La Forma del Agua: cómo se diseñó la criatura y la influencia de Robert Redford

La Forma Del Agua - 92% es una de las cintas más populares del momento. En muchos sentidos se trata del proyecto que mejor explora la naturaleza del director y su deseo por retratar lo monstruoso del ser humano y la belleza de lo extraño, lo alienado. Guillermo del Toro ha dedicado toda una carrera a comprender lo que verdaderamente hace a un monstruo, y la película protagonizada por Sally Hawkins y Doug Jones logra, con la sencillez de un cuento fantástico, explorar la idea y darle una profundidad que alcanza las morales de una fábula.

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La peculiar historia de amor se desarrolla en un tiempo de paranoia y peligro constante, pero también uno donde la tecnología no estorbaba nuestra creatividad ni nuestras ilusiones. Esta ambientación es básica para la trama, pero también lo es la elección y forma de la criatura que cambiará la vida de Elisa, una mujer sin voz que encuentra otras formas de conectar con su mundo.

Las inspiraciones de del Toro han sido amplias, pero en este caso quería tomar más elementos de El Monstruo de la Laguna Negra - 84% con un ángulo heroico. Según Variety, en una reciente masterclass, el director explicó el proceso para crear a la criatura de la mano del escultor Mike Hill y del especialista Shane Mahan. Para empezar, del Toro quería darle una textura real al personaje, para evitar que se viera como un hombre maquillado usando un disfraz. La meta fue darle una piel con todas las imperfecciones y detalles que un humano tendría, pero aprovechando también su relación con el agua y su naturaleza de adaptación:

Si miras tu cuello verás imperfecciones, hoyuelos, líneas. Le dimos arrugas y pliegues. De vivir en la jungla tiene cicatrices en las rodillas y los codos. Y hay muchas venas. La estratificación es fantástica.

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De igual manera, el director quería jugar con los colores en la piel de la criatura y cómo se observan según la luz y la sombra, tal y como sucede con la piel humana.

Otro de los aspectos más importantes era el rostro, pues Doug Jones necesitaba expresarse y una máscara habría sido un estorbo. Jugando con maquillaje, prótesis y agallas que se manipulaban por radio, el actor pudo presentar a un monstruo más realista, uno que expresa temor, ansia y amor. Del Toro explica que al ser una historia de amor se esforzaron por crear una boca que fuera besable. Para mejorar las expresiones faciales, el equipo de efectos visuales también tuvo que monitorear el verdadero rostro de Jones para luego agregar dimensiones a su personaje. Diferentes trajes se usaron según la necesidad e iluminación de la escena, y todos ellos tuvieron que ser muy cuidados y constantemente retocados, pues se lastimaban con facilidad. Finalmente, para aportar al mensaje de del Toro, la criatura fue presentada e iluminada como un héroe y se encuadraba junto a la protagonista para mostrar su conexión. Según Dan Laustsen, director de fotografía, la mayor influencia para lograr este objetivo fue analizar cómo Caleb Deschanel trabajó al personaje de Robert Redford en El mejor (1984), donde el enfoque y el presentarlo desde atrás provocaba un efecto de halo que explicaba mucho sobre su rol.

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