Día del Padre: películas para ver en Netflix

Ya es Día del Padre. Sí, todo muy bien, pero además de pasear, ¿por qué no reventarse un brevísimo maratón de películas que celebran, desde distintas aristas, la paternidad? Sobre todo si tienes Netflix. Finalmente, no se es padre por colaborar genéticamente, sino por formar parte de la vida de las personas, directa o indirectamente, arruinándoles un poco la infancia y la adolescencia, colaborando con amor a ese momento crucial que es la madurez con lo poco que uno puede aportar. Desde padres e hijos a padres e hijas hasta figuras paternales no tradicionales, no faltan los papás de cine y las relaciones paternales en el mundo cinematográfico.

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“La madre es una genialidad del padre”, decía Christian Bobin en su ensayo-novela biográfica de San Francisco de Asís: El bajísimo. Es decir, “en todas las épocas los hombres se han ido muy lejos, dejando su país y su infancia, para tomar mujer. Incluso si se casan con la vecina, la buscan y la encuentran en lo más obscuro de sí mismos”. En esta búsqueda, hay una entrega, una necesidad: responder a su papel, pues tienen “los padres, una ventaja sobre sus hijos —la ventaja de la experiencia, de una comedia actuada muchas veces en la sociedad”; la responsabilidad de proteger, a toda costa, el castillo que es la casa. El patrimonio. Las lecciones de vida que nutrirán el criterio de próximos reyes y reinas que poblarán esta tierra y le darán forma. Su responsabilidad, como padres, es el futuro. Las madres se ocuparán a su manera de inculcar el pasado y construir el presente, de rodearlos. Los padres imaginarán el futuro.

Esta tristeza de ver siempre hacia delante a veces hiere. Algunos padres de pantalla son amables, otros son fuente de tensión para sus hijos; algunos padres no son los que aportaron el esperma, sino los que encontramos a lo largo del camino —esos padres que, finalmente, son más importantes: heredan su genética cultural, su modo de vida, su amor por las cosas. No importa lo que sientas por tu papá, puedes encontrar una opción cinematográfica que satisfaga y sienta la relación padre-hijo tal como existe en este momento de tu vida.

Aquí les dejamos 10 películas que pueden servirles como excusa para comer palomitas con su viejo o bien, para ver con sus hijos o nietos. A veces, lo que no podemos decir con palabras, lo podemos expresar por medio del arte. Feliz Día del Padre.

Los Increíbles - 97%

Uno de los más grandes superhéroes del mundo, Bob Parr, mejor conocido como “Sr. Increíble”, combatía el mal y salvaba vidas en su vida cotidiana. Pero quince años después Bob y su esposa, una superhéroe también, han adoptado la vida de civiles y se han ido a vivir a los suburbios para vivir su vida normal junto con sus tres hijos. Ahora es un trabajador de seguros, que combate el aburrimiento y su creciente cintA.O. Scottura. Ansioso por regresar a la acción, Bob tiene la oportunidad cuando un comunicado misterioso lo lleva a una isla para un trabajo secreto.

Un mensaje difícil de transmitir a los pequeños y los adultos, es que la felicidad en familia se alcanza cuando todos, incluidos los padres, cumplen sus sueños a cabalidad. Es decir, cuando los adultos se sienten plenos al hacer lo que les apasiona y le da sentido a su vida como individuos. Sólo así, en esa felicidad compartida (que sí, no será fácil muchas veces y traerá incluso pormenores y preocupaciones), vale la pena vivir. Porque si como padres no inculcamos a los hijos que sigan sus pasiones, ¿cómo podemos pedirles que sean felices? En su estreno, A.O. Scott, de The New York Times, dijo: “La nueva película animada de Pixar, sobre un superhéroe atrapado en la vida de los suburbios de gente de clase media, está tentadoramente cerca de la grandeza”.

Star Wars: Episodio V - El Imperio Contraataca - 94%

Después de que los rebeldes han sido brutalmente dominados por el Imperio en su nueva base, Luke Skywalker lleva entrenamiento avanzado Jedi con el Maestro Yoda, mientras sus amigos son perseguidos por Darth Vader como parte de su plan para capturar a Luke.

