FICG 2018 | Mente Revólver: una frontera violenta con pocos tintes de esperanza

La película Mente Revólver - 60% narra tres historias en paralelo: Chicali, un chico sin recursos que cuida a su abuelita enferma y que, por azares del destino, tendrá que tomar un trabajo como sicario. Mario que tras 20 años de cárcel sale en libertad y busca rehacer su vida, aunque ello implique que lo estén buscando para matarlo; y Jenny, quien para dejar de vivir en la calle tendrá que tomar un trabajo en el cual ponga en peligro su libertad y su vida. Tales historias se desarrollan en las ciudades de Tijuana, México, y California, Estados Unidos, en donde prácticamente la delincuencia y el crimen imperan en las calles.

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Como han leído, son tres personajes marginales y en situaciones muy abrumadoras, pero creen que si les digo que el nombre completo del personaje de Mario es Mario Aburto Martínez (responsable del asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio), ¿cambiaría la historia de la película?... la respuesta es NO.

El personaje de Mario Aburto Martínez fue un mero pretexto para desarrollar esta historia, en la que en algún punto de la película se encuentran estos tres personajes, haciendo que intente tomar sentido el filme dirigido por Alejandro Ramirez Corona, también realizador de la película Aki estamos. Sin embargo, dichos encuentros no son del todo logrados porque al querer entrelazar tales historias, las coincidencias se sienten demasiado forzadas, haciendo que pierda toda su fuerza. Destacamos que las tres historias contadas, funcionan bien de manera individual, pero no como parte de un todo.

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De Mente Revólver se rescata el trabajo actoral de Hoze Meléndez (Chicali), Baltimore Beltrán (Mario) y Bella Merlin (Jenny), quienes ofrecen actuaciones creíbles y sobre todo bien ejecutadas; así como la selección de locaciones ya que, en varias escenas se recurre a la playa debido a que el mar busca representar algo para cada uno de los tres protagonistas cuyos significados van desde la tranquilidad hasta una especie de limbo en el que están todas las respuestas a las preguntas, aunque sólo falta que cada uno tome las decisiones correctas para continuar con sus vidas.

El trabajo fotográfico de Víctor Dávila es de destacar porque, gracias a la utilización de ciertos encuadres, se logra que el espectador se involucre con los personajes desde los primeros momentos que muestran imágenes de tortura; lo anterior va de la mano con el sonido ya que no sólo acompaña las escenas, sino que éste se vuelve parte importante de la película que, en balance, las emociones que provoca provienen en gran medida del sonido en conjunto con las poderosas imágenes.

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Mente Revólver mantiene buenos trabajos técnicos y actorales, sin embargo, su historia no es del todo fuerte. La cinta está compitiendo por el Premio Mezcal a la Mejor Película Mexicana del FICG 2018.

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