Bill Skarsgård revela cómo encontró la voz de Pennywise en It

Bill Skarsgård fue uno de los nombres más buscados en 2017 gracias a su reinterpretación del temido payaso Pennywise nacido de la inquieta mente deStephen King . El estreno de It (Eso) - 85% le permitió al hijo menor de Stellan Skarsgård y hermano de Alexander Skarsgård demostrar su vena interpretativa y gran trabajo en el papel, en especial porque al principio se dudaba mucho de sus capacidades. Aunque las primeras imágenes liberadas de IT con el monstruo titular de la película dirigida por Andrés Muschietti no terminaban de asustar a borbotones a todo el mundo, ese payaso-demonio desplegó el terror en la pantalla grande, recordemos que lo más atroz del malvado Pennywise es cómo disfruta jugar con sus presas antes de matarlas.

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Pennywise no sólo debía lucir más aterrador en esta nueva versión al celuloide, su voz también tenía que ser más perturbadora, y lo fue hasta llegar al extremo de haberle puesto la piel de gallina a más de la mitad del respetable. Y es que para un personaje con poderes sobrenaturales, loco e impredecible, tanto Muschietti como Skarsgård debían encontrar un timbre peculiar y extraño que contrastara con la apariencia física del actor que tiene rasgos infantiles. En una reciente entrevista con Entertainment Weekly, el intérprete reveló cómo, de la mano del realizador de Mamá - 65%, fue descubriendo esas expresiones características de su versión de Pennywise:

Básicamente debía tener la habilidad de transformar, con un solo gesto, toda la belleza de la bondad. Pero encontrar la voz fue clave para dar vida al personaje. Algo que encontré perturbador fue que quería que Pennywise se sintiera completamente impredecible en todo momento, y también que su voz no tuviera una forma previsible de sonar. Su voz podía ser alta o baja y rasposa en una misma oración.

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El actor continúo hablando de lo que significó desarrollar al personaje emblemático al que dio vida por primera vez Tim Curry en la popular adaptación televisiva de la década de los años 90 de la obra de King dirigida por Tommy Lee Wallace, una historia que todavía mantiene en la raya del miedo a muchos adultos que leyeron la novela homónima y que vieron la cinta de aquella época:

Pennywise es lo más extremo y arriesgado que he hecho como actor. Para el casting, el director Andy Muschietti pidió a los aspirantes que llegarán con el rostro pintado de blanco, y no una nariz de payaso, sino una pintada de rojo y una sonrisa de payaso. Pensé que era una gran idea, hasta el punto en que me di cuenta de que no sabía cómo maquillarme. Esa es una habilidad que no tengo. Terminé pidiéndole a mi novia que me arreglara esa mañana, y luego entré en el automóvil y crucé Los Ángeles con este maquillaje de payaso. Había algo bastante absurdo. Era un actor audicionando en Hollywood y conduciendo caracterizado de un triste payaso. Era una especie de metáfora de cómo se siente la profesión de actuar.

Bill Skarsgård puso todo su empeño al interpretar a un este arlequín sobrenatural. Parte del misterio que vendía la película era que voz tendría Pennywise, una que necesitaba vender la imprevisibilidad del ente:

Quería que fuera un timbre colorido, pero que se escuchara tenebroso. Una voz que podía ser suave y susurrante y amable que luego toma poder y se rompe. Él no está completamente allí, ¿sabes? Es una especie de entidad actuando como un payaso, pero también es algo mucho más siniestro en todo momento. Incluso con los ojos moviéndose en diferentes direcciones y el crujido de su voz, encuentras algo que no es, del todo... correcto, algo maligno.

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Según el propio actor cada vez que debía ser Pennywise, simplemente no tiene idea de lo que sucedería, había una energía y trabajaba con eso:

En mi caso, descubrí que casi todos los personajes que interpretas suelen tener una nota, casi como un zumbido. Lo comprobé con este personaje, porque con Pennywise siempre era una especie de grito. O su risa histérica. Antes de iniciar una toma sólo sentía llegar esa energía del personaje que tomaba forma cuando gritaban “¡Acción!”. Fue una actuación tan demandante físicamente que no fui tan parlanchín y sociable con todo el crew como normalmente soy. Tuve que estar todo el tiempo muy concentrado y algo aislado en el set para hacerle justicia al personaje. Sólo necesité permitirme volverme loco y ser humilde y realmente abrazar la rareza y el miedo de toda la historia y de Pennywise.

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