En ocasiones los padres se transforman en extraños para sus hijos. Peor aun: en sus enemigos declarados. Su ausencia cala, desencaja y confunde. Lo que tampoco significa que no haya amor. Tal vez sólo está retorcido. He ahí la lección que subyace al momento más shakespeareno de toda la saga de Star Wars: cuando Darth Vader se hace de la Fuerza suficiente para decirle a Luke Skywalker que él es su padre. Que lo invita a gobernar el universo a su lado. Que quiere ser parte de su vida —y no en un sentido villano, sino enternecedoramente cruel, cutre, desgarrador, que invita, ante el impacto de la noticia, a que el manco Luke Skywalker se deje caer al vacío, como metáfora de su corazón al recibir la noticia. No es fácil entender que odias lo que siempre admiraste. Por eso Susan Stark, de Detroit News, apuntó en su estreno: “En los días de gloria de la ciencia ficción, los críticos escribieron sobre el ‘sentido de preguntarse’. Eso es lo que El Imperio Contraataca crea en nosotros”.

Indiana Jones y la última cruzada - 88%

En esta tercera entrega, el padre del protagonista (Harrison Ford), Henry Jones, también arqueólogo (Sean Connery), es secuestrado cuando buscaba el Santo Grial. Indiana tendrá que ir a rescatarlo y, de paso, intentar hacerse con la preciada reliquia, que también ambicionan los nazis.

Un padre exigente puede resultar en alguien desagradable para quienes no tienen estómago resistente a la frustración. Sin embargo, eso forja carácter, arrojo, ambición. Una manera de incidir en el espíritu del hijo es retarlo a ser más de lo que él mismo cree que puede lograr. Motivarlo a ser no todo lo que puede ser, sino más. De sembrar el hambre, las ganas de ser y hacer aquello que más admira, más desea. Por eso la relación entre Indiana Jones y su padre hace del cariño que se tienen una tirria cómica que, más que despepitarnos de la risa, nos recuerda que el papel de un padre no siempre será cómodo. De hecho, suele ser bastante irritante en varios aspectos. James Berardinelli, de ReelViews, la describió en su estreno así: “Captura algo del sentido de diversión que infundió la primera cinta de la saga, mientras que, al usar la adición de Sean Connery, ha elevado la apuesta de comedia y aporta una dinámica de padre e hijo”.

Chef a domicilio - 86%

El chef Carl Casper (Jon Favreau) renuncia inesperadamente a su trabajo en un prometedor restaurante en Los Ángeles, ya que se rehúsa a comprometer su integridad artística para satisfacer a su jefe manipulador. Ahora tendrá que averiguar qué es lo que sigue en su vida, decepcionado de su carrera. Su exesposa (Sofia Vergara) y su amigo (John Leguizamo) lo ayudan a abrir un carro de comida. Carl tendrá que regresar a sus raíces como chef y re-encontrar su amor por la cocina.

Nuevamente, al igual que Los Increíbles, un padre puede enseñarle mucho a su hijo si hace lo que ama y se entrega a ello sin importar las circunstancias. Un ser humano tiene que ser fiel a cuanto lo hace feliz. Y otra cosa: nada afianza más los vínculos entre padres e hijos que un viaje juntos. Ahí tienen la oportunidad de conocerse en las buenas, en las malas, en las divertidas y las aburridas. Peter Travers, de Rolling Stone, sentenció: "Animado por un marcador de aire latino y habilidad de Favreau para la inspiración de improvisación, 'Chef', es el antídoto perfecto para la comida chatarra de Hollywood. Como las mejores comidas y películas, esta mezcla irresistible sienta bien para el alma".

Súper 8 - 82%

El comisario Jack Lamb (Kyle Chandler) de Lillian, Ohio, y su hijo de 14 años de edad, Joe (Joel Courtney), lloran la muerte de su esposa en un accidente de fábrica. Jack culpa al compañero de trabajo de su esposa, Louis Dainard (Ron Eldard), por su muerte. Cuatro meses más tarde, el mejor amigo de Joe y camarógrafo Charles Kaznyk (Riley Griffiths) decide producir y hacer una película de zombis de bajo presupuesto para entrar en un concurso internacional de cine. Charles pide ayuda a sus amigos cercanos: Preston (Zach Mills), Martin (Gabriel Basso) y Cary (Ryan Lee), así como a la hija de Dainard, Alice (Elle Fanning). Deciden filmar una escena en la estación de tren local, aprovechando que uno pasará esa noche, para añadir autenticidad a su película. Mientras filman, Joe es testigo de que una camioneta se dirige a las vías del tren y choca con el tren, provocando el descarrilamiento masivo del mismo.

