Fantasmas del pasado: top de críticas, reseñas y calificaciones

Coquetear con el peligro –representado por nada menos que el anonimato y la secrecía vía mensajes de texto– es la primera puerta que se abre a lo paranormal, lo insólito y la necesidad del personaje central de Fantasmas del Pasado - 79%. Sí, hay mucho de paranormal antes de llegar al verdadero punto de quiebre que hace de la realidad algo más espantable: el crimen. Es decir, es un thriller, sí, no una película de terror.

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Aquí, dolor, seducción y necesidad de alivio vía un “más allá”, son los elementos que conspiran para combatir a la tristeza y la pérdida. Todo en la protagonista es temor, malestar, duelo. “Una mujer corre de un asesino y se esconde”. Esa es la razón dada por Maureen (Kristen Stewart) –el personaje principal de este thriller psicológico de Olivier Assayas– cuando un interlocutor vía mensajes de texto le pregunta por qué la asustan las películas de terror. Los dedos de la protagonista, una “médium” con un trabajo que mezcla el glamur con los maltratos de una jefa caprichosa –a la que se suma la distancia de su pareja–, revolotean a través de la pantalla de su iPhone, primero con celeridad rabiosa; después, con evidente nerviosismo. Cada tic de su teléfono inteligente delata un miedo en crescendo. Ella parece tener más desasosiego con cada golpecito que da sobre el teléfono, al no saber si aquella persona con la que conversa está viva o muerta.

Maureen es la asistente personal (personal shopper, para ser más precisos) de una celebridad de la cual admira justo la belleza que exuda con las prendas que ella misma le escoge. Al unísono, se encarga de lidiar con la búsqueda de alguna señal de su hermano gemelo, recién fallecido. Indaga la posibilidad de la vida después de la muerte: ambos se prometieron contactarse apenas fallecido alguno de ellos, con el fin de darle esperanzas al otro. Se revuelca en la posibilidad de morir, como su hermano, de manera repentina. Lo prohibido, en tanto detonante de su sexualidad, se plantea como un canal de desahogo ante el silencio paranormal de su hermano —incongruente con las apariciones de presencias incorpóreas que someten su búsqueda a episodios de horror tensos.

Sí, algo hay de una historia de fantasmas y realmente hay fantasmas. Hasta formas ectoplásmicas en el estilo de la fotografía del espíritu victoriano, con una elegancia y precisión escénica aterradoras. Pero es menos una película espeluznante que una película sobre el miedo —es decir, de aquello que nos desarticula, nos deja expuestos, vulnerables y, de manera fatal o devastadora, nos injerta la irracionalidad que evita nuestra especie a toda costa.

Esta película mereció la nominación para competir por la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes 2016 y la presea de mejor director a Assayas —quien tuvo que compartirla con Cristian Mungiu.

La crítica la ha tratado relativamente bien. Si no la aman por completo, prácticamente la odian. Sólo para que te des una idea de cómo se las gastan los críticos a favor o en contra, aquí un recuento por los comentarios más destacados, que no son, necesariamente, los más acertados:

De alguna forma es una combinación de Las nubes de María y El Conjuro, pero incluso más improbable. Definitivamente funciona.

Explicó Jason Bailey, de Flavorwire. Algo que corrobora Diego Battle, de Otroscines.com:

La película propone un tono absolutamente realista, pero con irrupciones fantásticas que la acercan al espíritu del subgénero de fantasmas... No, Assayas no hizo Actividad paranormal 157.

Carlos Boyero, que confundió el género al que apelaba el director, afirmó que:

Como cine de terror no asusta. No hay lógica. Ni el director comprende su historia. Imagínense el espectador.

En contrapunto, Angel Quintana, de Caimán Cuadernos de Cine, opina que:

Fantasmas del pasado es como un triple salto mortal sin red, una de las películas más valientes y arriesgadas que se han visto este año en Cannes.

Y Peter Debruge, de Variety, dice que es:

Una mezcla rota que nunca aburre entre historia de horror, drama deprimente y una búsqueda elíptica de identidad, probablemente uno de los filmes más conflictivos de la carrera de Stewart.

Aquí hay un error: el tema fantasmagórico parece haber confundido a algunos de los críticos del Tomatómetro. Por eso el propio Oscar Uriel, de Cinema Móvil, afirma que:

La película se convierte en una soporífera experiencia, fragmentos por demás aburridos y una eficiente Stewart, quien tiene prácticamente que salir adelante completamente sola a falta de interlocutores.

El principal error de esta afirmación recae en que no es una película con intenciones corales ni nada por el estilo. La película se centra en eso: en el personaje principal y la interpretación de Stewart. No es un defecto. Es parte esencial de lo que quería hacer el director. Sin embargo, incluso los detractores coinciden en otro punto: la interpretación de Kristen Stewart es digna de aplauso (no laureles, pero sí un aplauso), como dice Peter Bradshaw, de The Guardian:

La interpretación de Kristen Stewart es tremenda: es calmada, ausente y al mismo tiempo competente, lista y joven, y aún así los desplantes de emoción son bastante reales y conmovedores.

Y Lee Marshall, de Screen International:

Es la interpretación de Stewart de una joven introvertida en su intento de encontrar el duelo que mantiene este híbrido de historia de fantasmas, suspenso y drama psicológico de caerse a pedazos.

Por lo pronto, la película, con todo y las reacciones disímiles de los críticos, mantiene un digno Certificado de Frescura. Ustedes juzguen con sus propios criterios y cuéntennos cómo la vieron.

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