Baby - El Aprendiz del Crimen: top de críticas, reseñas y calificaciones

En el mercado de cine actual en Hollywood las palabras “historia original” se han vuelto una rareza, la excepción y no la regla de una industria que no desea correr riesgos. La meca del cine enfrenta una feroz competencia al tratar de captar la atención del respetable y entre YouTubers, Netflix y juegos de video, los grandes estudios temen apostar por ideas que no tengan una estrategia de marketing (real o inflada) y que garanticen un éxito. A pesar de ello, las fórmulas nunca podrán reemplazar el talento y el cine de Edgar Wright es prueba de ello.

Puede interesarte: Las 1000 películas favoritas de Edgar Wright

Como no debe dudarse, el realizador inglés es un amante consumado del séptimo arte, en particular del muchas veces ninguneado cine de género. Desde su primer largometraje, A Fistful of Fingers, hasta su trilogía Cornetto que fuera iniciada por El Desesperar de los Muertos - 92%, Wright ha sido fiel a su voz, a sus convicciones e inclinaciones artísticas. El cineasta ha abordado historias de acción y terror con humor y humanidad, lejos del cinismo que parece saturar las pantallas de cine de la actualidad. Los mundos creados por Wright están habitados por coloridos personajes que, aun en circunstancias extraordinarias, siempre desean hacer lo correcto ante la adversidad, personas que desean vivir a su manera, sin importar que esto implique sortear obstáculos que involucren muertos vivientes o seres de otros mundos.

Lee también: Guillermo del Toro habló de cómo Hellboy lo inspiró para apoyar a Baby Driver

Wright tiene su propia voz y no teme hacerla retumbar en los pasillos y las salas de cine. En estos días pocos cineastas poseen esa atención al detalle. El director se enfoca con ahínco en cada aspecto del proceso de creación fílmica: desde el guión hasta la banda sonora e incluso la edición del tráiler. Es un nivel de dedicación que brilla por su ausencia en el Hollywood corporativo, obsesionado con cifras y targets demográficos que ve al público como una masa y no como el conjunto de individuos que son. El público estadounidense y las audiencias de otros países claman por historias que no sean remakes, cintas basadas en series de televisión de la década de los años 90 o secuelas insulsas e innecesarias. La gente desea historias nuevas de calidad y con vida propia, con algo diferente que mostrar o decir. El éxito en la nación del norte de ¡Huye! - 99% la saga John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar - 89% y Baby - El Aprendiz del Crimen - 93% de Edgar Wright son prueba de ello.

Wright ha logrado superar la debacle creativa que sufrió al quedar fuera de Ant-Man: El Hombre Hormiga - 81% (un proyecto al que había dedicado varios años y del que salió por diferencias creativas) con una historia propia que, si bien tiene guiños y bebe fuertemente del cine de género clásico, logra conservar su personalidad. Baby - El Aprendiz del Crimen - 93% es la historia de un joven conductor que trabaja para criminales bajo su propio código personal, un tanto amoral pero a su vez noble y conciso. Wright nunca rehúye de sus influencias y una de las principales en este caso es The Driver - 85% de Walter Hill, cinta de la cual Nicolas Winding Refn también recibió influencia directa e indirecta, para su obra maestra Drive, El Escape - 93%.

Lee también: Edgar Wright: consejos para jóvenes cineastas

Ansel Elgort es nuestro protagonista en turno y así como otros antihéroes de este tipo de historias su comportamiento es callado y reservado. Baby vive en su propio mundo, el crimen no es algo que le cause gusto o placer, conducir es algo que simplemente se le da y muy bien. Su universo interno está construido con música, desde rock clásico hasta el funk y soul más contagioso. Su jefe (Kevin Spacey ) es un hombre frío y calculador, los criminales que operan junto a Baby poseen sus propias personalidades. Es la llegada de una bella mesera (Lily James) lo que rompe la monotonía de la vida del chico. Existirá la promesa de un último trabajo para que el protagonista deje la vida de la bala fría, pero en este tipo de historias las cosas fáciles difícilmente logran darse. Si Baby desea proteger a los suyos y salir ileso tendrá que hacer mucho más que ponerse sus audífonos y sus gafas oscuras.