Durante esta película, nostálgica de los momentos más emblemáticos de E.T., El Extraterrestre - 98% y al unísono deudora de películas de terror de invasión extraterrestre, se explora las relación entre dos padres: Jack y Louis. Jack lidia con la pérdida al lado de su hijo con todos los defectos posibles de un padre, sin mala voluntad; Louis lidia con su alcoholismo y la culpa, mientras su hija descubre si interés por los chicos. Ambos padres tienen que superar sus diferencias y tomar cartas en el asunto en una situación limítrofe. Ahí la paternidad: tomar las riendas de la vida propia y de los vástagos cuando nadie más puede hacerlo. No en balde, Carrie Rickey, de Philadephia Inquirer, expresó: “Lo peor que se puede de decir de la película es que los personajes son mucho más convincentes que el misterio que resuelven”.

El Luchador - 80%

James J. Braddock (Russell Crowe) sufre los devastadores efectos de la crisis de 1929 en Estados Unidos –mejor conocida como la Gran Depresión–, después de haber sido un boxeador profesional y perder toda su fortuna en malas inversiones. Trabaja como estibador en el puerto y su familia vive hacinada en la miseria. Su mánager cree en él y lo induce a retomar su carrera como boxeador a pesar de ya no tener la condición física necesaria. Braddock vence a muchos rivales demostrando tenacidad, valentía aunque no mucha técnica en sus inicios. Finalmente le llega una segunda oportunidad en la cual tendrá que enfrentarse por el título contra Max Baer, un brutal boxeador que ha matado a dos contrincantes con una potente derecha en el cuadrilátero. La pelea es pactada a 15 rounds y la gente apuesta 9 a 5 por Max Baer. Braddock increíblemente aguanta la pesada artillería pugilística de Baer.

Inspirada en hechos reales, en más de un sentido nos recuerda al relato de Jack London “Por un bistec”. La mayor preocupación del personaje: que su familia viva bien, sin miseria. Ponerse en riesgo para un padre no es nada cuando su familia está en aprietos. Una historia que sus hijos nunca olvidaron y, por ello, fomentaron la edición de su biografía para que todos supieran lo que este hombre hizo por ellos. David Ansen, de Newsweek, consideró: “La película de Howard entrega hábilmente satisfacción primordial y palpitante que es la promesa de todos los cuentos de boxeo”.

La Vida es Bella - 80%

Guido Orefice (Roberto Benigni), un judío italiano dueño de una librería, debe emplear su fértil imaginación para proteger a su pequeño hijo de los horrores de un campo de concentración nazi. La historia está parcialmente basada en la experiencia real del padre de Benigni, que logró sobrevivir a tres años de internamiento en un campo de concentración.

Aquí hay un peligro detrás de esta historia. Por un lado, es fascinante la manera en que un ser lleno de tanto fervor y felicidad se conduce por el mundo e intenta hacer feliz a toda costa, a pesar del mundo y sus desgracias (y desgraciados, por supuesto), a su hijo. Intenta probarle que el mundo vale la pena y que debe mantener el júbilo, aunque el mundo se esté cayendo a pedazos. En la película los extremos a los que llega pueden ser justificados. Sin embargo, esto también podría representar un problema. Proteger a un hijo puede resultar disfuncional para su formación. Sólo recordemos el relato de “El Príncipe Feliz”, de Oscar Wilde. A veces, hay que respaldar a los hijos cuando encaran los bodrios de la realidad. No disimularlos u ocultarlos. La vida es bella, sí, pero también difícil. Por eso Paul Tatara advirtió en su reseña para CNN.com que “la única lección en esta película es que puedes convencer a un niño y decirle que el terror no es real mientras juegues con él”.

Definitivamente, Tal Vez - 71%

Will Hayes está en pleno proceso de divorcio. Su hija Maya, quiere saber cómo era su vida antes de casarse. Will rememora su pasado y le habla, además, de tres mujeres a las que adjudica nombres falsos. Maya tendrá que adivinar cuál de las tres es su madre.

Aquí hay algo muy importante. La relación entre un padre y su hija puede ser brutalmente honesto o en la misma medida, transido de engaño y desencanto. Esta película apuesta por lo primero. De un modo cómico, un poco dramático a veces. Lo importante, es que un padre y una hija pueden encontrarse a través de la honestidad y la coparticipación en la vida del otro. Los niños, no por ser niños, son idiotas que no entienden a los adultos. Hay que explicarles las cosas como son. Xan Brooks, de The Guardian, lo describió simplemente así: “es una película de naturaleza dulce y brillante”.