¿Por qué Rogue One: Una Historia de Star Wars necesitó reshoots?

Una práctica común en las filmaciones es la de rehacer escenas. Se sabe, por ejemplo, que Woody Allen siempre guarda una parte del presupuesto por cualquier inconveniente que surja a la hora de sentarse a revisar detenidamente el material ya filmado. Las grandes producciones de Hollywood, por obvias razones, no escatiman en los denominados reshoots, todo con tal de tener un producto profesional de la más alta calidad.

Cuando emergió la noticia de que el director Gareth Edwards iba a tener que volver a filmar algunas escenas del esperado spin-off Rogue One: Una Historia de Star Wars, el mundo del cine se comenzó a llenar de cualquier cantidad de rumores. Vaya, se trata de Star Wars y cualquier situación, por más normal que sea, siempre se va a sensacionalizar.

Entonces los reshoots de Rogue One: Una Historia de Star Wars provocaron titulares que indicaban que los ejecutivos de Disney no estaban satisfechos con el corte original que les había entregado Edwards; otros reportes afirmaban que los reshoots iban a costar millones porque prácticamente se iba a filmar otra vez buena parte de la cinta. En pocas palabras, muchas personas condenaron Rogue One: Una Historia de Star Wars y concluyeron - varios meses antes de su estreno - que iba a ser una mala película. Es una realidad que Edwards y su equipo tuvieron que filmar de nuevo muchas escenas, pero lo vuelvo a repetir: esto es normal en una filmación profesional.

A días de que por fin podamos ver en pantalla grande este spin-off - sobre el grupo de rebeldes que lograron robarse los planos de la Estrella de la Muerte - el propio Edwards decidió aclarar el tema de los reshoots. Esto fue lo que dijo en entrevista (vía Slash Film):

Todos los filmes grandiosos tienen historias de lo horrible que fue su realización. Sabiendo esto, lo que es esperas es un poco de guerra. Al final te terminas sintiendo como los personajes del filme, quienes están tratando de lograr un objetivo imposible. Ellos quieren robar los planos de la Estrella de la Muerte pero el verdadero reto es hacer un filme grandioso de Star Wars.

Lo que sucedió fue que un tercio de la película o más tenía un estilo de documental, y como resultado filmamos horas y horas, días y días, de material. Normalmente cuando editas un filme todo es A-B-C-D-E y luego pasas a otra cosa. Pero nosotros tuvimos muchas transformaciones, muchas maneras en las que se podía construir, por lo que tomó más tiempo la edición para encontrar la versión definitiva.

Siempre planeamos hacer filmaciones para mejorar, pero necesitamos mucho tiempo para entender el material y sacarle el mejor provecho. Eso retrasó la filmación de forma considerable. Luego Disney vio el filme y reaccionaron muy bien, dijeron que me apoyarían en todo. Nuestro conteo de tomas con efectos visuales pasó de 600 a casi 1,700, de pronto pudimos hacer absolutamente cualquier cosa que queríamos.

Todo parece indicar que a pesar de las complicaciones, Edwards terminó realizando Rogue One: Una Historia de Star Wars con libertad. Esperamos que el resultado esté a la altura de las expectativas que ha generado.

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