el filme, la cinta se dedica una y otra vez, nunca abusando del recurso, a burlarse tanto de sus compañeros como de sí misma, como de las franquicias de superhéroes de las que muchos ya están hartos.

Es gracias a esta habilidad para remover cualquier seriedad de su trama que la película consigue mantenerse como una sátira refrescante en un contexto saturado de hombres y mujeres en trajes apretados con superpoderes. En especial, luego de la severidad con la que se intentó marcar las muertes de Avengers: Infinity War - 79%, este filme es un antídoto para el hartazgo de los superhéroes.

E incluso pese a esto, el guión todavía logra acomodar un par de golpes emocionales dentro de la trama que, introducidos en el momento correcto, logran darle la suficiente pasión a su protagonista como para que el resto de la historia nos importe y el personaje tenga una dimensión más que la de ser un simple bufón. En un ritmo vertiginoso, el filme de David Leitch logra mezclar emoción con diversión y, quizá excepto en dos momentos, no agota a su espectador con el drama o la comedia.

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También está la acción, Leitch nos ha regalado secuencias de riesgo impecables, por ejemplo en Atómica - 76% su cinta anterior, y aunque los efectos digitales de Deadpool 2 - 85% no son en todo momento impecables, pues a veces es evidente el uso de la computadora, quienes buscan la violencia y las peleas meticulosamente ensambladas y ejectudadas van a quedar satisfechos sobre todo con las primeras secuencias del filme.

Hay que destacar la actuación de Reynolds, quien continúa vertiendo su carisma inigualable en el mercenario favorito de todos. Zazie Beetz como Domino es un agradable descanso de la testosterona entre Deadpool y Cable, lo que no quiere decir que tenga una de las mejores secuencias de acción del filme. Pese a lo que el personaje podría opinar, ser suertuda es un poder (no imaginario) bastante cinematográfico.

Pero lo mejor de todo son las referencias, el filme hizo un gran trabajo en no quemar sus mejores bromas en los avances y más aún en arrojar más de un cameo sorpresa que los fans de X-Men van a apreciar con el alma. A la mitad de la película un “salto” en la trama hace estallar en carcajadas por ridículo e inesperado.

Una cosa más, por nada del mundo se pierdan la escena post créditos, es la mejor de la historia de las escenas post créditos y será el momento más glorioso para los fans más apasionados del personaje y un gran chiste para todos los demás. Quédense hasta el final.

Deadpool 2 - 85% es otra de esas extrañas cintas que lograron esquivar la maldición de la secuela. La segunda venida del personaje es más divertida, más emocional y, en cierto sentido, familiar, que la primera, pero está garantizado que, no importa cuál sea su opinión sobre los superhéroes o los actores canadienses con un terriblemente ácido sentido del humor, la película los va a dejar completamente satisfechos.

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