Wright construye su cinta al compás de la música, cada escena fue concebida con un tema musical en mente. La noción que persiste de que convertir una cinta en un musical es algo “ñoño” e intrusivo se rompe totalmente en una fantástica escena al inicio, en la que vemos al personaje de Baby moverse al ritmo de una melodía por las calles de la ciudad en un hermoso plano secuencia. Cada movimiento de los personajes es pautado por la música y esto, lejos de ser una distracción, logra construir una sinestesia como pocas películas lo consiguen en la actualidad. Lejos de ser una compilación de temas de “moda” hecha por un ejecutivo del estudio, la música de la cinta cobra vida y permea no solo en las acciones de los personajes, también en sus pensamientos y emociones. Wright ha logrado encontrar un balance exacto y hacer de este relato de crimen y romance una aventura sumamente disfrutable, del tipo que Hollywood realmente ya no acostumbra a hacer. Ninguna decisión fue tomada al azar o a la ligera, Wright no cae en indulgencias ni permite que una necesidad de homenajear el pasado domine su criterio, un error en el que otros realizadores caen con frecuencia. La dirección de actores es además otro punto fuerte para el director, con un reparto de talentos jóvenes y consolidados que habitan a los personajes con gran comodidad y soltura. Elgort demuestra tener madera de protagonista y con ello le da un respiro a un Hollywood que muchas veces batalla para encontrar verdadero talento joven en un ecosistema contaminado por los lugares comunes que presenta el espejismo del glamour. Jon Hamm, Jamie Foxx, Eiza González y Sky Ferreira terminan de conformar el reparto.

Estamos, sin duda, ante una de las cintas más disfrutables de la temporada y del año. Wright vuelve a confirmar sus dotes como tejedor de historias llenas de estilo y energía. Definitivamente este es el tipo de cine que hay que apoyar, en lugar de otra entrada en sagas que ya no tienen nada que decirnos o mostrarnos (Alien: Covenant - 69%, Transformers: El Último Caballero - 15%, etc). La crítica ha sabido reconocer todos los méritos de Wright y el recibimiento de Baby - El Aprendiz del Crimen - 93% fue por demás caluroso. Guillermo del Toro y William Friedkin se encuentran entre los fans de la cinta y varios críticos ya la tienen en sus listas de lo mejor de 2017.

Mark Kermode para The Guardian:

Luego de su sabia salida de Ant-Man, Edgar Wright regresa con una emocionante aventura, un romance disfrazado de cinta de acción que evoca a cintas como The French Connection, si esta fuera un musical de Baz Luhrmann. Realmente es así de buena...

Brian Tallerico para Roger Ebert:

Una de las razones por las que la gente va al cine en grupo es por esa experiencai de compartir una experiencia sin igual, de reír y moverse al ritmo que marca una buena película. Esa es la experiencia que Baby Driver da, sin duda una de las mejores cintas del año.

Orlando Maldonado para Movie Network:

Dentro de sus pequeñas fallas, incluyendo un enfrentamiento trillado que cierra el tercer acto, sería un acto de irresponsabilidad no reconocer los méritos de la electrizante Baby Driver.

Daniel de Partearroyo para Cinemania:

Una película que derrocha estilo y actitud para ser tu flechazo del verano.

Sara Stewart para New York Post:

Ha pasado una semana desde que vi "Baby - El Aprendiz del Crimen" y sigo complacidamente emocionado.

Justin Chang, New York Times:

La película hace las cosas tan bien que uno no puede evitar desear que Wirght dejara por un momento sus influencias y se soltara para llegar más lejos. Aunque quejarse de esto suena casi a un capricho con una cinta de esta calidad.

Brian Truitt para USA TODAY:

Cuando sus cilindros están trabajando, Baby - El Aprendiz del Crimen es un experimento encantador que pisa a fondo el acelerador. Ni siquiera unas notas desafinadas pueden detener el ritmo de Wright en esta sinfonía rápida y furiosa.

Michael Roffman para Consequence of Sound:

Esta es la La La Land de las películas de persecución, es un espectáculo asombroso de sonido y visuales que pone la barra muy alto para cualquier director que en estos momentos trabaje en videos musicales.

Meredith Borders pára Births Movies Death:

Tan rítmica y cinética que te contagiará su cadencia y te sumergirá dentro del mundo de Baby tan fácil como si estuvieses compartiendo audífonos.

Entre las contadas reseñas negativas esta la de Fausto Ponce de Proceso:

A pesar de la maestría en la edición, la emoción y empatía que genera la trama y el personaje principal, la película no es una obra de arte: el guión es bastante inverosímil y está en función de la adrenalina y la acción. Por otro lado, los personajes carecen de profundidad, aunque por momentos están a punto de ir más allá del estereotipo, pero nunca llegan a despegar del todo.

Anthony Lane para The New Yorker, quien tampoco fue fan:

Es más un video musical que una película, en mi caso prefiero al Wright que hizo Shaun of the Dead, menos estilizada, pero más entretenida.

Lee también: Ve los primeros 6 minutos de Baby Driver